Maldito el corazón. Soneto.

Maldito el corazón, maldito el sueño,
la torpe soledad, la senda oscura;
maldita mi cintura y tu cintura
si no pueden amar con más empeño.

Maldita mi expresión -también su dueño-,
la terca invalidez, la muerte impura;
maldita tu estructura y mi estructura
pues sólo son tablones contra un leño.

(La noche nunca viene arrepentida
y sucia nubla el rostro de mi cielo
cegándome la puerta de salida).

Maldita quien me tira por el suelo
difunto y con el alma sometida,
mortaja pertrechada de desvelo.

 

Bonito tu soneto, muy en la línea de lo que siempre he leído tuyo.

Aunque se trata de una cuestión de gustos, hay un verso en el que yo cambiaría el orden de las palabras:

“pues son sólo tablones contra un leño”

por la proximidad de acentos tan marcados en “son” y “solo”. Diciendo:

“pues sólo son tablones contra un leño”

se elimina –a mi juicio- esa cercanía y el verso suena más suave, como si fluyera más natural.

Naturalmente, es una apreciación personal sin ninguna pretensión.

Un abrazo.

José Luis

 

Muchas gracias José Luís por tu acertado consejo. El verso así suena mejor. Un fuerte abrazo y de nuevo muchas gracias por tu comentario.

 

Muchas gracias Antonio por tu comentario tan amable. Agradecido amigo.

 

Veo que dominas bien la técnica del soneto, te felicito y te dejo estrellas

saludo cordial amigo

 

Muchas gracias Mariluz por tus palabras y tus estrellas. Saludos afectuosos amiga.