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Memorias de mis soledades VIII

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Megara900, 28 de Febrero de 2010. Respuestas: 3 | Visitas: 779

  1. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Al parecer, todos los consejos de su madre sobre cómo parecer frágil y enfermiza para gustarle más a un hombre, no habían dado resultado. Su estado de salud no mostraba mejoras, pero no se iba a quedar sentada a ver cómo los últimos cinco años de su vida se iban directo a la basura. Cualquier motivo que tuviera Ricardo para dejarla, lo iba a descubrir y a hacer a un lado.
    Uno de esos días, fue a casa de Ricardo a mitad del día con toda la intención de convencerlo de regresar con ella, pero no lo encontró. Empeñada en no perder su tiempo, decidió averiguar si Helena sabía algo de él. Helena se encontraba limpiando un establo cuando sintió la presencia de alguien.
    -¿Puedo ayudarla en algo?-indicó a Helena dejando por un momento lo que estaba haciendo. Clara circundó con la mirada el lugar, sin dejar de fruncir la nariz por el olor a caballos.
    -En realidad sí. Estoy buscando a Ricardo, ¿no sabe a dónde ha ido?
    -No, no lo he visto salir.
    -Bueno, cuando lo vea, dígale que lo ha venido a buscar su novia, por favor.
    -Está bien, se lo diré.
    -Otra cosa… Usted que vive tan cerca de él ¿lo ha visto con alguien?
    -Ricardo siempre está con muchas personas, no entiendo a dónde quiere llegar con eso.
    -Me refiero a si lo ha visto con otra mujer –pronunció Clara en un tono suspicaz. Usted debe saber algo, después de todo, es una persona cercana a Esteban, su mejor amigo.
    -Así es, pero no puedo hablarle a cualquier persona de su vida.
    -Yo no soy cualquier persona, señorita, soy su prometida –respondió Clara molesta al darse cuenta que Helena no iba a decirle nada.
    -No es eso lo que yo sabía – continuó Helena, que empezaba a sentirse asfixiada con la presencia de Clara.
    -Pues está mal enterada entonces. ¿Usted sabe algo que no me ha dicho, no es cierto?
    -Si lo supiera, tenga por seguro que no se lo diría.
    -¿A quién está protegiendo? Dígamelo.
    -Le ruego que deje de perder su tiempo, y de hacerme perder el mío.
    -Está bien, ya veo que no piensa ayudarme. Pero tarde o temprano alguien va a decírmelo. Con permiso.
    Clara se marchó altamente enfadada por la negativa de Helena, pero jamás le cruzó por la mente que tenía frente a ella a la mujer por la que la había cambiado Ricardo. Estaba por partir cuando llegó Ricardo.
    [FONT=Calibri]-Amor ¿por qué no has ido a verme? Sabes, debería estar molesta contigo pero no importa –pronunció Clara mientras se dirigía a besar a Ricardo. Él trató de apartarla con el mayor tacto posible.[/FONT]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Clara, ya nunca me verás por tu casa de nuevo. Lo nuestro no puede continuar.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Por qué lo dices de esa manera? Cómo si tú fueras el único que puede terminar todo esto. ¿Y lo que yo siento no te importa?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Me importa mucho, y es por eso que me alejo, porque no puedo hacerte feliz como tú lo mereces. Lamento haber prolongado esto demasiado tiempo, espero puedas entenderme Clara, nosotros no podríamos ser felices.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Pero lo éramos ¿no es así?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tú eres muy joven aún, llegarán mejores cosas a tu vida, tienes todo un camino por delante. Cuando encuentres la verdadera felicidad sabrás que esto tuvo que pasar para que llegara.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Acaso tú la has encontrado? Contéstame. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo no respondió pero Clara continuó sus reclamos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Tienes una amante no es así? Es por eso que me dejas. ¿Cómo has podido hacerme esto? –murmuró Clara con la voz entrecortada, mientras amargas lágrimas comenzaban a correr por su rostro.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Clara por favor, no hagas esto más difícil ni doloroso para ti, no quiero verte así –le dijo Ricardo secándole las lágrimas con su pañuelo. Vamos, te llevaré a tu casa, empieza a enfriar y no te hace bien estar aquí.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Te importa que pueda enfermarme, pero me dejas en la vergüenza. ¿Sabes lo que dirá todo el pueblo sobre mí?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No es así Clara, quien lleva todo el peso de sus actos soy yo y también soy yo al que juzgarán. Tú eres una joven muy hermosa y no dudo que pronto encontrarás otro hombre con el que podrás hacer la vida que soñaste.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Sí, pero eso pude haberlo hecho hace cinco años, escoger a cualquier otro ¿por qué tuve que escogerte a ti?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No lo hiciste tú, fueron nuestros padres.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No voy a permitirte esta humillación tan grande ¿me oyes? Como que me llamo Clara Roldán que vas a arrepentirte de lo que has hecho –sentenció la joven herida antes de marcharse.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo regresó preocupado por Clara. Ojalá hubiera existido alguna forma de hacer las cosas sin haberla lastimado, pero eso era imposible. Aunque el amor de Helena había llenado todos sus pensamientos, no dejaba de preocuparse por Clara. Tantos años de haberla llevado de la mano no quedarían atrás tan fácil. Tampoco olvidaba aquellas ocasiones en que la llevó en sus brazos cuando sufría sus desmayos. Estar junto a ella le hizo sembrar un amor que ahora veía como el de un hermano.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Esa tarde, sus culpas lo consternaron y le fue imposible aclarar su mente. No se sintió dispuesto para ver a Helena con ese semblante doloroso y amargo en su alma.