Malaquias iii

UN NUEVO SENTIMIENTO

Pasaron varios días, Malaquías escondido en la profundidad del bosque, sin comer ni beber y al borde de caer enfermo, perdió las ganas de vivir y solo esperaba a que la muerte lo atrapara y así poder acabar con el vacío que era su ser, había entregado su alma en otras ocasiones por cortos espacios de tiempo, pero ahora si sentía el vacío de no poseerla, era como si el encuentro con Alseide le hubiera dado valor a lo que antes carecía de el y a la vez su alma fuera imprescindible para ganarlo, pero no podía recuperarla sin con ello destruir algo que ni el mismo comprendía. El hada en su vergel pasaba sus días igualmente sin comer, ni beber, ni dormir, únicamente pensando en como podía solucionar este fatal cruce de caminos, hasta que tubo una idea, Malaquías nunca aceptaría que le devolviera el alma que perdió por inconsciente, pero no podía negalarle la suya propia, como pago por haberla permitido descubrir esas nuevas sensaciones desconocidas hasta entonces, así quedarían los dos con un alama aunque fuera la una el alama de el otro y viceversa.

Con su plan concebido y con una determinación inquebrantable salió el hada de su vergel por primera vez en cientos de años, en busca de ese diablo. Le costo poco encontrarlo, tan solo tubo que ir siguiendo el rastro de desesperación que dejo tras de si. Lo alló de pie sobre una roca, erguido como el que espera la llegada de algo trascendente y eso hacia, simplemente esperar el fin. Su rostro escondía un gran sufrimiento que al verla mitigo el brillo se sus ojos. ALseide sin mediar ni tan solo un saludo le propuso ese extraño cambio al ángel caído,que en un primer momento fue reacio al trueque, al considerarlo un simple truco para no quedarse con su alma, pero ya estaba escrito, “una persona, una alma, así es como debe ser”, dijo ella. Y al completar el cambio sellaron el acuerdo con otro beso, esta vez sin condiciones un beso largo y sincero, un beso intenso y apasionado del cual nació un sentimiento desconocido hasta la fecha, del que ni siquiera se habían oído hablar en ese joven mundo, nació el amor y por un minuto una sensación de bienestar se apodero de todos los habitantes del mundo, que sin saberlo y al darse cuenta de que el sentimiento era general, pensaron que había sido obra del increíble Malaquías y esta vez no andaban del todo equivocados.