Mi andar...

En el andar de mi verso también encuentro a la piedra en el camino, pero le creo esperarme como si ese fuera nuestro destino. A la flor que amanece creyéndose primavera y a la primavera que reverdece soñándose ser flor. Al canto suave y glorioso que emerge escondido entre las ramas y canta nidos y canta versos y encuentra en los besos canción. Allá, en el andar de mi verso, las nubes conforman islas que navegan en el mar azul y se pierden en la distancia hasta derrumbarse en la noche siendo sueños. Sueños de adolescentes imberbes robándole a ellas el primer beso bajo aquél farol, mientras pasan los ancianos muy lento adorándose con las manos a cada paso.
La luna en mi andar versos es el ombligo de la noche, el espejo del cielo, su ventana; coqueta como es, se mira en el reflejo del mar y se acicala, y así es como aparecen las estrellas que curiosas se sonríen producto de su sonrojo. En el andar de mi verso están los amantes, siempre furtivos robándose a besos. Escondidos de las miradas se desnudan pronto y, se penetran tan hondo como sus suspiros, donde se prometen unidos algo que jamás se cumplen: salvar su amor.
En el andar de mi verso, tropiezo con el apesadumbrado, ese que yace sentado en la banca de un jardín mirándose la pena en la palma de ambas manos completamente ausente y, se suicida clavándola a los ojos
hincándole profundamente. El a veces aun ausente me mira y, otras veces así el ausente soy yo.
Y mi andar de versos sigue y sigue y aun soñando jamás descansa, lo quiere todo y tiene nada.
Apenas mira se encribe para encontrar su rima y cuando se tiene -o mas bien se cree tener-, se difumina de estas manos como aquél líquido que se quiere retener y se escurre evaporándose a la nada, siendo todo...

anthua62
México 02-06-16