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena lo esperó junto al banco de madera, de alguna extraña manera, la tristeza que consumía a Ricardo en aquellas horas llegó también hasta ella. Se preguntaba si realmente había valido la pena dejar a Clara por ella. Se introdujo en la casa y se dirigió al espejo. Observó sus manos largas, mucho más grandes que las de cualquier muchacha. Recordó una ocasión hace no mucho tiempo, cuando unos amigos de su padre habían traído a su hija mayor, una muchacha muy delicada, cuyas manos cabían perfectamente por el cerrojo de la puerta. Helena lo intentó inútilmente porque las suyas no cabían. Eran demasiado grandes y demasiado bruscas para ser guardadas bajo la seda de un guante. Al contrario, pensó que habían sido hechas de esa manera para trabajar la tierra, cuidar los caballos y cualquier otra cosa que no involucrara la belleza.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Se recogió el cabello en una cola y cuando se dispuso a dormir, no pudo evitar llorar por un rato. La mañana siguiente se levantó más temprano de costumbre. Regresaba de alimentar los caballos cuando pudo distinguir la voz de Esteban en el patio cercano.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ricardo, tienes que venir ahora, algo terrible ha pasado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Por qué estás tan acelerado, qué sucedió?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Se trata de Clara. Ha tomado un exceso de pastillas y se encuentra muy mal, te llama todo el tiempo, tienes que ir a verla.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Vamos –respondió Ricardo en un tono sombrío, mientras se subía al auto. Esteban giró la mirada y pudo ver a Helena.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, perdón por no haberte saludado –pronunció Esteban mientras tomaba una de sus manos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No te preocupes por mí, entiendo que tienes prisa.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Debo acompañar a Ricardo ahora, en cuanto tenga un momento libre vendré a verte.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Gracias –respondió Helena casi de forma monótona cuando Ricardo le dirigió una única mirada que se perdió a lo lejos cuando se despidieron.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Esteban y Ricardo llegaron a la casa de Clara. En el recibidor se encontraban sus padres muy alterados. Su madre lloraba desconsoladamente y su padre iba y venía por la habitación.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ricardo, que bueno que has venido, ve a ver a Clarita por favor, no hace otra cosa más que llamarte – murmuró la madre de Clara entre sollozos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Todo esto es su culpa, es un desgraciado –respondió el padre de Clara, mientras lo estrujaba por el pecho.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Déjalo que vaya a ver a Clarita, no ves que eso es lo que quiere –intervino la madre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Está bien, pero este joven tendrá que responder de una vez por todas por lo que ha hecho –se conformó el padre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Ricardo entró a la habitación de Clara, que estaba recostada en la cama con un tono más pálido que de costumbre en su rostro.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Clara, no puedes dañar tu salud de esta manera por un capricho. Ninguna persona vale la vida de otra persona ¿me escuchas?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No deseo vivir sin ti, Ricardo, si tú me dejas no deseo soportar ese sufrimiento, prefiero morir mil veces, mil veces antes que perderte.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Calla, no puedes volver a hacer esto. Sabes lo delicada que es tu saludo y tan sólo la empeoras ¿sabes ya el dolor que le estás causando a tus padres?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Y tú hubieras sufrido si yo hubiese muerto?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Por supuesto, todos los que te apreciamos estamos consternados por lo que hiciste.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Lo volveré a hacer hasta que regreses conmigo. Esto es tú culpa, si no me hubieras humillado de esa manera, no hubiera yo despreciado mi vida. Lo volveré a hacer y tú cargarás con mi muerte en tu conciencia.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Clara, no puedo regresar contigo. Yo no te amo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Has venido a esto, ha decirme que no me amas? ¡Vete ahora, vete! Te aseguro que no volverás a verme, ¡vete![/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Los gritos de Clara hicieron llegar a sus padres, que habían escuchado su conversación tras la puerta.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ricardo, retírese ahora, sólo ha venido a alterar más a Clara. Le ruego se vaya y si no la quiere, desaparezca para siempre de su vida, es usted un hombre sin principios, lamentamos grandemente no habernos dado cuenta antes. Ya le ha hecho suficiente daño, no vuelva más –le advirtió el padre de Clara mientras lo seguía a la puerta de salida. En el patio lo esperaba Esteban, que también se había percatado de la escena en el interior de la casa.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Vamos Ricardo, ¿cómo es que has pasado de ser el muchacho mejor portado a esto?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Dímelo tú.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Bueno, perdóname, sólo quería deshacer la tensión de la situación. ¿Qué vas a hacer ahora?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No lo sé, Clara me ha dicho que si no regreso con ella acabará con su vida.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Jamás pensé que llegara a decir eso. Pero esto tan sólo ha sido una demostración de lo que está dispuesta a hacer.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo no puedo casarme con ella. Amo a una mujer que me ha entregado su corazón dos veces y la primera vez la traicioné. No puedo hacerlo de nuevo. No puedo casarme con Clara bajo esas condiciones. Necesito tiempo para pensar en lo que debo hacer –musitó Ricardo con las manos en la cabeza.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Vamos amigo, las cosas se arreglarán solas, ya verás. Piensa en que podría ser peor.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ni me lo digas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [FONT=Calibri][SIZE=3] [/SIZE]
