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Memorias de mis soledades VI

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Megara900, 20 de Febrero de 2010. Respuestas: 4 | Visitas: 929

  1. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    16 de Diciembre de 1964

    -¡Helena, ven pronto! Mira lo que te ha mandado el joven Román.
    Helena no prestó la mínima atención a las palabras de doña Leonor. Había sacado una pequeña cadena de su alhajero, su padre se la había regalado.
    Con meticulosidad la colocó alrededor de su cuello y terminó de arreglarse.
    -¿Qué es eso tan importante?
    -Mira estas hermosas flores que te ha mandado. Sabes creo que este muchacho está loco por ti, por qué no aceptas sus cumplidos de una vez.
    -¿Y por qué no deja de perder su tiempo de una vez? Ni siquiera me gustan las flores, puedes tirarlas.
    -Pero Helena, por qué te comportas así.

    Helena detuvo un momento su marcha y dirigió una mirada soberbia a doña Leonor, quien decidió no insistir más sobre el asunto.

    -Esta tarde me marcharé de su casa, quiero agradecerles todo lo que hicieron por mí. En este sobre está el pago por su alojamiento y allí también está mi dirección en California.
    -Pensé que no regresarías a California. ¿Qué te ha hecho cambiar de parecer, te ha molestado alguien del pueblo?
    -No es eso, este es un lugar muy bonito, me llevo grandes recuerdos- respondió Helena mientras ponía una mano en el hombro de la señora.
    -Aquí siempre tendrás tu casa Helena, en este tiempo te hemos tomado mucho cariño.
    -Y yo a ustedes- Helena dejó escapar una pequeña sonrisa.

