Manzanita

Si pudiera recordar cosas al más mínimo detalle. Creo que recordaría todo lo que paso desde el justo momento en que era expulsado por las contracciones uterinas de mi madre, en aquella sala de parto del hospital Luis Razetti de barinas, por allá; en el año mil novecientos ochenta y siete. Si, han pasado treinta y cinco años, desde que vi la luz por primera vez, cosa que; siendo honestos no recuerdo en absoluto. Pero, sin dejar a un lado lo lógico, ha de ser cierto que: de que la vi, la vi.

Pero bien, hechos de como fue mi nacimiento, no es lo que quiero relatar acá, no porque no quisiera hacerlo, mas bien, es porque no las recuerdo claramente, vaya que si hay cosas que recuerdo muy bien. Cosas que han sucedido en mi devenir en este transito que muchos llaman vida, o al menos así nos dijeron que se llama. Tal vez, mas adelante les relatare sobre eso, tendría que consultarle a mi señora madre. pero, será cuestión de otro día.

Iniciare por decirles lo que me llevo a estar hoy donde estoy. Con el correr de las líneas, párrafos y uno que otro detalle; les contare que estoy pasando el día de hoy. Todo esto empieza en Barinitas. una madrugada del 25 de diciembre del año 2017, para ese entonces mi matricula de circulación en el camino de la vida era de 30 noviembres sobre mis espaldas; ósea, ni muy joven, ni muy viejo, llamémoslo una adolescencia tardía. Estaba yo sentado en el patio de la casa de mi madre, mi casa materna, donde nací y me crie. Me acompañaba uno de mis hermanos mayores; (manzanita se le dice por cariño), cuando saca un cigarro, lo enciende, y así le da compañía a una polar que llevaba en su mano derecha. Estábamos allí, sentados en el patio de la casa, ya había pasado el frenesí del nacimiento del niño Jesús; el abrazo en familia por desear feliz navidad, mis dos pollitos estaban durmiendo. Mi madre, que no le gustaba mucho verme tomar, me recalco que no tomara. Se despidió de nosotros y se fue a dormir, estaba cansada, la entendía; ya no esta pa esos trotes, sin embargo, allí estuvo con nosotros.

Estuviera mintiendo si les digo, que fue una navidad, o un diciembre común como muchos otros años atrás. Pues la verdad. No, no lo era. De hecho, fue la navidad que mas recuerdo con dolor, y que por mas que quiera borrar, se muy bien que es algo que, ni remotamente sucederá. Mi hermano sabía muy bien que yo fumaba, aunque de manera esporádica, pero fumaba, quien no lo sabía era mi mama, de saberlo me hubiera hecho tragarlo. Aunque creo que, si lo sabía, solo que se hizo la paisa. La verdad trataba de no fumar delante de ella, y de no hacerlo en casa, al menos cuando ella estaba, ustedes saben, por eso de no faltarle el respeto, o por no chocar el carro, como diría algún Jefferson, en algún callejón de cualquier barrio de caracas. Así que mi hermano, me ofrece un cigarro, lo acepte, y estaba allí fumando junto a él. Yo respondiendo sus clásicas preguntas; preguntas que le hace todo hermano mayor a su hermano menor. Preguntas como: ¿Qué vas a hacer?, ¿Cuáles son tus planes?, ¿Qué piensas en el futuro? Ect. Fueron preguntas que años, pero, años atrás me hacia igual, estaba yo en el liceo. Mis respuestas eran erráticas, lo confieso, respuestas típicas, que respondían exactamente lo que me preguntaba, no dejaba espacio para secuelas de preguntas, si me entienden, verdad.

Recuerdo, que tajantemente, ignore una de sus preguntas. Lo primero que pronuncie fue: - marico, me voy del país-, su cara cambio, paso de ser el hermano que te está dando el sermón de la vida, a tener la cara de un: “no me jodas”. Supongo que no se lo esperaba, pero por Dios, ¡qué cosas estoy diciendo! Nadie, absolutamente nadie, en su sano juicio se espera que le digan, sin anestesia, sin preámbulos, sin un ápice de sutileza, algo como; -marico, me voy del país-.

- ¿Cómo te vas a ir?, ¿A dónde te vas a ir?, ¿tienes como irte? -.