    [SIZE=3][FONT=Calibri] Eran las seis de la tarde cuando alguien llamó a la puerta de Helena, quien miró de reojo por una rendija y pudo vislumbrar un semblante conocido.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Usted, qué hace aquí? [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, el motivo que me ha traído aquí es muy grande, déjame hablarte sobre él.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Está bien, pase. –Helena terminó de abrir la puerta al viejo notario Ismael, que traían un aire de conmoción y nerviosismo en su cara.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Se trata de tu madre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Le he dicho que no deseo saber de ella, para mí es como si no existiera–respondió Helena dándole la espalda todo el tiempo al notario.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Vengo a decirte que me ha buscado y quiere verte, por favor, dale otra oportunidad, ella no te abandonó y jamás deseó la suerte que le tocó a tu padre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Por qué le ha hablado de mí? Le pedí que no lo hiciera. Y sobre lo otro, no quiero verla nunca.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Helena, tú no puedes saber del dolor con el que ella ha vivido todos estos años por no poder verte, abrazarte, todo ese amor lo ha tenido guardado para ti, no seas injusta con ella.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Puede decir lo que quiera, pero no va a convencerme.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tal vez yo no, pero tu madre sí.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Qué está tratando de decirme?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tu madre está aquí, en el auto. Ha venido a verte.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena se quedó muda mientras un nerviosismo la invadía lentamente y se sentó sobre el sofá.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]En el umbral de la puerta se dibujó la figura de una elegante señora. Traía el cabello negro recogido bajo un sombrero. Sus ojos azules resaltaban a la luz de la tarde que empezaba a caer a esas horas.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena levantó la mirada y fue presa de una conmoción indescriptible. Una felicidad comenzaba a nacer en su interior pero no podía sofocar el odio hacia aquella mujer.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¡Sofía, hija mía!-murmuró la mujer mientras corría a abrazarla[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo no soy Sofía –respondió Helena mientras le apartaba las manos –mi nombre es Helena.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Lo sé, ese es el nombre que te dio tu padre, pero cuando eras pequeña yo te había nombrado Sofía –dijo la mujer entre sollozos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Esta era tuya cuando tenías apenas unos meses de nacida –mencionó la mujer sacando de su bolso una pequeña cadenita con el nombre grabado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Usted se equivoca de persona. Yo no me llamo Sofía y usted no es mi madre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Claro qué lo eres, hija. Ese dije que llevas en tu cuello era de tu padre ¿no es así?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Sí, pero no veo que tiene que ver con esto.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo se lo di a tu padre cuando nos separamos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Mentira, no le creo nada. Usted no puede ser mi madre, ella está muerta para mí.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Hija, tus palabras me destrozan el alma. No sabes cuánto he anhelado este día para abrazarte de nuevo. No imaginas cuál es el dolor de una madre por perder a un hijo. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Si sufría tanto por qué no vino por mi entonces, sabía con quién estaba. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No podía, hija, no podía. Ernesto jamás permitiría que crecieras con otro hombre como padre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Y por mi padre qué hizo? Usted no sabe lo que fue verlo triste cada día de su vida.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Yo lo amé siempre, lo amo aún después de su muerte, pero las cosas ya eran más difíciles de lo que pensábamos. Yo era una mujer casada y tenía un hijo de mi esposo. Si él hubiera sabido que tú no eras su hija, me lo habría quitado para siempre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Entonces prefirió que su hijo creciera en la familia perfecta y que su hija viviera como pudiera.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No hija, no es eso. ¿Cómo crees que podría desear algo así para ti? Yo sé que es imposible enmendar mis errores, por eso vengo a buscar tu perdón. No deseo que vivas en la misma soledad que tu padre, tú no eres culpable de nuestros errores y no tienes por qué vivir bajo la sombra del pasado. Tú tienes una familia que te ha buscado todos estos años, tienes una madre y un hermano. Y hay un hombre que te ama como si fueras su hija, por favor, no te pido que olvides todo y abandones tu vida. Sólo quiero que sepas que ellos están ansiosos por conocerte y saber de ti, como yo lo he estado todos estos años.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Eloísa abrazó con mayor fuerza a su hija, y Helena correspondió su abrazo mientras permanecieron llorando un rato.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Tu hermano está aquí en California, en una casa que tenemos cerca. Tienes que venir a conocerlo, por favor, estará muy feliz de saber que estás viva y que te hemos encontrado.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Está bien, iré a conocer a mi hermano y a tu esposo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Hija, él es un hombre muy bueno, ha sufrido también tu ausencia, nunca midió sus esfuerzos en buscarte.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Entonces debo hacer como si no supiera que no es mi padre.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No te pido eso, sólo que no lo odies por razones equivocadas, podría jurar que te ama de la misma manera que yo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena accedió a acompañar a su madre. La sola idea de tener una familia la hizo sentirse vulnerable. Justo ahora cuando estaba sola, había aparecido su madre. Sola porque aunque amaba a Ricardo, temía que la abandonara como lo hizo la primera vez.