Mary

​
​

Mary fue mi gran amor, no me acuerdo quien nos presentó, pero desde aquel instante los dos nos hicimos inseparables, ahora en la imprecisa quietud de la tarde me pregunto qué sucedió.
Solo sé, que en una tarde de primavera la vieron salir de casa, todos pensaban que estaba conmigo, yo no me enteré de nada hasta que alguien me apresó, juré que estaba viva la última vez que la vi, aquella maldita tarde alguien nos separó y ahora mientras alguien duerme en la sombra, crece el silencio en mi corazón.
Mary se fue y yo sigo aquí, encerrado en una celda por algo que no hice, mi único delito fue amarla, pero ella no murió de amor, Mary apareció ahogada en el lago donde solíamos pasear
Ahora Mary, con sus brazos dormidos, perfuma el rosal del cementerio, esperando que un día yo la pueda visitar.

 

Es una lacra incesante que tapia la vida de aquellas que pagan, por el mero hecho de nacer mujer.
Deja acidez e impotencia tu micro Ramón.

Saludos,

Palmira

 

Saldos , updar , gracais por comentar,

 

Conmovedoras letras nos dejas en esta bella historia amigo Ramón
me ha gustado mucho el enfoque, con un final que llega al lector
con mucha profundidad. Ha sido un placer poder disfrutar de la
lectura de tus letras tan llenas de sentimiento.
Te dejo reputación merecida. Besos y un abrazo. Tere

 

Gracisa Tere, tu reputación hace mejor mi relato, y me llena de alegria. un fuerte abrazo preciosa.

 

Muchisimas gracias por tu comentario, me alegra que te gustará, un abrazo.

 

Una historia que muy bien puede suceder, que gusto leer tus letras estimado amigo
abrazos de colores en la brisa

 

Muchas gracias Guadalupe, abrazos.