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Memorias de mis soledades IX

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Megara900, 28 de Febrero de 2010. Respuestas: 3 | Visitas: 668

  1. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Eloísa y Alejandro trataron de persuadir a Helena para que se mudara a vivir con ellos, pero comprendieron que lo mejor era darle su tiempo para asimilar los cambios y que ella decidiera el momento de estar con ellos. Helena había guardado su dolor en alguna parte de su corazón para no afrontarlo y se había propuesto arrancar por completo de su vida todo aquel tiempo en que había conocido a Ricardo.
    Él, por su parte, se había negado a regresar a casa de sus padres. Aquella mañana se despertó con el penetrante sol que traspasaba las ventanas. Se dirigió a recorrer las cortinas cuando pudo percibir un ligero murmullo más allá de las ventanas y abrió las puertecillas del balcón, cuya única vista era la parte frontal de la casa de Helena, de la cual salía también un pequeño balcón. De aquél lugar provenían las voces, al percatarse de que se trataba de Helena se detuvo tras la puerta. No pudo evitar percibir aquella escena. Helena se encontraba con Adelaida, su ama de llaves. La pobre mujer trataba de arreglar la bastilla de un vestido mientras Helena se movía de un lado a otro de la habitación.
    -Déjalo así por favor, Adelaida. No me importa si queda largo.
    -Pero señorita, si no se lo compongo y va usted así a las caballerizas no quiero imaginar cuánto polvo y otras cosas va a levantar.
    -Bueno, tienes razón, pero es más fácil ponerme otra cosa.
    -Sí, pero este le queda muy bien, y además se lo acaba de regalar su madre.
    -Está bien, pero no estaré toda la mañana esperando a que termines.
    -Ya casi acabo.
    En eso estaban, cuando la voz de Alonso resonó por la ventana.
    -¡Helena, ven pronto! Tienes que ver el potrillo que ha nacido, está hermoso.
    En cuanto escuchó aquello, Helena corrió hacia la ventana olvidando por completo el hilo y la aguja que aún llevaba en el vestido.
    -¡Espere señorita, aún no termino!
    -No importa Adelaida, tengo que ver a ese potrillo, ven conmigo tú también.
    -Señorita, por qué no va por la puerta, puede lastimarse –decía la mujer preocupada por Helena, que tenía toda la intención de saltar por la ventana que daba al patio, ya que por allí llegaba más rápido a las caballerizas. La ventana estaba a un nivel considerable sobre el suelo, pero Helena ya había utilizado muchas veces como salida alternativa.
    -Porque no puedo perder más tiempo –respondió Helena con una sonrisa de triunfo a la mortificada mujer. Ya tenía la mitad de su cuerpo fuera del balcón cuando sintió que alguien la sujetó por el brazo.
    -Helena, regresa adentro, por favor, puedes romperte algo –le pidió Ricardo desde la pequeña distancia que separaba los dos balcones.
    Él la ayudó a poner los pies de nuevo en el balcón, mientras ella lo miraba sorprendida. En cuanto estuvo ahí, él dio media vuelta y se marchó. Helena lo miró mientras se iba, ya detrás de las ventanas, Ricardo le dirigió una única mirada, la cual Helena desvió acercándose de nuevo al barandal y finalmente saltó.
    Cuando Ricardo alcanzó a asomarse por el balcón, Helena ya corría a lo lejos hacia las caballerizas.
    Ricardo se sumió en un profundo sueño, sin ganas de salir de ese estado. De pronto, tuvo la sensación de que había alguien en su balcón. Con sigilo abrió las puertas y en aquél lugar pudo ver a Helena. Sus brazos descansaban extendidos sobre el barandal y tenía el rostro hacia atrás, parecía estar mirando más allá del sol que iluminaba su cabello. En un pequeño instante, Helena dio media vuelta y caminó hacia Ricardo, dejando su rostro muy cerca del suyo. Tenía una de sus manos entrelazada con la de ella, que lentamente fue soltando mientras se alejaba de nuevo hacia el barandal, pero Ricardo dio unos pasos más para alcanzar su mano y entonces Helena cruzó sus brazos entrelazando su cuello, mientras él unía su rostro al de ella con sus manos. Él la besó desesperadamente, lo mismo con ansiedad que con angustia que iba creciendo lentamente en su interior. Sin poder contener su amor, una culpa que le golpeaba el pecho lo hizo despertar abruptamente de aquel sueño. Lo había sentido tan real que aún pudo tocarse los labios y percibir el suave aroma de Helena sobre él. Se enjuagó muchas veces la cara y tuvo que jurarse mil veces que no había salido de aquella habitación.
    [FONT=Calibri]Terminó de vestirse y estaba dispuesto a salir cuando se dio cuenta que sus padres lo estaban esperando en el recibidor. [/FONT]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Padres, no sabía que estuvieran aquí.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Hijo, que bueno que despiertas, empezábamos a preocuparnos por ti. Mira qué cara tan enferma tienes, le pediré a un médico que venga a verte –murmuró Eloísa con un semblante preocupado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No hace falta madre, ya me siento mejor. Pero ¿cuánto tiempo llevan aquí?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Sólo un rato –contestó el padre. Venimos a avisarte que tenemos que volver a Arizona, debo resolver unos asuntos pendientes, y de más está decirte que allá está mi trabajo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Helena irá con ustedes? –preguntó Ricardo tratando de disimular su interés.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No hijo, no queremos presionarla para que viva con nosotros, igual que a ti. Pero nada nos haría más felices que ustedes vivieran con nosotros.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Lo sé, tal vez yo regrese pronto por allá.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ya sabes que siempre tienes un lugar en nuestra casa, hijo. ¿Ya has pensado lo que harás respecto a Clara?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No, necesito un poco más de tiempo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Está bien, no te molestaremos más al respecto –continuó el padre. Nos despedimos de ti, y espero que cuides de tu hermana, ya hemos visto que viven muy cerca. Es una gran coincidencia, ¿no lo crees?