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Aquí es –indicó Eloísa al chofer para que detuviera el auto.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena recorrió con la mirada los grabados de la casa, que justamente, había pasado algún par de veces frente a ella.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Eloísa abrió la puerta y tomó a Helena del brazo, las dos caminaron lentamente a través del pasillo. En la habitación cercana se escuchaba la voz de un hombre pronunciando un discurso.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Hijo, pronto llegará el día en que debas estar al frente de mis negocios y de que sientes cabeza. Ya has hecho suficientes locuras.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]El hombre que hablaba parecía tener algunos cincuenta años. Unas ligeras canas comenzaban a bordarse en su pelo. Era alto y robusto, con la piel de un tono blanco pálido y unos ojos negros muy penetrantes.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Eloísa llegó a la habitación con una sonrisa que no le cabía en su rostro.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Eloísa, quién es esa joven que ha venido contigo, es tu nueva dama de compañía?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No, Alejandro… ella es Sofía, nuestra Sofía.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]El hombre se acercó hasta Helena y le dio un fuerte abrazo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]- Hija mía, ¡Dios nos ha hecho el milagro! Yo sabía que algún día te encontraríamos.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]El joven con el que hablaba el señor Alejandro, permanecía al final de la habitación, ajeno a la conversación.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ven Sofía, debes conocer a tu hermano, él es mayor que tú dos años. No sabes lo triste que se puso cuando te perdimos, ustedes dos eran inseparables.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Hijo, es Sofía, tu hermana que no has visto en veinte años. Ven a darle un abrazo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Sofía, cómo la han encontrado? –respondió el joven mientras giraba lentamente la mirada. Una terrible impresión lo sacudió por dentro. Allí estaba su hermana después de tanto tiempo de soledad, pero el rostro que encontró era bastante conocido para él.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Ismael, un gran amigo mío, nos ha apoyado todo este tiempo. Hace unas semanas nos dijo que Sofía vivía y que podría estar en California. Yo no le creía, pero así fue ¿no es maravilloso?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Sí, pero ¿cómo pueden estar seguros que es ella?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Qué no lo ves? Es idéntica a tu madre cuando era joven –insistió el señor Alejandro mientras le mostraba a Ricardo un retrato colgado en el centro de la habitación, el cual pertenecía a su boda con Eloísa. Ricardo se quedó observando con espanto la imagen. Y en efecto, a pesar de que su madre era un poco más baja y tenía las facciones del rostro más suavizadas, su parecido era irremediable. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Sofía, él es Ricardo, nuestro hijo mayor –pronunció el padre. ¿Pero qué pasa, no estás feliz de ver a tu hermana? Ven a saludarla. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri] -No es eso… -contestó Ricardo con la voz entrecortada, acertando tan sólo a saludar a Helena con la mano.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿Acaso ya se conocían? Tal vez la hayas visto antes todo este tiempo que has vivido en California.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No, es la primera vez que la veo -respondió Ricardo aceleradamente mientras soltaba la mano de Helena.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-¿A dónde vas hijo?[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-Debo hacer algo importante ahora –terminó de hablar Ricardo, mientras abandonaba con prisa la habitación.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena permaneció en silencio con la mirada perdida en las paredes. Alejandro se disculpó con ella por la inesperada salida de Ricardo.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]-No te preocupes, él siempre es así de necio, pero ven, vamos a que comas algo con nosotros, después te mostraremos algunas cosas de la familia.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Helena caminó acompañada del señor Alejandro, que a pesar de todos sus esfuerzos por odiarlo, le resultaba imposible. Aún no podía comprender todo lo que había sucedido. Se sentía incapaz de afrontar las cosas. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri] Ese hombre en el que había volcado todo su cariño, no era más que su propio hermano. ¿Cómo haría para arrancarse el olor de su piel y el sabor de sus labios? Una culpa atroz la estremecía de tan sólo recordarlo. Su tristeza la redujo a un estado mínimo, y se limitó a obedecer a sus padres.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]En cada paso que daba hacia su nueva familia, iba dejando también un pedazo de su corazón destrozado. Y mientras, Ricardo había regresado a su finca con una locura de la cual deseaba deshacerse. Al llegar a su cuarto se arrodilló junto a la cama, cerró los ojos con fuerza y comenzó a llorar con desesperación. Maldijo al destino que le había arrebatado a su hermana primero, y después, la había puesto en su camino como cualquier otra mujer. ¿Y cómo no haberlo sospechado? Cuando la conoció, se había dejado cegar por el misterio que la cubría. De niño, rezaba noche a noche porque su hermana volviera, pero con el tiempo, con ese tiempo que a costa de aniquilar esperanzas nos va haciendo grandes, había pensado jamás la encontrarían.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]No sólo la había amado, sino que había entregado los más dulces de sus besos y caricias a su única hermana, sangre de su sangre. Deseaba encontrar algo que mitigara el dolor y la culpa, pero ni el sueño fue suficiente para lograrlo. [/FONT][/SIZE][FONT=Calibri]
    [SIZE=3][FONT=Calibri]Iba a cargar con la culpa todos los días de su vida, y más allá de ella, con el recuerdo imborrable del amor de su vida, amor que ahora, era más imposible que nunca.[/FONT][/SIZE][FONT=Calibri][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]
     
