Meditando en torno al Psicoanálisis

Los grandes descubrimientos psicoanalíticos lo son: la transferencia -de la que han vivido hasta el día de hoy-, y la naturaleza de la dimensión simbólica en el hombre: el inconsciente.

Esas dos cosas que pueden ser una abrieron el campo al conocimiento histórico-vivencial del hombre, pero se creyó que haciendo consciente lo inconsciente, el hombre se curaría de sus problemas neuróticos, cosa que no ocurre.

La enorme falla del psicoanálisis es su intención de cura, que parte de un supuesto que no se cumple: hacer consciente lo inconsciente no cura.

Pero en estos más de 100 años de psicoanálisis, no quieren aceptar esta verdad de hierro.

Claro, vivos y rápidos como son los psicoanalistas, dicen que el propósito del psicoanálisis no es la cura, el psicoanálisis no tiene por propósito la cura sino el autoconocimiento.... pero, dejando entrever que el autoconocimiento conduce a la cura.

Dicen: la cura no hay que buscarla... y si se es puro de corazón y sincero, la cura viene por añadiduría.

Todo el psicoanálisis es una trampa para incautos.

El autoconocimiento analítico, no cura, al contrario.

Entonces, si hacer consciente lo inconsciente no cura, ¿para qué sirve el psicoanálisis? el psicoanálisis termina convirtiéndose en un camino místico, donde supuestamente la persona que lo recorre se enriquece en autoconocimiento, cosa que no es cierta, muchas veces el autoconocimiento sólo inhibe, claro, me refiero al autoconocimiento analítico.

Las personas no necesitan autoconocimiento, necesitan desarrollar destrezas para vivir mejor y tener un mayor control sobre su medio.

El psicoanalisis no da control sobre el medio, sólo resignación.

La resignación psicoanalítica, no sirve para nada.

Por otro lado, muchos problemas de conducta, no constituyen la expresión simbólica de un conflicto intrapsíquico, sino que constituyen claros problemas orgánicos.

Problemas como la anorexia, las adicciones, etc., no se curan a través del psicoanálisis, al contrario, se empeoran, porque parte de la idea del psicoanálisis es entregarse a los propios impulsos, y estos conducen a ese tipo de comportamiento.

La “voluntad” es esencial en el hombre para lograr el dominio de su medio, y el psicoanálisis niega que exista la “voluntad” y cree que tratar de mejorarla conduce a empeorar la neurosis... creen que el hombre sólo debe funcionar como un proceso que se da.

Por ese motivo siempre pongo el ejemplo del ajedrez en lo tocante a la comprensión del hombre, el hombre no es sólo un organismo de descarga de tensiones, necesita aprender a pelear en la vida para vivir y procurarse lo que necesita, por lo que debe aprender el comportamiento estratégico.

El psicoanálisis mantiene en el estado de niño desamparado al paciente, no cree en sus capacidades para elegir.

El psicoanalista cree que quien no se ha psicoanalizado, no es dueño de sí y de que todas sus elecciones son erradas.

Rogers tuvo el acierto de colocar la responsabilidad por las propias acciones en sus pacientes, crecer es hacerse responsable de los actos propios... bueno, en realidad no sólo Rogers destacó esta domensión del comportamiento, los gestaltistas también, y todas las psicoterapias de corte existencialista.

Hacer consciente lo inconsciente no cura, este es un dato de la realidad, por lo que como técnica curativa el psicoanálisis no tiene valor.

Luego queda el autoconocimiento psicoanalítico, tampoco tiene valor alguno, imaginen un ajedrecista que recuerde todos los errores que cometió en sus juegos, quedaría inutilizado para jugar.

Lo que se necesita para superarse -noción que los psicoanalistas detestan-, es el enfoque, la concentración, donde nos unificamos y todo nuestro ser funciona coordinadamente en una única dirección... la desintegración psicoanalítica sólo produce gelatina humana.