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Así es padre, quién podría pensarlo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo se despidió de sus padres y anduvo caminando un rato sin saber a dónde ir. Cuando regresó a su casa sentía un cansancio muy grande, junto a la puerta de entrada, pudo distinguir la figura de un hombre que lo esperaba.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Buenos días, joven, me han enviado sus padres para que revise su salud.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Gracias pero no tengo nada.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Nada se pierde con que lo revise.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Está bien –contestó Ricardo sin ánimo alguno.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Creo que tienes un poco baja la presión, pero eso es todo. Trata de descansar un poco y de tomar estas medicinas. Si sientes que no pasa, me llamas de nuevo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Gracias por su visita, espero no necesitarlo de nuevo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-De nada y yo también espero que se mejore. Hasta pronto –se despidió el médico.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Regresó a su habitación y comenzó a escribir algunas notas sobre sus cuadernos. Trataba de concentrarse en eso cuando escuchó la puerta de su habitación abrirse.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Cómo has entrado? –preguntó Ricardo con un dejo de asombro.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-La puerta estaba abierta –respondió Helena mientras observaba la habitación.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Debí haber olvidado cerrarla. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Te encuentras bien? –Helena cuestionó a Ricardo mientras colocaba una mano sobre su frente.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Estoy bien, es sólo un dolor de cabeza –continuó Ricardo mientras retiraba la mano de Helena con la suya.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No has ido a verme.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No deseo empeorar las cosas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Entonces me olvidarás?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tú siempre serás una persona importante para mí, eres mi hermana.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]El rostro de Helena se tornó amargo al escuchar esas palabras, pero la determinación que tenía la hizo marcharse antes de ponerse a llorar frente a él.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, prométeme que intentarás ser feliz –Ricardo alcanzó a pedirle antes de que saliera.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Eso es lo que quieres que te diga, que voy a ser feliz porque tú vas a serlo con Clara? No comprendo por qué volví a dejar una esperanza en ti, si no he sido más que tu plato de segunda mesa, así me he sentido. Incluso antes de que esto pasara, ibas a marcharte con ella ¿no es así?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No puedes saber lo que iba a hacer antes…[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Es fácil saberlo, teniendo enfrente al mismo cobarde –terminó de decir Helena mientras se marchaba.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Las palabras de Helena se clavaron como daga en el corazón de Ricardo. A pesar de todo, tenía la razón. No podía dejar que Clara arruinara su vida por culpa de él, y lo más doloroso era que Helena lo había amado así, sabiendo que jamás tendría la fuerza para dejar de complacer a los demás. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena no volvió a buscar a Ricardo durante aquellos días, ni siquiera se le vio cercana al patio. Las puertas de su balcón desde entonces permanecieron cerradas. Ricardo sólo pudo verla una vez en la casa de Esteban, pues no había perdido su costumbre de jugar ajedrez con él. En cuanto vio llegar a Ricardo se marchó, sin dirigirle una mirada, mucho menos alguna palabra.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Vaya, veo que ustedes no han cambiado su trato, ni siquiera ahora que saben que son hermanos –comenzó Esteban.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ella es así, de pocas palabras – le respondió Ricardo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Me he enterado que has regresado con Clara, me alegra por ustedes dos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Estás en lo cierto, ¿quién te lo ha dicho?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tu hermana, cuando le pregunté por ti.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Me doy cuenta que habla contigo de mi, pero al menos a mi desde hace algunas semanas no me habla.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tal vez le sea difícil verte como un hermano, pues siempre estuvo acostumbrada a no tener lazos afectivos con nadie.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Es probable.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No me gusta verla tan sola, abandonada siempre a la tarea de cuidar sus caballos. La invitaré esta noche a una fiesta que celebrará una de mis primas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Y desde cuándo te preocupas tanto por ella?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Desde siempre Ricardo, te recuerdo que ha sido mi amiga incluso antes de que tú y yo nos conociéramos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Bueno en eso tienes razón.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tú también puedes ir con nosotros y llevar a Clara, si así lo deseas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Lo pensaré, creo que nos hará bien distraernos un rato.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Qué bueno que te has animado, yo pasaré por Helena en la noche.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Me parece bien, en unas horas más nos vemos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo y Clara llegaron bastante temprano. Ella permaneció platicando con algunas de sus amigas mientras él tan sólo le hacía compañía. