Mermando Cabos

El soldado “Torrejas” me miró al mismo instante de que el rugido oradó nuestros tímpanos... fue más fácil discernir que era el sonido de un M82 (rifle de largo alcance) que entender porqué habían saltado las entrañas de su vientre hacia el suelo.
Me sostuvo la mirada y, sin cambiar la expresión de su cara, cayó de bruces. Por instinto mis piernas se doblaron y giré el cuerpo hacia donde ya disparaba el soldado “Orejas”. El francotirador tendría dos... tal vez tres segundos de desventaja antes de volver a fijarnos en la mira. ¡A como diera lugar teníamos que salir de su línea de visión!
Olvidándonos del equipo rodamos hacia puntos separados para no presentar un blanco fácil.
Aún antes de parapetarnos el clamor de las AK-47 (Avtomat Kalashnikova modelo 1947) ya estaba dándonos la recepción que habíamos anticipado. Era evidente que nuestra llegada no pasó desapercibida. Y era más dolorosamente claro que habíamos caído en la lista para ser borrados.
No pasaría nada... todo sería un “error en los planes de asalto”: Un memorando perdido, una orden traspapelada... una consigna que jamás fue ejecutada. Y claro... nosotros, una vez muertos, seríamos los únicos culpables.
Después de un minuto pudimos determinar que eran tres “cuernos de chivo” y un francotirador lo que teníamos en frente.
No hizo falta más que intercambiar miradas con el Soldado “Orejas” para dirigir toda la carga hacia un mismo objetivo. Si lográbamos diezmar su fuerza posiblemente tendríamos una oportunidad.
Después de intercambiar “cortesías” logramos silenciar uno de los cuatro.
Bien sabíamos que el factor moral era una herramienta poderosa. Una vez que vieran como caían sus compañeros cabía la posibilidad de que los demás emprendieran la huida.
Una artimaña del ejercito es dar “órdenes al aire” es decir, dirigirnos a gritos a soldados imaginarios con el fin de dar una impresión errada de nuestra fuerza combativa. Sin embargo caímos en tres paracaídas y un elemento yacía muerto.
No teníamos tiempo para elegancias ni para elevar plegarias. Debíamos intercambiar información sin develar nuestra vulnerabilidad.
[FONT=&quot]- "Oye “Orejas” ayer me acosté con tu hermana” (Pon atención)
[FONT=&quot]- A ver si eso le quita lo santurrona. (Escucho)
[FONT=&quot]- Me la llevé ocho veces a la cama (Tengo ocho peines)
[FONT=&quot]- Yo dos más (Tengo diez peines)
Sabíamos que si queríamos ofrecer una resistencia decorosa, era necesario recuperar el equipo que dejamos atrás.

(Continuará)​

©®Todos los derechos reservados bajo el nombre de Jorge de Córdoba, Barak ben Asís, Cesarfco.cd[FONT=&quot]∴​

 

Hola jijijijij, lo recuperaras... los cuernos de chivo... las consignas no ejecutadas... eres travieso, me diverti y me dolió una oreja mientras leia. Saludos y estrellas
¡SONRIe

 

Gracias Mujerbonita por pasearte entre estas líneas.

Un abrazo.

 

¡No falta el humor...!
un abrazo

 

La picardía del mexicano, Rosario.

Sin ella seríamos muy parecidos a roperos.

Un abrazote.