Esas fueron sus preguntas, que calaron en mi como ráfagas de fusil al rojo vivo en mi pecho, sentía su preocupación, después de todo era su hermano menor. Luego de reordenar sus preguntas; por que, para mí, tampoco fue fácil decirle, que me iría del país. Honestamente, no sabía cómo decirlo, tampoco, sabia a quien decírselo. Era algo que tenía atrapado entre corazón y razón, que por algunas noches no me dejo dormir. Me carcomía la idea de cómo reaccionaría mi mama ante semejante noticia; mis otros hermanos, mi padre. Aunque mis hijos solo tenían 4 y 2 años en ese momento, estoy seguro que con el pasar del tiempo, entendieron que por ahora papa no está. No esperaba que “manzanita” de alguna manera, me pidiera que no lo hiciera, que me dijera, -mano, yo te ayudo-. La verdad no, solo esperaba que comprendiera, y así fue. Lo entendió, y solo me dijo échele bolas. Respondí su ráfaga de preguntas. Le dije viajare por carretera, me iré a ecuador, a la ciudad de cuenca, y le dije -bueno, de tener, como quien dice tener con que irme, pues no, no tengo, pero estoy resolviéndolo-.

¿Que como lo estaba resolviendo? Pues, siempre he tenido la facilidad, de manejarme con eso de las computadoras y los tramites. De hecho, cuando viví en la ciudad de caracas. Si, nací en barinas, pero allí viví durante 10 años de mi vida. El resto de mi terminal infancia, el inicio de mi pubertad, y posterior rebelde adolescencia, y parte de mi vida adulta, en total entre 18 y 19 años, los viví en la ciudad de caracas. En fin, en caracas, siempre mataba tigres, haciendo gestorías. Que, si ayudaba a sacar el carnet de manipulación de alimentos, algunos que otros trámites, y entre ellos, pues gestionaba el registro para la cita de pasaporte. Bien, de esa manera, estaba resolviendo el tema de como irme del país allí en Barinitas. También compraba cigarros y los revendía, ya tenía un tiempito en esa vuelta.

Pero bien, ¿Qué fue lo que me llevo a tomar esa decisión? La verdad fueron muchas razones, todo influía en la misma, la situación país, la economía cada día desmoronándose, la precaria calidad de vida que vivíamos, en fin, mi país iba lentamente, pero de una manera segura, fuerte y violenta, a un llevadero de mierda, que pa que te cuento, seguramente lo debes de saber igual o mejor que yo. Veníamos de vivir, a mi manera de ver, el peor año, desde que comenzó la crisis, veníamos de ese fatídico año 2016, año que sirvió para decirnos en la cara, o para decirlo mas criollamente: para decirnos en la jeta, que, de seguir así, terminaremos comiendo de la misma mierda. Era diciembre del 2017, era navidad, y estar allí en casa, con la familia, o lo que quedaba de la familia. Mi hermano Felipe, ya no estaba entre nosotros desde el 2008, si ya se, del 2008 al 2017, hay una diferencia de nueve años. Pero, cada año es como si hubiera sido ayer que se fue. Aun lo sigue siendo, al menos en mí, esta fresca esa herida, y estamos en el 2022. Bueno, como les decía, era navidad del 2017, lo que quedaba de familia reunida, una cena navideña, que no era ni la sombra del que fuera otrora años atrás, pero al menos, gracias a dios, algo de navideño fue, al menos había pan de jamón, pocas hallacas, y una ensalada de gallina, que no era de gallina sino pollo. Fue una navidad fuerte, ese año, si acaso medio pude vestir a mis hijos, y un regalo de navidad pequeño, pero se los di con mucho amor, y con la ayuda de manzanita. Yo solo recordaba, como eran mis navidades, cuando tenia la edad de mis hijo, claro esta era otra Venezuela, era la Venezuela que todos recordamos, pero que sabemos jamás volverá. Tu sabes, por eso de que, el tiempo que se va no vuelve. En mis navidades, siempre tenía mi regalo, mis dos estrenos, el del 24 y el del 31. Y al ver que no podía al menos cubrir lo básico para mis pollos, eso me tenia mal. Así que ese 24 de diciembre a la media noche, ya siendo navidad, y luego de abrazar a mi mama, a mis hermanos, mandar un beso y un abrazo al cielo para mi hermano Felipe y mi abuela Emilia, y de estar abrazando fuertemente a mis hijos dándoles la feliz navidad, con la mirada puesta en mi madre y con los ojos llenos de lágrimas, y el corazón arrugándose en mil pedazos, el alma y los sentimientos yéndose por un desagüe. En mi mente retumbaba; - ¡marico, me voy del país! -.


JAVIER RIVAS

 

Buenos días, Jarb20

tuve que editar tu título ya que según las reglas del portal, no se pueden escribir los títulos completamente en mayúsculas.

Es para cuidar la estética de este sitio y para que no se destaquen unos por sobre otros.

Y te trasladé la prosa desde el foro de “Leyendo en voz alta” al sector de generales que es el que le corresponde.

Saludos

Equipo de Moderación de Mundopoesía.

 

gracias, podrías indicarme tu consejo y evaluación en cuanto a este texto. apreciaría mucho tu consejo. acoto, que desde el 2009 no ingresaba por acá.

 

gracias. si, tienes razon. es el primero de una serie de relatos donde contare mi experiencia