¡Maldita Felicidad!

No me encuentro en mi mejor condición, me siento mareado y muy atolondrado. He ingerido algo que me ha hecho perder un poco la razón. Pienso perdidamente y mis sentimientos son una pérdida de tiempo. He pasado un largo tiempo sin poder expresar lo que siento, sin poder derramar una sola lágrima. He intentado vivir la vida de la mejor manera, aunque me ha tocado difícil. No puedo de un día a otro hacer como si nada hubiera pasado. El pasado me pesa y mi presente me estresa. No sé de donde saque la frustrante idea, de que ir siempre con una sonrisa en mi rostro haría que mi alma se sintiera un poco más ligera, francamente, esto no ha funcionado.

Esta noche, he perdido mi consciencia. Mi alma se siente atormentada y no puedo mostrar sonrisas falsas. He pasado el último tiempo de mi vida luchando contra la amargura, una amargura que permanece y ha sido difícil de combatir. Pero aquí estoy, como si nada. Parado ante mi vida, una vida desordenada y miserable. ¿Cuándo podré encontrar la verdadera felicidad? ¿Cuándo será el día en que sea liberado? No lo sé. Camino sin sentido, sin dirección y convicción. Dejo que la corriente me lleve, que el buen vivir llegue a mí, aunque sea algo momentáneo, me llena de buena vibra, algo que muchos esperamos. ¿Pero que sacó, si no es felicidad en sí? En realidad, me doy cuenta. Que soy un imbécil, que vive la vida mientras el tiempo se desvanece. Pierdo mil y un oportunidades. Pero creo que poco me interesa. Pasarla bien es algo a lo cual me he acostumbrado. Y solo termino así, perdido entre mil pensamientos.

Estar en estas condiciones, no es favorable. He preocupado a muchos e intento hacerles ver que sigan adelante. ¿Pero qué hay de mí? Nada, solo soy un tonto que se pierde en sí mismo. Que no hace nada productivo y que la vida se derrumba ante sus ojos. Sí, soy un ingenuo. Me pierdo fácilmente y meto las patas las veces que sean necesarias. ¿Por qué tendría que quejarme? ¿Por qué lo estoy haciendo? ¿No debería tomar todos estos consejos? ¿Y seguirlos? Bueno señores. Ya les dije. Soy un imbécil, que seguirá mendigando felicidad. Sin siquiera saber en dónde está. ¡Maldita felicidad! ¿Me puedes encontrar? Si me ves varado nuevamente, al igual que el día de hoy. Hazme saber que estás ahí. Y si algún día como cualquier otro, te llego a encontrar. Prometo no perder esa oportunidad de que las cosas buenas entren en mi vida.