Me lo va a agradecer

Me lo va a agradecer
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Ay, maldita sea, necesito una pluma, una pluma.

- ¿Perdón?

- Nada, dígame.

- Cincuenta y siete, ochenta y dos, cero seis, cero tres, de Lunes a Viernes, de diez a seis de la tarde, con Liz Martínez, favor de comentarle que se comunique lo antes posible, presenta un adeudo de siete mil pesos, correspondiente a los últimos tres meses, si puede hacer el pago lo antes posible, sino, tomaremos medidas al respecto…

- Cincuenta y siete, ochenta y dos, qué?

- Cero seis, cero tres, de Lunes a Viernes, de diez a seis de la tarde, con Liz Martínez.

- Ah gracias, yo le aviso.

- Muy amable, que tenga una buena tarde señor.

Primero, como me caga contestar el teléfono, y andar dando recados, ni que fuera secretaria, pero bueno, no puedo andar quejándome, cuando me mantiene.

Y segundo, que me llamen señor, si ni siquiera paso de los temerosos veintisiete años.

Siete mil pesos, es una buena lana, lo ayudaría, pero ahora que me quede sin trabajo, ni ¿cómo ayudarlo?, tengo que pensar.

¿Dónde?, ¿dónde podría conseguir dinero rápido?, ah ya sé, voy a sacar un préstamo, dicen que te lo dan en menos de veinticuatro horas...pero luego voy a deber lo que saque, buscaría dinero, deuda, tras deuda, y nunca voy a acabar, creo que empeoraría la situación o regresaría a las mismas, en fin.

Me sentiría mal que ande como loco buscando dinero, cuando, paga la luz, el agua, el gas para bañarme, aunque casi nunca me baño, pero ese ya es otro tema, me paga el cable, me da de comer, en resumidas cuentas, paga todo.

Caray, nunca había sido tan consciente, tan considerado, y tampoco nunca había dejado el cinismo, la descaradez, aspectos fundamentales en mi, no tengo tiempo para seguir diciendo estupideces.

Necesito dinero rápido, “en corto”, como vulgarmente se dice. Ah, ya se, voy a hablarle al Ñañaras, ese tipo saca de volada la plata, sea de forma chueca o no, no me importa.

Ya estoy, ya estoy, en media hora, en el Deportivo Flores Magón.

No pongo el seguro, no me voy a tardar mucho, solo media hora.

Ah, ya me dio sed, voy a comprarme un refresco, para que aguante el camino, lo bueno que tengo una tienda enfrente, aunque ahora cada cien metros hay una tiendita, no se de ¿qué me quejo?, estoy hablando demasiado.

Órale, una cartera, aay güey!!, trae todo el billete.

Mario Salinas, Jefe del Departamento, ah pues ¡es de Don Mario!, no manches, a simple vista supera los diez mil, ¡palabra!. Allá va, se la voy a regresar, pero algo dentro de mi, dice: no, no seas pendejo, ahí tienes el dinero. Cierto, ya no tendría que ir con el Ñañaras.

Es deshonesto, lo se, pero lo necesito, diez mil no es nada para Don Mario, de seguro, gana lo triple, si no es que más.

Aparte, lo estoy ayudando, ahora, no va a ser tan descuidado y cuidara mejor sus cosas, no andará tirando carteras como si nada, si, lo estoy ayudando, me lo va a agradecer.