1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

María, SIlvana Y Sandra

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Crivas92, 18 de Marzo de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 662

  1. Crivas92

    Crivas92 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    29 de Enero de 2014
    Mensajes:
    81
    Me gusta recibidos:
    49
    Género:
    Hombre
    Combis ruidosas y calles sucias,
    GRITOS de gente se mezclan,
    ARAMBURÚ! TODO AVIACIÓN! ANGAMOS!
    Y yo parado frente a un carro,
    Limpiando lunas por unos centavos.


    Rojo, dice el semáforo, me acerco mostrando un trapo,
    Mis cachetes sucios,
    Se que apesto, pero ya no lo siento,
    El señor me niega con la cabeza,
    Camino a la siguiente luna,
    Busco contacto visual,
    Nadie quiere empatizar conmigo,
    Yo tampoco quisiera hacerlo,
    Doy tanta pena.


    Mi madre murió hace 5 años,
    Luces de policías,
    Ambulancias,
    Yo la veo tirada en el piso sangrando,
    Me acerqué a abrazarla llorando,
    Sus labios ensangrentados buscaban mis mejillas,
    Las ensuciaban con su rojo olor muerte,
    No podía hablar, así que solo me abrazaba,
    Mientras escupía borbotones de sangre,
    No quería aceptar,
    Decidí olvidar,
    Al menos intentarlo.


    Tengo trece años ahora,
    Mi tío me hace trabajar,
    Si no hay plata no hay comida,
    Solo un golpe y un insulto.


    Recuerdo que antes era alegre,
    Murió mi madre y no volvió a sonreír,
    Siempre dijo que era su sol,
    Su pequeña.


    Yo, en los brazos de mi madre medio muerta en la pista,
    Los policías me jalaron a un costado,
    Me dijeron que iban a llevarla al hospital,
    Que iba a estar bien,
    El carro me dejó frente a la casa de mi tío,
    Los tombos le dijeron algo y él lloró.


    Todo el día se pasó golpeando paredes,
    Hasta que su mano empezó a sangrar,
    Por tu culpa CARAJO!
    Yo lloraba de pena, de miedo, de culpa.


    Un carro me deja limpiarle la luna,
    Abre la ventana y yo estiro la mano,
    Él pone un billete de 100 en mis manos,
    Usalos bien, dice.


    Veo a mi tío de reojo,
    Se acerca,
    Pasos lentos,
    Yo volteo y corro,
    ¡ÉL CORRE TAMBIÉN!
    Me meto entre callecitas,
    ¡NO TE VAS A ESCAPAR CHIBOLO!
    ¡PARA O TE SACO LA MIERDA!
    Doblo la esquina, una señora abre su puerta y me señala que vaya con la mano,
    ¡TE VOY A ROMPER LAS PIERNAS!
    Entro a la casa,
    Cierra la puerta,
    El billete a salvo en mi calzoncillo.


    Entro a cualquier cuarto y me quedo ahí con la puerta cerrada,
    ¿Estas bien? - Escucho una voz dulce y serena - ¿Por qué te persiguen?
    Yo sigo callado, encerrado, tocando el billete con mi mano derecha.
    Te voy a traer algo de comer - dijo ella, María era su nombre -.


    Me quedé encerrado en su casa por 15 días,
    Con miedo de ser encontrado,
    María dijo que podía quedarme con ella el tiempo que sea necesario,
    No era virgen de seguro,
    Pero tenía un lugar separado en el cielo,
    Una casa de tres pisos, con jardín y una piscina,
    Por ahora tenía un cuarto con dos camas,
    Medio baño y una cocina-sala-comedor con olor a humedad,
    Un piso frío y sucio,
    Y dos hijas, Silvana y Sandra, las niñas más hermosas que jamás he visto.


    Me gustaron ella y su familia,
    Todos eran alegres,
    A pesar de los problemas,
    A pesar del cancer de Sandra.


    Agradezco conocerlas,
    Trabajo para ayudarlas porque quiero,
    Entiendo ahora la decisión de mi madre al decidir salvarme,
    Aunque sea a costa de su propia vida,
    Yo haría lo mismo por ellas.


    Con los cien soles empezamos un negocio de chups,
    Mi madre me enseñó a hacerlos años atrás,
    Un negocio increíble,
    Salíamos a venderlos junto con Silvana,
    María trabajaba en una casa,
    Salía muy temprano,
    Regresaba muy tarde,
    Sandra se queda en la casa descansando.


