Mi ilusion en sangre

Esa noche... Esa noche hizo que perdiera la razón de este mundo, de la realidad y de la fantasía, pero me hizo tan sabio, quizás este en la insalud mental la capacidad perfecta del arte. Después de todo van gogh estaba totalmente loco, bethoven era totalmente violento e irracional, edgar allan poe fue desolado y asocial, vivía en un limbo producido por su soledad, pero, eso que yo viví esa noche no puede tener otra explicación que arte, arte completo y total.
Esa noche mientras estaba ebrio en mí cuarto contemplando la belleza innata de la nada, de pronto tras una tormenta, la electricidad se cortó. Yo seguía admirando la oscuridad viendo luces y formas en la misma, hasta que con el brillo de un relámpago apareció en frente de mis ojos, una figura majestuosa de cabello largo y castaño oscuro del color del ébano, piel blanca perfectamente pálida, un vestido negro tan perfecto, perfecto para la musa que lo usaba. Como si ese vestido hubiese nacido junto a ella, una figura natural y bella, nada excesiva pero aun así perfecta, una estatura bastante corta pero, eso solo podía hacerlo mas perfecta ante mis ojos. Pude apreciar sus bellas piernas sobresaliendo por el vestido, basta con decir que no era nada común, era algo especial, su rostro, sus ojos mirando hacia el horizonte como si no hubiese mañana, una expresión tan hambrienta de emociones, casi como si fuese a alimentarse d mi vida. A pesar de que solo había apreciado su belleza un momento por el destello del relámpago, pude apreciar todos esos detalles.
En la oscuridad estaba pasmado y petrificado por lo que había visto, mis pupilas dilatadas al estado de un cadáver, en esa oscuridad solo escuche esas palabras... esas palabras que dijo en la misma oscuridad penetrante y terrorífica, pero tan sensual, tan seductora, tan fuera de la vida que en ese momento conocía, me dijo dijo: tu sangre es mía, déjame probarla.
Al escuchar esas palabras mi cuerpo se erizo por completo, un escalofrío invadió mi alma, un escalofrío que al narrar mi historia vuelvo a sentir, algo tan fuera d lo normal, una sensación del otro mundo. Pero en ese justo momento otro relámpago ilumino la habitación, mostrándome que ella estaba justo frente a mi, mirándome fijamente, como a una de sus presas, en ese momento la oscuridad volvió a apoderarse d mi visión, pero de momento, sentí esos labios tocando los míos, labios fríos como los de un muerto, pro tan adictivos y peligrosos a la vez como cualquier droga mortal. Tan deliciosos como un vino de largo añejamiento, solo podía besarlos, sentado en mi silla mientras me daba cuenta que ella se subía encima de mí.
Mis manos y mi cuerpo salieron de pronto de su trance, rodeando mis brazos por su cintura mientras en mi regazo ella estaba sentada. Seguía besando esos fríos labios en la oscuridad, y una lujuria tan demoniaca se apodero de mi, quizás era esa su voluntad y así la obedecí, solo podía besar su piel, su cuello, apretarla mas y mas hacia mi cuerpo para sentir su pecho y el mío juntos. Moviéndose en mi regazo mientras con cada uno de sus gemidos mi alma arrancaba. Pero, en ese momento, en el momento que mi cuerpo llego a su máximo placer, clavo sus colmillos en mi cuello, mientras sentía mi vida irse en un instante, muchos que han estado al borde de la muerte dicen que es la mejor sensación del mundo, mejor que cualquier droga, yo puedo confirmarlo.
Al perder una gota de vida dándosela a ella, sintiendo todo su cuerpo encarnando con el mío, me sentía tan bien, en ese momento, y quizás así fue, pude haber muerto feliz. Cuando desclavo sus colmillos de mí y susurro a mi oído: -Tu sangre y tu cuerpo siempre serán míos por toda la eternidad. Luego me dio un último beso, quizás, diría yo fue ese el beso de mi muerte, un beso donde pude sentir el sabor de mi propia sangre en nuestras bocas.
Luego de ese instante, mis ojos se cerraron y quizás por ese momento, mi vida mortal dio su último respiro. Cuando desperté era de día, me pregunte si había sido solo un sueño o en realidad paso. Pero mi respuesta vino a mi cuando vi en el espejo la marca d su mordida, y pude saborear el sabor a sangre en mi boca, un sabor, que desde ese entonces, adoro y degusto como el mejor de los vinos.

No se aun que sucedió, no pude observar de nuevo esa marca ya que el espejo de dios cerro sus puertas para mi y la luz del día se convirtió en mi enemigo a muerte. Desde ese momento han pasado 100 años. Al parecer no he cambiado ni un poco, dios quizás ya no quiere recibirme en su templo dándome el regalo de la muerte, tengo que deambular en las noches, tomando sangre de otros, y buscando a esa musa de vestido negro que esa noche me dio el beso inmortal de sangre y muerte...

 

Me gusta, lo sabes.

 

Buena prosa gótica, fluída, de fácil lectura que permite leerla hasta el final y disfrutarla.

Puliendo algunos detalles y cuidando los errores ortográficos lograrás obras de gran calidad ya que tienes una forma muy clara y amena de expresarte.

Un gusto leerte. Besito.

 

Bueno de verdad!!
Aplausos y estrellas...


Si quieres y tienes tiempo...acerca tu crítica sobre mi cuento "Renfield"

 

Me cautivaste leyendote A.J. sigue esribiendo porque ire detras de tus letras.Un abrazo

 

Te invito a PARTICIPAR EN EL CONCURSO DE MUNDOPROSA, remitiéndome por mensaje privado una prosa nueva e inédita..TE DEJO LAS BASES.GRACIAS
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