Me naufragio en tu recuerdo

Me naufragio en tu recuerdo... en los mares olvidados y en los puertos tan llorados, con lágrimas que desbordan esos mares, esos viejos mares que desbordan estos ojos, pobres ojos tontos, que ya están ciegos y rojos de buscarte, en las noches, entre las cajas de fotos secas que duermen debajo de mi cama, y que son la materia triste de mis sueños, y el preámbulo más sombrío, de mis peores siempre pesadillas, cuando mi cama es sólo un llanto, y la luna es un aullido tarde, y se me sube la marea, y me naufragio en tu recuerdo...
y pienso en esos mares que no llegan a buen puerto, y nosotros, y tanto amante suelto, cayendo, y vaciando el mar en llanto, revolviendo puertos, mordiendo ese aire tan salado, el sabor frío y lacerante de los recuerdo mal paridos, una traición en cada orilla, y un naufragio en tu recuerdo...
y pensar que te creía ciegamente, mi terror de siempre adormecido en la luz tenue de tu faro suave, y en la promesa de un no-naufragio, cuando arriesgamos juntos la primer brazada, y cada beso era una orilla, y en las noches grandes pobladas de estrellas de mar, y mi andar era tan sirena, y tu canto tan palabra, y por eso duele tanto, porque hoy sólo quedan fotos, y las fotos son tan silencio, que ni llegan a ser ecos, y se engullen la luz del faro, y no me salvan en esta noche, del naufragio en tu recuerdo...
y me invento - a veces - otras noches, para no llorarte siempre estos mares, y charlo tiernamente con las caracolas del jardín, las que cargamos aquella tarde, y ellas tambíen se acuerdan, de tu promesa al viento, de tu canto tan palabra, de mis sueños de sirena, y de la tenue luz del faro, y de la noche del naufragio, cuando te llevaste todo el mar, y me dejaste una inmensa noche, una orilla llena de miedo, y un puerto triste sin esperas...
quemar las cartas no sirvió de nada, ni tus besos, ni las naves... tal vez tragué demasiado mar, y ya no estás para abrazarme, entre tanto miedo brotó un silencio, y una vez escuché una voz de vos, que tenía el eco de tus ojos lindos, y ese canto tuyo tan palabra, pero la noche era tan cerrada, y yo no veía ninguna orilla, que huí del mar mordiendo arena, y desperté llorando entre mis sábanas, bajo la cama las cajas siguen, cada rostro es silenciado, y la noche es implacable, como el mar, o como el puerto, y yo me naufragio en tu recuerdo.​

 

Me encantó leerte, bueno tu escrito