Mare(ge)o

Sea o no sea Dios,
me contradiga o no,
se crean mi cuento o no,
me pongo en el lugar del lector, y pienso:
Ese menda me la quiere meter doblada.
Quizá sea lo único en lo que somos iguales.

 

¿ Meterla doblada ? O sea, tomar el pelo. Tiznar...
El timo de la estampita.
Pues aquí, el que no corre, vuela.
Y el más tonto, hace relojes.
España siempre tuvo pícaros. Por ejemplo, el Lazarillo de Tormes, que aprendió mucho, de un ciego al que guiaba.





Sí, pero el ciego se estampó contra una gran columna. Bueno...
El Lazarillo acabó siendo pregonero de un pueblo.
Había tenido, en su infancia, un hermano mulato.