Memoria y muerte

Llegas a un lugar parecido a los pequeños bosques congelados de un calendario. Tu percepción activa unas cuantas áreas cerebrales. Entre esas, el hipocampo, un regalo dado por la vida que nos convierte en inmortales.

Allí está esa persona sonriendo con fuerza, Como si quisiera expeler su esencia entre las separaciones de su escasa dentadura: “Alegre, humana, cómica, que vivía cada momento como algo único” Viste de rojo, con un abrigo que esconde su fina silueta; despertaba la mirada de todos los hombres para tu desgracia.

Luego, esta área activa otra, a su vez, menos cargada de detalles, pero más visceral. Una tal amígdala, te llena de miedo: -¿Seguiré sin ella, tendrá la vida una motivación sin ella…? No estará más para decirme que de nuevo cometí un error, pero que de nuevo podré intentarlo…-

Recuerdas con gozo los momentos colosos, inquebrantables, de tu vida a su lado, Lamentas una caricia dada sin amor, un reproche que a ella le llego al alma y que sobraba, que no daba más que desazón a sus vidas. Quisieras que la tecnología avanzara y que tu mente se transportara al muro en blanco motivo de tus fantasías.

¿Estarías dispuesto, a volver a construir aquella historia tan celosamente custodiada en ese lugar impenetrable que no es tuyo, sino que pertenece a la memoria de la vida misma.., y sabiendo que de nuevo deberás pasar por aquellas ultimas horas de dolor, de constante sufrimiento, por aquel exorcismo únicamente sustentado por los errores de la vida y por un creador increíblemente cruel?

No lo quisieras. Esto te llena de fuerza, y te permite descansar solo hasta que tu mente en blanco se active por enésima vez, por lo menos hasta que lo permitas. Un aliciente te da fuerzas como una comida recibida a deshoras, y desafortunadamente no lo crees muy a fondo: “Ella descansa en paz“.

¿Acaso añoras ser de nuevo feliz, añoras sentirte como te sentías al lado de ella...? ¿O realmente la añoras, sientes su ausencia? Escuchas cometarios desfasados, como si un principiante en frente de ti, disparara en ráfaga sin querer, y te hiriera muy hondo: “estas siendo un poco envidioso”

Te defines de todas las maneras pero nunca has pensado que la envidia hace parte de tu ser. Te conformas con aquel verano de camping de 19…; con aquellos secretos pasionales de noviembre, con toda la historia de amor que poco a poco perderá detalles, pero nunca emoción. Juegas con los niños que te dejo a cargo, porque dentro de ellos ya sea en espíritu o biología, ella habita y vive intensamente. Y de esa manera descansas sin ser juzgado.

 

Bebe hermoso eres Un buen escrito perfectamente se capto La Idea principal de la vida y el amor a nuestros seres queridos y que nos conllevan a compartir con esas persona. Recuerdos mas recuerdos.... Muy Bueno querido.

 

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