Mi abandono

Mi abandono. Mi desposesión. Mi mismo.
La criatura malvada
ha dejado caer un poema bajo la lluvia.
Me he perdido.
Despierto
en la humedad de los versos de Lord Byron
que van tejiendo anormalmente
un pequeño manantial
hacia la horca que tuvo que padecer Eurípides.

Mi odio hacia Rimbaud
crece a través de mi amor por Verlaine.

Esta vez hubo penetración
excitación imploración.

Pizarnik ha hecho de Alejandra
un pene erguido que ha penetrado
mi ojo izquierdo y me ha hecho un hijo mudo.
Esta criatura que odio y que me odia
arde en llamas por la furia de su padre,
que es su madre.

¿A dónde la humedad
fruto de mi desespero creciente?
¿Cuál fue la iglesia que instauró Arquímedes
sobre las venas patrióticas del Támesis?

He necesitado reformar mi tormenta
para hallar la tranquilidad
que es otra tormenta.
Pero pude hacerlo previsible,
pude y no pude como un guerrero errante
clavar la espada
sobre mi pecho hundido de una antigua circuncisión.

Y todos esos libros sobre Kafka
inútiles para mí
han revivido mi antiguo amor por los insectos.
Mi vida. Mi amor. Mi muerte. Mi abandono.
​

​

 

Todo sea por estar presente en el momento y no ser únicamente espectador.

Gritar a los cuatro vientos que participas de un sentimiento y que creces o te desmoronas cual castillo de arena batido por la misma marea que anhelas... que temes.

Buenas pinceladas Jeison. Gracias todas por compartirlas.

Un abrazo.

 

Muy elocuente e intenso . Me ha gustado muchísimo.

 

Es grato leerte poeta.
saludos.

 

Gracias a todos por leer esto que ignoro. Quizá por eso lo he escrito. Ya es realmente inútil y seriamente innecesario cualquier intento mío por decir algo que me he dicho lo suficiente.

Besos.

 

Dejandose vencer... Un gusto leerte

 

Es un buen poema que denota tu bagaje cultural, es esa nómina fatal la de los decadentistas, muy bien, el colofón de tu poema es una recolección de datos o un epifonema muy bien logrado, ya me sentí como una cucaracha kafkiana con la fuerza de tu poema...

 

en total abandono estás, pero igual nos tienes, todo aquello penará y volverá, verás que si, besos mi niño bello

 

Aún puedo soportar un poema más. No soy yo el culpable de que mi poema hable de lo que no es. Si habla de lo que no es, es porque no ha venido en vez de venir. ¿Qué puedo pedir sino más sed?

Gracias, chicos!
Besos.