Mi otra abuela.

Sus palabras se derraman por un estrecho acueducto
de cual flujo abundan piedras y troncos rotos,
fuente proveniente del rio situado en tus ojos,
que a simple vista se desbordan temblorosas.

Te miro y me pregunto
¿desde cuándo aguantas las lágrimas?
¿las derramas bordando vestidos de novia enamorada?
¿las derramas bailando tango ante el puñal de su mirada?

“la vas a pagar” te dijo.
y miras tus sueños golpeados,
los cuales no sabes si fueron compartidos,
ya que tus mismos hijos te han dejado de lado.

No te abrazó, cuando en silencio te ahogabas,
No te escuchó, con plata este te callaba,
no te miró, fue ciego ante la grieta de tu mirada,
no te creyó, en el momento que fuiste abusada.

 

Pero ella pudo abrazarse, escucharse, saberse importante, bajo el cielo azul...
Aunque eran otros tiempos, y la psicología, aún estaba marginada, como terapia.
De todas formas, a día de hoy, no es fácil transitar por el sendero evolutivo.
Cuanto más nos elevamos, más solos estamos, pero podemos buscar gente afín a nuestra condición.
Gente solidaria con el arte, la ciencia, la Magia y el deporte.