Más sobre mi libro «empíricos» (Pensamientos)

«Toda mi vida he toreado a vándalos, orgullosos de ser brutos o asesinos, algunos de los cuales todavía viven y alcanzaron cuestionable reputación: pero, la peligrosidad que impunes exhibían y todavía lo hacen los ha convertido en objetivos de una guerra que nadie declara pero es perpetua de unos individuos contra otros» (223)

«El único pugilato que no deja secuelas sangrientas, digo de aquél avocándonos al estudio e impartición de conocimientos: sean mitológicos, literarios o científicos, embarcándonos en el Arca de las Artes en tiempos diluvianos» (224)

«Satisfagan o frustren nuestros anhelos, estamos impelidos cohabitar con quienes conducen las instituciones de nuestro corpus social hacia precipicios: pero, hacerlo no significa mutilación de nuestra inteligencia y ella siempre subleva para corregir o estabilizar» (225)

«Nuestra existencia es un incesante dramatismo encadenado a liturgias» (226)

«Cuando nos deprimimos, la inhibición agrava nuestro infortunio psíquico. Lo tabú y prejuicios tampoco ayudan superar tristezas. El diálogo, acercamiento y contacto físico alivian» (227)


«He conocido numeras personas ante las cuales el discurso docto de quien pretende conciliar o iluminar no procede, estorba, luce majadero y aviva la llama de la discordiatoxis» (228)


«No tiene sentido vivir bajo el tutelaje de la inhibición» (229)


«Criminar la normalidad implícita de acciones afectivas, el acercamiento entre personas imantadas conforme a genética de especie humana, aun hallándose entre quienes son tumulto de excepción corrupta [entiéndase la fraternidad a favor del progreso del ser humano] ofende la lex maiestas» (230)


«Sin enmascaramientos, aceptándose como derrota el concilio procurar la repartición equitativa de la hipocresía» (231)