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Un poco más tarde llegó Helena acompañada de Esteban. Helena traía un vestido claro que dejaba parte de su cuello y hombros al descubierto. Ellos se dirigieron a la mesa donde estaba Ricardo y Esteban se alejó un momento para saludar a Clara y a sus amigas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No debiste venir con ese vestido, está comenzando a hacer un poco de frío –le dijo Ricardo mientras le ofrecía su abrigo. Helena no le respondió ni tomó el abrigo, tan sólo giró el rostro hacia otro lado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Esteban regresó con Clara, que lucía muy feliz porque su situación con Ricardo se había arreglado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, ¿bailarías conmigo está pieza? –le pidió Esteban.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Por supuesto – le respondió Helena con una gran sonrisa.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Clara tenía deseos de bailar, pero Ricardo se negó rotundamente. Sus ánimos comenzaron a empeorar cuando vio a Esteban muy cerca de Helena, murmurándole cosas con sonrisas cuyo significado él conocía muy bien.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ellos harían una linda pareja ¿no lo crees? –le dijo Clara a Ricardo en un tono pretencioso, que tan sólo incrementó su enfado. No prestó más atención a Clara y se dirigió a donde estaba Helena, tomándola del brazo y llevándola hacia afuera. Esteban se quedó sorprendido por la actitud de Ricardo y regresó a acompañar a Clara en la mesa.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Qué le ha pasado a Ricardo?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No lo sé, apenas unos segundos estaba aquí tan tranquilo, yo creo que se ha molestado porque bailabas con su hermana.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Bueno, hablaré con él al respecto –le dijo Esteban mientras salía a buscarlos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Por qué estás haciendo esto? ¿Querías saber si me afectaba? Pues lo has logrado, ¿no lo ves? No puedo soportar verte cerca de él, ni pensar siquiera en que tu pudieras amarlo. Me duele cada mirada tuya que le das con esos ojos que fueron tan míos, sólo míos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Y crees que a mí no me dolía verte con Clara? Un día me rechazas, y al otro vienes a decirme que no quieres verme con nadie más. Eso es tan sólo celos y egoísmo, no amor. Además, tú me hiciste comprender lo equivocado que estábamos. Tú y yo somos hermanos, no podemos vernos de otra manera. Y te diré lo que me dijiste antes, intenta ser feliz, que yo también lo haré.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Pero Helena, ¿no lo comprendes? –le respondió Ricardo en un tono desesperado. Soy tan desdichado por no tenerte, por no poder amarte en este mundo. No puedo resignarme a perderte porque aún te amo con la misma locura con la que me enamoré de ti. Ven conmigo a otra parte, a cualquier lugar donde podamos amarnos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tú lo has dicho, en otro mundo y en otras circunstancias habría un lugar para nosotros. Ahora es enfermizo continuar con esto. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri] En esos momentos apareció Esteban, que se unió a aquella conversación.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ricardo, necesito hablar contigo, Helena ¿nos dejarías un momento estar a solas?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Sí, por supuesto- pronunció Helena mientras se alejaba. Ricardo se sintió incómodo por la interrupción de Esteban.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ricardo, siento que te has molestado hace unos momentos. He venido a decirte que no tienes por qué preocuparte, yo pienso en Helena con fines serios, tú sabes que siempre ha sido de mi aprecio, pero ahora la quiero de otra manera.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-La quieres porque te has quedado solo. Tú sabías que ella estaba enamorada de ti mucho antes de que su ama de llaves te lo dijera. Lo sabías incluso cuando te hiciste novio de Sonia y jamás te importó. Pero a ella no le interesas ahora, así que déjala en paz.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ricardo, no sé qué motivos tienes para no desear que me acerque a Helena, pero debo decirte que el hecho de que seas su hermano no te da derecho a decidir sobre ella, si ella me acepta y desea estar conmigo, no me va a importar romper nuestra amistad, pues esta noche me has demostrado que no vale mucho para ti.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Entonces que así sea, pero te advierto que mientras yo esté aquí, no permitiré que te acerques a ella. Has cometido un gran error al poner los ojos en ella, no es del tipo de mujeres con las que te lías.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Pues eso está por verse Ricardo –le dijo Esteban mientras se acercaba a él con un aire bastante enfadado. Tú no eres el más indicado para venirme a hablar de moral cuando tienes una amante escondida en algún lugar. Apuesto a que Clara no lo sabe.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Puedes ir a decírselo si lo deseas, yo me voy de este lugar con Helena.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo entró a la habitación y salió con Helena. Ni siquiera se detuvo un momento para explicarle a Clara, la cual se quedó perturbada junto a Esteban.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Cómo se atreve a dejarme aquí? No podía haberme humillado de una peor manera.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo te llevaré a tu casa, Clara, no dejaré que te vayas sola.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Gracias Esteban, menos mal que Ricardo cuenta con un amigo como tú.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-De eso ya no estoy tan seguro, pero ya veremos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1
  2. David Valdés Estrada