    Son las 10 de la noche,
    Entramos a la casa y Sandra está llorando,
    ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?
    ¡No se, siento que ha pasado algo malo!
    Un carro caro se estaciona frente a la casa y sale una pareja cargando a María,
    Desmayada.


    Silvana llora también,
    Yo las abrazo,
    No puedo llorar,
    ¡¿Qué le pasó?! Pregunto gritando.


    Decenas de personas reunidas al rededor de un ataúd,
    Algunos llorando,
    Otros serios,
    Algunos riendo y jugando.


    Yo abrazo a Silvana y a Sandra,
    Todo va a estar bien,
    Se los prometo,
    Mamá está con Dios ahora,
    Él tiene para ella un palacio en el cielo.


    El hombre que cargaba a María ese día se acercó,
    Nosotros queríamos mucho a su mamá,
    Nos dijo que podía pagar los tratamientos de Sandra,
    Pero necesitaba mudarse con ellos porque la distancia era un problema,
    Volteamos a mirarla, ella asintió secándose las lágrimas,
    La pueden visitar siempre que quieran.


    És la única forma de que viva, dijo.


    Han pasado ya cinco años desde que conocí a María,
    Yo y Silvana vivimos juntos,
    Con el dinero de los chups hicimos un negocio más grande,
    A todos les gustan los chups de mi mamá,
    Siempre fueron los mejores,
    Sandra se encuentra mucho mejor ahora,
    La visitamos siempre que podemos,
    Ella lo sabe.


    Silvana terminó su secundaria,
    A mi me faltan 2 años aún,
    Ella piensa seguir un curso que nos ayude a ampliar el negocio,
    Sandra aún no acaba,
    Pero le va muy bien,
    Los señores le pagan un buen colegio,
    La tratan como una hija, la quieren mucho,
    Se le ve contenta.


    No hay nada que quiera más que ver a esas chicas sonreír,
    Ese es el combustible que me mantiene en movimiento,
    Son la sombra que evita que el Sol me queme,
    El Sol devastador de la soledad.


    Ese día que entré al cuarto de María y me encerré, Sandra estaba ahí. Silvana la acompañaba y le hablaba.
    ¿Estas bien? - Escucho la voz de María - ¿Por qué te persiguen?
    Yo me acerco a ellas callado, tocando el billete que llevaba conmigo con mi mano derecha.
    Te voy a traer algo de comer - dijo María desde afuera -
    ¿Quién eres? - Preguntó Silvana con voz enojada, queriendo proteger a Sandra -.
    No tengas miedo Silvana, él es bueno, puedo sentirlo, yo le dije a mamá que lo ayude, deja que venga - dijo Sandra -.
    ¿Te llamas Edward no? Y estiró su mano. Un impulso me hizo darle la mía, ella la tocó y empezó a llorar.
    Has vivido cosas muy duras, dijo.
    Luego me jaló suavemente y me abrazó. Lloró con más fuerza, jaló a Silvana y me abrazó también. De pronto mi estómago dejó de revolverse, la cabeza dejó de apretarme y mi espalda se desató. No se si fue paz lo que sentí en ese momento, pero cuando terminó ese abrazo todo se veía hermoso, pero lo más hermoso fueron sus miradas, tenían en sus ojos un brillo como no se qué, y sus sonrisas eran como comerse un dulce, el más suave, ese que no es tan dulce como para empalagar y tiene un leve ácido que no pica la lengua.
    Ese día hice una promesa, prometí a María cuidarlas y protegerlas, sin importar las dificultades, porque ellas lavaron mi dolor, una pena como un rayón en medio del alma, que dolía.
    Gracias - dijo María - Puedes quedarte aquí el tiempo que te sea necesario.
    ¿Necesario para qué?
    Para lo que tú decidas, es tu tiempo al fin y al cabo.
    Instantáneamente decidí en mi cabeza cuanto tiempo iba a necesitar.
    Está bien, gracias por dejarme quedarme.


    Ya pasaron 10 años y mi tiempo no se acaba, yo y Silvana agrandamos el negocio y nos va muy bien, tenemos un local de cremoladas serio y formalizado. Hace cuatro años que Sandra no presenta tumores ni células dañinas, ya terminó sus estudios y se mudó con nosotros, los señores que la apoyaron invierten en el negocio y siempre nos recomiendan. Silvana y yo nos pensamos casar y mudarnos los tres a una casa más grande en una zona más segura. El tiempo que se me hizo necesario resultó ser mucho más de lo pensado, siento incomodarte María, pero toda la vida es un tiempo bastante largo.
     
    #1

Comparte esta página