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Meditando en torno a la Verdad

Tema en 'Salón de Poetas y Prosistas' comenzado por Rho, 19 de Noviembre de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 1321

  1. Rho

    Rho Poeta recién llegado

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    9 de Abril de 2005
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    ¿Por qué este tema es importante, por qué se plantea? Por su opuesto: la mentira. El tema de la verdad se vuelve importante por su opuesto: la mentira. La mentira reina, es necesario luchar contra ella continuamente e ir quitándole terreno. Para entender la verdad es necesario entender la mentira, ¿por qué existe la mentira, por qué mienten las personas, por qué mentimos, por qué nos mentimos? La fuerza viva de la mentira es la que no nos deja ver las cosas con claridad. La mentira está en nosotros como un mecanismo, un proceso defensivo, pero ¿de qué nos protege ese proceso? ¿cuándo el hombre comenzó a mentir en su vida, cuándo comenzó a mentirse? Este proceso es tan importante, pero tan importante, que constituye la causa de casi todos los males del hombre, al punto que muchos llegan en algún momento de sus vidas a la necesidad de plantearse el tema de la verdad para lograr salirse del sufrimiento. El psicoanálisis constituye un método terapéutico que pretende desentrañar los mecanismos de defensa, los procesos mediante los cuales el hombre se miente, procesos que en definitiva constituyen la causa del sufrimiento. Se comienza a mentir como mecanismo de defensa, pero ¿defensa de qué? de aquellas representaciones que producen dolor, que son desagradables, que reprimimos. En realidad la mentira no sería tan grave, pues los niños mienten para protegerse, para crecer frente a los ojos de sus padres, etc. El gran problema de la mentira es cuando se convierte en un proceso defensivo e inconsciente, que no permite captar las cosas como son. Los traductores de Freud encuentran dificultades para transmitir la riqueza de las ideas que Freud produce, por ejemplo se traduce represión como un proceso que mantiene fuera de la conciencia ciertas representaciones dolorosas, sin embargo, la represión es activa y quiere decir algo así como una fuerza de desalojamiento. Por ejemplo, a veces queremos pensar en algo para resolver un problema y notamos que una fuerza activa nos repele, nos desaloja, no nos permite pensar, nos saca del lugar. Hay que luchar, pero ¿contra qué?

    Es importante distinguir la mentira de la ignorancia, no es lo que no sabemos el problema, el problema está en lo que realmente sabemos.

    Se ha dicho que el método de la filosofía es la intuición. Platón defendía la teoría de las reminiscencias diciendo que las personas tenían acceso a las ideas puras y que el filósofo debía rescatar lo que ya sabía. En el Zen se pretende captar la verdadera naturaleza de uno a través de la intuición de esa naturaleza. Todos parecen coincidir en que el saber procede por descubrimiento de lo que ya sabemos. El insight psicoanalítico consiste en eso, en ver lo que no queríamos ver pero que ya sabíamos. Aunque no queramos ver, el saber que tenemos se expresa siempre, si no en forma directa, sí en forma indirecta. Las personas no pueden ocultar nada, aquello que tratan de ocultarse y ocultarse, lo expresan en forma indirecta a través de los lapsus, del tamborileo de los dedos, de dibujos que se realizan en forma inconsciente, a través del síntoma. Mantener una mentira, un secreto, demanda de una gran cantidad de energía y de es necesario mantener siempre la atención para que ésta no se escape de alguna manera. Cuando fracasan los mecanismos de defensa, salta el síntoma. El síntoma neurótico consiste en el fracaso de los mecanismos de defensa. El síntoma representa en acto aquello que se quiere ocultar. Las crisis sociales se producen cuando los mecanismos de defensa sociales dejan de actuar, cuando la mentira que se quiere sostener, ya no se puede sostener más. Todas las crisis consisten en la puesta en acto de lo reprimido, la verdad emerge, ya no puede mantenerse oculta.

    Una persona perdió un objeto, por ejemplo luego de una pelea de enamorados ella pierde la sortija de compromiso, la busca pero no la encuentra por ningún lado, por más que se esfuerza, o por esforzarse tanto, no puede encontrarla. Pasa el tiempo y se reconcilia con su enamorado y al poco tiempo encuentra la sortija que estuvo siempre a la vista sobre una mesita de luz. Este es un ejemplo de ceguera histérica. Lo interesante aquí, es darse cuenta que para no poder ver la sortija que estaba a la vista, era necesario verla siempre y sistemáticamente negar esta visión. Constituye este un ejemplo de desatención selectiva.

    El filósofo y el artista hacen lo que hace una persona en análisis: levantar la represión, simbolizar aquello que se mantenía sin simbolizar en el reino del inconsciente. El artista muchas veces expresa lo reprimido en forma indirecta, como ocurre con las obras de Shakespeare, Dostoyevski, Sófocles, que ponen en escena un drama inconsciente. Mientras que el filósofo trata de simbolizarlo en forma directa, como haría el psicoanalista con sus interpretaciones.