    A las tres de la tarde los señores Montero despidieron a Helena. En el transcurso del viaje, Helena sintió una ansiedad por oler el aroma de los árboles de California, por llegar y estrechar las manos de Alonso y regresar con todos sus caballos. Pero antes de todo eso, iría a la tumba de su padre.
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    [SIZE=3][FONT=Calibri]Llevaba un vestido que le había regalado doña Leonor, se había acostumbrado a no renegar ya de los vestidos. Llegó a su tierra con un ánimo desfigurado, caminó hacia el cementerio y al estar en él corrió con locura a buscar la tumba de su padre. Con un gesto desesperado abrazó su tumba y lloró un rato sobre ella. Le quitó las hojas y el polvo que los árboles dejaron sobre ella y dejó enormes rosas blancas que había comprado al bajarse del tren. Se despidió de su padre con una gran ternura y regresó lentamente por el camino de tierra. Recorrió todos los lugares que había extrañado, se detuvo a observar las nuevas casas que construían al este cuando alguien la llamó.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Helena? ¿Eres tú?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Si soy yo… -Helena volteó sorprendida y una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¡Has regresado por fin!, no sabes lo feliz que me hace verte de nuevo, apenas y te reconocí, has cambiado mucho, ven dame un abrazo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo también te eché mucho de menos, Esteban, pero he regresado y aquí me quedaré.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Me alegra que digas eso. ¿Y cómo te fue en tu viaje, supiste algo de tu familia?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No, y no buscaré más, así es mejor.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Bueno, como tú decidas. Sabes has llegado el día perfecto porque hoy ofreceré una fiesta en mi casa por mi cumpleaños.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Y crees que lo he olvidado? He traído algo especial para ti.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, no te hubieras molestado, tu compañía ya es un regalo bastante grande.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Deja las modestias a un lado. Esto es para ti. –Helena le entregó un pequeño reloj en una caja de madera.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Es hermoso Helena, mi padre tenía uno así. Te agradezco mucho en verdad este gesto tan bello. ¿Entonces me acompañarás hoy por la noche?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Claro, allí estaré, sólo dame tiempo de ir a dejar mis cosas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Por supuesto, te esperaré.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena y Esteban se despidieron. Al llegar a casa, Helena se estremeció de tan sólo recordar lo que ahora sabía. Subió con prisa y abrió la habitación de su padre, sacó el diario que tantas veces había leído y se dio cuenta que las últimas páginas faltaban. En el diario estaban tan sólo los días felices donde su padre había vivido el amor. Las páginas dolorosas las había arrancado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Sacó una foto de su padre, le retiró el polvo y se la llevó a su habitación. Comenzó a desempacar las cosas. En un rato más llegó Alonso.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, me han dicho que has vuelto.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ya lo ves Alonso, he venido a confirmar el abandono en el que tienes mi casa.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ay Helena, tu casa sí, porque ya sabes que yo vivo más allá del rancho y raramente vengo para acá. Pero basta que veas lo hermosos que están los caballos para que te pongas contenta. Y te tengo una sorpresa, te he traído a Cedric para que te de la bienvenido.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Gracias, no sabes lo contenta que me he puesto.-Helena bajó de prisa comenzó a acariciar a su caballo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Es un caballo de muy buena sangre Helena, sabes, han venido varios interesados en cruzar a Cedric con sus yeguas, qué hermosos potrillos saldrían.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿De veras? Mira que no sabía que Cedric fuera todo un conquistador. Ya veremos con quién lo cruzamos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Bueno Helena, me retiro porque debo atender unos asuntos atrás, espero que te sientas muy cómoda en tu casa.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Muchas gracias Alonso, estoy muy feliz de verte de nuevo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]La tarde se fue pronto para Helena y recordó que debía asistir con Esteban. Se puso un vestido azul que resaltaba su piel blanca y dejó su largo cabello negro correr por su espalda. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Cuando llegó a casa de Esteban habían dado las nueve de la noche, gente iba y venía por todos lados. Pensaba pasar desapercibida como solía hacerlo antes, pero las miradas se concentraron en ella. Las mujeres la veían con atrevimiento y un dejo de envidia, mientras que los hombres detuvieron sus conversaciones por saber quién era aquella extraña e intrigante mujer.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena buscó a Esteban con la mirada pero no lo encontró por ningún lado. Subió lentamente las escaleras y se detuvo frente al corredor, allí había menos gente. La sensación de estar expuesta a las miradas, como antes, la puso incómoda. Esteban se encontraba ahora en la puerta de entrada, había ido con Ricardo unos momentos afuera.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Entonces Clara ni tus padres vendrán?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No, Clara aún no se siente bien. Yo tampoco tenía muchos ánimos de venir, pero no puedo faltar a la fiesta de mi mejor amigo –respondió Ricardo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tienes razón, no puedes –contestó Esteban entre risas mientras se dirigían al centro del salón.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Esteban levantó la mirada hacia el corredor y con una gran sonrisa le dijo a Ricardo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Te tengo una sorpresa, no adivinas quién ha venido a mi fiesta. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Pues por lo que veo, la mitad del pueblo, Esteban.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No te hagas el gracioso, mira quién está allá arriba.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo dirigió la mirada hacia el lugar que le indicó Esteban y su mirada se contuvo durante muchos segundos. Allí estaba Helena, era ella, más hermosa de lo que lo hubiera imaginado. Por fin había llegado el momento de verla de nuevo, no tuvo tiempo de pensar en nada, sus sentidos se paralizaron y tan sólo caminó con Esteban hacia ella. Helena contuvo la mirada con un aire indolente sin ocultar su desprecio.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena qué bueno que has llegado, quiero que saludes a Ricardo, sabes él también me ha preguntado por ti este tiempo que has estado lejos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena no respondió nada. Se sumió en un profundo silencio igual que Ricardo, quien extendió su mano para saludarla. La mirada de odio de Helena no había cambiado, pero en cuanto sus manos se juntaron y sus miradas se detuvieron por instantes, una turbiedad invadió su mente. Helena retiró rápidamente su mano. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Esperen un momento – contestó Esteban – debo ir a saludar a los nuevos invitados. No se muevan de aquí, ahora vuelvo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena no sabía si permanecer o marcarse, lo único que deseaba era ser indiferente, pero su cercanía la alteraba demasiado. Entonces optó por marcharse. Ricardo la siguió hasta la salida.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, espera. Yo…[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Tú?… -Helena volteó la mirada con un gesto desafiante.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo necesito que me perdones. No sabes cómo me siento por todo lo que pasó, lo mucho que me he arrepentido cada día de no decirte jamás lo de Clara, de no tener fuerzas para seguirte.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tus remordimientos no son mi problema. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, por favor…[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Tengo que decirte que te he perdonado para que te marches? Yo he hecho como si jamás hubiera pasado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Pero yo no he podido hacerlo… me he atormentado al pensar la manera en que te he hecho daño.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Cómo pudiste atormentaste, teniendo tan grande razón para ser feliz?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri][/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena indicó con la mirada a Clara, que acababa de arribar a la estancia y se alejó de Ricardo, no lo suficiente para dejar de escuchar las cariñosas palabras que Clara dirigió a Ricardo. Con un ánimo desmejorado se sentó cerca de una de las mesas. De vez en cuando dirigía una mirada a la feliz pareja. Era difícil no sentir aprecio por Clara, siendo un ser que irradiaba luz con su sola sonrisa. Cómo podía hacerle eso Ricardo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
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    [SIZE=3][FONT=Calibri]El dolor penetró más allá de su odio. Se sintió ajena a aquella escena, donde lo único que estaba de más era ella. Sobre la mesa había una botella de whisky, que estuvo a punto de tomar, pero decidió aguantarse el dolor y marcharse.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ya en su casa, permaneció despierta durante mucho tiempo, junto a la llama viva de la chimenea. Sentía no haber podido despedirse de Esteban. Pensaba en lo que le había dicho Ricardo, no creía en su falso arrepentimiento y mucho menos en que había sufrido su ausencia. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Los días siguientes la pasó por completo en las caballerizas, no deseaba encontrarse con Ricardo en el patio vecino a su casa. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]

