Madrid

Ella se ha ido. Se ha ido al mar, allí donde el amor nunca muere. No sé con quién se ha ido pero me lo imagino. Lo supongo. Lo intuyo.

Yo estoy aquí anclado en una, me gustaría decir sucia, limpia biblioteca de Madrid. Pensando si vale para algo la confirmación de saber que mi futuro es incierto.

Sigo estancado en donde el olor del mar es tan lejano como sus pensamientos. Donde lo único que se oye es el crujir del grafito de los portaminas contras las hojas blancas de mis compañeros. Solo oigo una canción antigua, una canción moderna que para mí ya suena a vieja, una canción que nunca fue famosa, que nunca fue un single. Oigo la letra estremecedora que me dice por el auricular:

“When I offer you survival,
You say it´s hard enough to live,
It´s not so bad, it´s not so bad
How do you know that you´re right?

Una letra que aún recuerdo como la oía en mis momentos de desesperación y pensaba no es tan difícil vivir, no es tan difícil vivir.
…
Si pudiese repetir ese trece de junio lo viviría infinitas veces. En las diferentes posibilidades la hablaría de temas muchos más diversos. Incluso en alguna de esos hipotéticos momentos la diría que no es tan difícil vivir, que no lo es.

Retaría con el diablo la lucha por un pedazo de mi alma si me ofreciese la posibilidad de volver a verla. Daría todas mis ilusiones, y todos mis deseos por poderla ver una sola vez más. Una sola vez. Incluso le echaría una carrera a la mismísima muerte si poder mirarla a los ojos dependiese de ello.
Dejaría mi ciudad, dejaría mi vida. Dejaría mi ilusión de un hombre importante, de un hombre de futuro por una sola pregunta: “¿Nos vemos?”

La esperanza de verla se esfuma como las olas que ella ahora siente. Se van y vuelven como la resaca de mis noches veraniegas. Como la resaca de un viernes que hartado de sufrir me dije a mi mismo: “Hoy has aprobado otra asignatura. Ella no es real. Bebe y olvida”.

Beber. Si todo fuese tan fácil como beber y olvidar. Pero no lo es. No lo es. El alcohol te permite el descanso momentáneo de no poder pensar, pero no te hace olvidar. Cuando te levantas y abres los ojos recuerdas todo lo que te importa, todo lo que realmente quieres. Es ahí cuando pongo la música y escucho:

“When I offer you survival,
You say it´s hard enough to live,
And I´ll tell you when it´s over,
Stand up poor and tired,
But more than this”

Y busco la esperanza. Busco el anzuelo que me invite a salir del agua; el anzuelo que me permita dejar de ahogarme.

Busco un libro que no encuentro. Busco Pedro Páramo. Y no lo encuentro. Busco un libro de fantasía que sea ilusorio. Busco algo que leer que me haga olvidar, al menos durante una semana.
Busco el principito. Le gusta. Eso recuerdo que me lo dijo ese lunes casi de verano. Lo leeré de nuevo, si lo encuentro.
…
No recuerdo casi nada de aquel día. No recuerdo que la dije. No recuerdo que me dijo. Solo recuerdo el momento. Recuerdo a su perro. Tiene un nombre bonito. Recuerdo que su perro, si bien por miedo o por, desconfianza no se acercaba a mi mano por mucho que yo, en un acto ridículo, la acercase hacía él. La recuerdo a ella pero no excesivamente bien. ¿Llevaba un vestido negro? Era bella eso seguro. ¿De qué hablamos? ¿De la vida? No creo. ¿De ella? Lo dudo. ¿Qué me dijo en un rato casi eterno? Recuerdo el lugar. Recuerdo la situación. La recuerdo a ella.
Si pudiese ver mi dibujo de nuevo. Mi más preciado objeto regalado por un amigo. Pero lo tiene quién debe tenerlo. A veces pienso en esos trazos tan bien tirado sobre un papel endurecido.

…

Son casi las siete de la tarde y sigo escribiendo un texto que es mucho más largo que lo que voy a publicar en mi blog. Sigo escribiendo en una limpia pero triste biblioteca de Madrid; en donde se supone que debería estar estudiando como mi amigo de al lado.
Sigo en una ciudad donde mi única esperanza es saber que volverá.
Y volverá….

La canción para quién no lo sepa es: “Bling (Confessions of a King)” de The killers.

 

Bueno pues sigue estudiando en esa biblioteca, algo te saldra amigo.ABRAZOS