    Muchos filósofos han representado el momento de descubrimiento, de ver -intuir quiere decir Ver-, como un proceso de desocultamiento, la verdad estaba oculta y activa, el filósofo desocultaba la verdad.

    Intuir es sentir, es ver de golpe algo evidente. Esa sensación de evidencia y de liberación es el clic que asegura al filósofo haber alcanzado la verdad. Lo mismo ocurre cuando un psicoanalista revela en una interpretación-construcción, lo que en forma inconsciente el analizando ha ido revelando. En ese momento el paciente experimenta alivio, tiene el insight que lo libera. Puede ocurrir que el paciente niegue la interpretación, porque aún continua resistiendo, sin embargo, a continuación se puede producir un cambio en el material asociativo que confirma la interpretación.

    Intuición, ahí está la clave, porque la verdad ya la sabemos, es cosa de lograr ese momento en que salta a nuestra vista. Sentimos completamente, con todo nuestro ser, no sólo con nuestro intelecto. El insight nos libera, recuperamos la libertad en el cuerpo, dejamos de luchar, integramos esa porción de realidad que estábamos negando. Recuperamos una parte de nuestra personalidad, nos enriquecemos.

    Nosotros experimentamos con todo nuestro cuerpo, con todo nuestro ser, nos damos cuenta de todo, sin embargo, el darse cuenta de las cosas y el simbolizarlas, corren por cuerdas separadas. Muchas veces el aparato para pensar no se ha desarrollado lo suficiente como para simbolizar aquello de lo que nos damos cuenta. No puede unir todas nuestras impresiones acerca de las cosas en una síntesis coherente. El hombre puede expresar con todo su cuerpo y actos el darse cuenta, sin embargo, ese darse cuenta es inconsciente en el sentido que no es capaz de representarlo en una forma inteligible. Newton se dió cuenta de la caída de las manzanas, pero para relacionar la caída de las manzanas y de los objetos en la expresión de la teoría de la gravitación universal, demandó la capacidad para simbolizar cosas que podían darse por separado.

    Así actúa la intuición, integrando impresiones que se dan por separado en una única percepción que todo lo integra. La represión separa lo unido manteniéndolo siempre separado, la intuición integra, vence los procesos de separación y permite expresar aquello que ya sabíamos en forma inconsciente, ya que para mantener separado era necesario saber que estaba unido. Fuerza mental, fuerza para integrar infinidad de impresiones y sensaciones en una unidad integradora. eso hace la filosofía y el arte. Por sobre todo: el genio. El genio consiste en disponer de la fuerza mental como para darse cuenta de las cosas y poder representarlas y expresarlas en una totalidad coherente.

    Intuir es captar la totalidad.

    El proceso de acercamiento a las cosas comienza por el de sentirlas, primero sentimos una especie de totalidad indiferenciada, luego poco a poco esa sensación se va cargando de impresiones, de historia, de distinciones, hasta que una forma emerge. Para algunos sólo emerge una especie de caricatura de la realidad, es más, muchos viven en un mundo de caricaturas, pues no poseen un aparato suficientemente para representarse las cosas. Estas personas mantienen percepciones parciales y, muchas veces contradictorias, sus mentes no pueden lograr la síntesis, no pueden captar en una gestalt -forma- única todas esas percepciones. La gran mayoría de las personas viven en un mundo poco diferenciado, la llamada opinión pública es así, voluble, incapaz de representarse las cosas en forma precisa. En una sociedad son muy pocos los que logran representarse las cosas en forma precisa. Se espera de los líderes que estén en condiciones de ver, porque la función del líder es la de guiar con sus ver más lejano y profundo, lo que sus seguidores no pueden ver. Este es uno de los problemas de la democracia, dónde eligen precisamente aquellos que no pueden ver, los ciegos, los que viven en mundos de caricatura.

    La función de los grandes artistas es la de representar lo oculto, lo reprimido, la función de los grandes pensadores es la de formular el logos de esas representaciones. El artista ilumina lo que está oculto, el filósofo lo representa dialécticamente. El artista es inconsciente de lo que expresa, podría decirse que constituye el síntoma de una sociedad, el filósofo es el que construye teorías para representar conscientemente lo que el artista hace inconscientemente. El filósofo es consciente de sí mismo y sus procesos. El artista representa la vía lunar, está cerca del sueño, el filósofo representa la vía solar, está más cerca del despertar de la vigilia, es quien se encarga de interpretar los sueños. El artista sueña el filósofo interpreta. El líder hace las dos cosas en forma simultánea para hacer realidad los sueños.
     
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