    #1
  2. David Valdés Estrada

    David Valdés Estrada Fantasma sin número

    Se incorporó:
    18 de Septiembre de 2007
    Mensajes:
    1.825
    Me gusta recibidos:
    47
    La narración a este punto tomó una fluidez bastante admirable aunque la temática, que supongo yo, quisiste fuera de una super vuelta de tuerca pues... Ya no lo fue tanto mujer. Es que esto del amor imposible entre hermanos como que ya se tocó en muchas novelas y peor aún, en muchas telenovelas y... A menos que en el futuro me encuentre con algo nuevo, me temo decirle que cayó usted en la trampa de una salida fácil. Pero bueno, ya veremos. Por lo mientras yo sigo embelesado por Helena que no sé porqué, me remite un tanto, a una mujer que no he logrado sacarme del todo del pensamiento.
     
    #2
  3. David Valdés Estrada

    David Valdés Estrada Fantasma sin número

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    18 de Septiembre de 2007
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    Otro detalle que dejé pasar de largo fueron esos primeros arranques que despojaron a Clara de su aura de santidad para volverla casi casi que una perra defendiendo lo suyo. Pero otra vez muy mal, eso de las pastillas... Pues... No sé, cuántos frascos se han vaciado ya en nombre del amor orgulloso?... Creo que demasiados, no crees amiga?

    Un beso y perdona por ensañarme tanto, ya sé, soy un grosero.
     
    #3
  4. Megara900

    Megara900 Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Si, David, la verdad es que saqué argumentos baratos para enredar más la historia jeje me ha hecho reír tu honestidad y me agrada, eso me hace crecer, amigo. Y pues me vi bien villana al hacerle eso a la pobre de Clara, y lo que usted no sabe todavía que le hice, a mi me van a venir colgando por mala historiadora y narradora ahh será el día de mi penitencia, me da mucho gusto verlo amigo y prometo mejorar por usted.
     
    #4

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