    [SIZE=3][FONT=Calibri]Algunos días se reunía con Esteban a jugar ajedrez. Él era ahora más dedicado y cariñoso con ella, de alguna manera, deseaba saber si lo que le había dicho el ama de llaves era cierto.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
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    [SIZE=3][FONT=Calibri]Esteban y Helena volvieron a ser los buenos amigos de antes, se reunían siempre que podían y mataban el tiempo juntos. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
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    [SIZE=3][FONT=Calibri]Un día inesperado, Ricardo, se apareció en la casa de Helena. Estaba a punto de echarlo cuando llegó Esteban, quien la saludó con un fuerte abrazo y se sentó junto a ella. Ricardo los observaba con meticulosidad. La sonrisa de Esteban, el semblante incómodo de Helena.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
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    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No pensé encontrarte aquí Ricardo, qué razones te hacen visitar a tu vecina ¿Algún caballo se ha metido a destrozar tus cosas?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No, no es eso, he venido tan sólo a dejar este sobre a Helena, lo han dejado por error en mi casa, bueno yo debo retirarme ahora… -un dejo de tristeza se dibujó en el semblante de Ricardo mientras se despedía viéndolos juntos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No sé que le pase a este hombre, ya no es el mismo de antes. Tal vez la enfermedad de Clara lo esté afectando demasiado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Qué es lo que tiene Clara?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Al parecer anemia, aunque algunas veces se encuentra normal, otras no puede siquiera levantarse de su cama. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Y siempre ha estado enferma?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No lo sé con certeza, pero desde que sus padres arreglaron su relación con Ricardo, su ánimo ha mejorado muchísimo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ojalá que se reponga[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Todos deseamos eso Helena-respondió Esteban con una sonrisa mientras se despedía de ella.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Más tarde, Ricardo regresó a su casa. Helena no se movió de la puerta, no pensaba dejarlo pasar.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Qué diablos quieres?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Quiero saber por qué Esteban te busca tanto, por qué te abraza de esa manera, respóndeme ¿aún lo amas?- Helena dio media vuelta, pero Ricardo la alcanzó y la tomó del brazo, ella se molestó de sobremanera y lo empujó.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No tienes derecho a preguntarme eso y no tiene por qué importarte.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Por supuesto que me importa Helena, yo jamás te he olvidado, te amo con locura, te amo- Ricardo la aprisionó entre sus brazos e intentó besarla. Helena le respondió con una fuerte bofetada, pero Ricardo no la soltó, tan sólo la abrazó con más fuerza y sus labios se juntaron. Helena pudo separarse pero estaba tan cerca del hombre que amaba, anhelando sus labios lo mismo con una ansiedad que con una profunda tristeza.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena no sabes cuánto te he extrañado, me vuelvo loco de pensar que puedas amar a otro hombre porque yo no podré jamás amar a nadie, a nadie…[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri][/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena respiraba agitadamente tratando de sacar valor de algún lado, pero sus impulsos la vencieron y finalmente se besaron. Sus manos acariciaron el rostro de Ricardo con una dulzura inmensa. Se besaron, una y otra vez, saciando esa sed que tenían el uno del otro. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri][SIZE=3][FONT=Calibri]Helena se deshizo de los brazos de Ricardo y se alejó a toda prisa. Por primera vez, Ricardo había dejado atrás el miedo de que alguien lo viera con Helena. Nada de lo que podía perder se comparaba a tenerla de nuevo entre sus brazos. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3][/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Esta vez estaba dispuesto a renunciar a todo menos a una cosa: el amor de Helena.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/FONT][/font][/FONT][/font][/font][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/font][/FONT][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1
  2. cesarfco.cd

