Mal Karma

No sé por qué me sigue el mal bajío,
o acaso la desdicha es la que espera
anclada en la ventura de mi vera
hasta que el cuerpo dado acabe frío.​

El karma continúa a su albedrío,
pues sólo me castiga a su manera,
aproximando el mal a mi ribera
si advierte, por mi boca, que me río.​

Tendré que acostumbrarme a su presencia
tenaz si me visita la alegría,
aunque no sepa a quién he castigado.​

Espero que se acabe su inclemencia
cuando la parca abrace mi energía
y vuelva en otro talle, sin pecado.

Iguazú​

 

Impecable soneto. Un saludo. Luis

 

Muchas gracias por los servicios prestados.
Un saludo.

 

Gracias; en su día no pude hacerlo.
Un saludo.

 

Ay, esto del Karma, por lo que fuimos en otra vida y hemos venido a pagar en esta es muy cansino, algo así como la condena de Sisifus.
Hemos sido educados para, "si reímos a la mañana, lloraremos al anochecer", la alegría parece ser penada.
Eso del Karma que tenemos que vivir, sin saber ni que se ha hecho en otra vida para merecerlo me parece demencial.
Por otra parte también me parece igualmente demencial la obligación de estar alegres por decreto. La obligación de ser feliz.
Buen soneto, compañero.
Saludos cordiales.
Isabel