Mi espalda

Mi espalda,

barranco penetrante de pestañas ardientes

donde los sueños vierten sus torres siderales.

Mi espalda, que sostiene

el vértigo atrapado de los lustros

bajo el obsequio mutuo de unos abrazos

que excavan con sus besos mis hondonadas.


¡He soportado tanto esta espalda vendida!...

¡Se ha ensombrecido tanto esta espalda lasciva!...


Mi espalda,

naufragio de planetas con grilletes

en las tardes vencidas por la roca;

hoy ya no tiene nada que contarme,

hoy ya no tiene nada que ofrecerme...


Mi espalda,

la misma, aunque erosionada por vientos y voces;

la misma, a pesar de encerrar la quietud de la lluvia.


Mi espalda,

sumergida en la ausencia y señalada siempre

por los largos dedos de Dios...



© Abraham Ferreira Khalil