    cesarfco.cd Corrector Corrector/a

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    Buena y entramada historia.

    Gracias Megara por compartirla.
     
    #2
  3. Niebla marina

    Niebla marina Poeta recién llegado

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    Quisiera observarme arriba del tren mirando de reojo a Helena ceñida en un vestido que la hace ver simplemente hermosa e infranqueable, cavilando sobre su regreso a la casa que la vio crecer, a la casa en donde comió, durmió, jugó y anduvo de la mano con un señor al que creyó su tío y fue siempre su padre. Pensando... no sé... en dónde estaría su madre y cuál fue la maldita razón que la hizo nunca buscarla. Desentendiéndose de los problemas del amor de Ricardo porque, los problemas del origen y las muertes, son siempre más importantes que los amores del pasado, esos que ocuparon tanto en los corazones. Quisiera caminar el pasillo que separa nuestros asientos y platicarle que un dolor parecido es el dolor que me duele y que se ve hermosa con el cabello suelto. Quisiera decirle que si gusta podría dormir para no pensar, que velaría sus sueños para no dejar a sus demonios pasar. Pero bueno, no se puede. La carne y la mente es débil y uno tiene que subir la defensa cada vez que lo mandan al suelo. Y uno es un solitario y siempre un poquito de fuego, palabras más, palabras menos, sinceras, necesarias... Y las caricias, los besos... con su pequeña verdad engañan. Helena, me han dicho que has vuelto a ver Ricardo... Helena, dicen que nada le importa mas que estar a tu lado. Ya veremos si es cierto.
     
    #3
  4. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Muchas gracias por estar César, gracias siempre.
     
    #4
  5. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Querido David, me ha gustado mucho tu comentario y asimismo me ha hecho sonreír, me he quedado pensando en eso, las caricias y los besos a veces engañan. Antes quería separar el amor espiritual del físico, después dejé entrar un poco la pasión y ahora ya no se para dónde irme, pero deseo de todo corazón que el amor perdure, muchas gracias amigo querido, te quiero mucho :)
     
    #5

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