    David Valdés Estrada Fantasma sin número

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    Uy sí mi novio Milhouse, uy sí, yo te llevo a tu casa Clarita porque esos dos son chusma, uyuyuy. OJOJOJO, perdona. Perdona, es una broma muy local que sólo unos amigos que son bien fan de los simpsons entenderían. Pero bueno, el recurso de enemistar a los amigos del alma es interesante. En algun momento podrían llegar a batirse a balazos. Y en algún lugar también si este esfuerzo tuyo por alcanzar una novela retoma los elementos del lugar común, Ricardo y Helena caerán en cuenta de que siempre no fueron hermanos y que pueden unir sus vidas ante los ojos de la sociedad. Aunque será más interesante si se unen siendo hermanos y soportando no sé cuántos lastres que les puedas sumar a su bitácora de desgracias dentro de lo que viene. Esteban a estas alturas ya debería de ser un personaje más consolidado en rasgos de carácter y lo sigo sintiendo bastante ñango, como que le pesa ser hombre, no sé. A la Clara ya de plano le perdí la fe, se ha vuelto de un flemático que si la veo con todo mi respeto la escupo o la barro con la mirada. El detalle del nacimiento del caballo pudo haber sido tocado más ampliamente puesto que es algo que le fascina a Helena. Pero bueno, ya veremos, seguro Helena lucía hermosa con ese vestido.
     
    #2
  3. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Pues si mi querido amigo, usted llegó al punto en el que no sé a donde llevar la historia, si sean hermanos o no pero algo permanecerá intacto y eso es el amor de Ricardo y Helena, ya veré que hago con Clara, me encargaré de que no lo moleste tanto y ese Esteban tomará un lugar más importante. Muchas gracias amigo por aventarte seguido toda esta lectura que la he echo bastante larga y tediosa de leer, incluso para mi, me hace muy feliz verte acá ocupando un espacio de tu tiempo a tu pobre amiguilla que sueña con escribir una novela, gracias siempre por todo y por tu gran amistad un abrazo mágico hasta tu estado :)
     
    #3
  4. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Qué bello que le ha gustado a tu hada jeje muchas gracias amigo, me hace muy feliz tenerte cerca y que te haya gustado este intento, mil gracias por todo :)
     
    #4

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