Mi preciosa Navidad

Hoy he estado meditando sobre la poesía, el amor y las arañas gigantes, tan sólo unas pocas oraciones desatan en mi posibilidades gigantes y me sitúan en una convicción plena sobre mis pensamientos, unos ejemplos y sus posibilidades, lo que he logrado hasta hoy y lo que quisiera para mi futuro, un hombre debe tener un propósito y ser capaz de morir por el, de lo contrario no sabe vivir, por citar un poco al señor king, pensar en eso me hizo pararme sobre un espejo gigante en el piso, el cielo y sus nubes en su reflejo y yo mirando hacia el hasta estas horas con el cielo estrellado y el cielo de lo absurdo, el cielo de mis silencios, mi abuelo fue un huefano, no sabía de sus padres entre la ignorancia de vivir en la calle y dirigirse ante la vida como perro callejero sosteniendo a su hermana de brazos para que le dieran pecho abre la imaginación al porqué del enigma de su vida, nunca contaba lo real, puras fantasías y locuras, cuentos, no la cruda realidad porque debió ser horrible, mi padre alcohólico cegado por los fantasmas del maltrato de la culpa por ser malcriado tras ser el único varón y condecendiente su Madre con una agonía cuando perdió a su hermano mayor, ese dolor desconocido, fantasma que no comprendía lo acompañó en cada bebida, trago y vivencias de parrandas, entre otras por ejemplo cuando nos corría a mi, mi mamá y mis hermanas casi todas las navidades, tenis Nike nuevos y limpios, chamarra y pantalón nuevo, la música borracha, los juegos con los primos, escuchar a todo volúmen música lancónica todo el mes de diciembre con gritos, desmadres, recuerdo cuando fui rey mago en una pastorela en la primaria y mi mamá me hizo mi traje con su máquina de cocer, era el Rey negro que no confundo su nombre, mi hermana improvisó y mi abuelo sugirió que me pintaran la cara con grasa de zapatos, mi mamá no pudo ir porque don Fernando el vecino le dijo a mi papá que mi mamá lo engañaba con su amigo del trabajo y de la infancia, entonces mi papá de varios puñetazos le tumbó los dientes y también le dejó el ojo morado, todos los niños sabían que apestaba a grasa de zapatos y reían, hoy me va bien en mi profesión, modesta y explotada profesión, he meditado sobre el valor de los legados y los apellidos, lo que espera y aguarda el valor de la generación, la sangre, pero el origen de mi ser me deja ciego, perpetuo perplejo, no sé, no entiendo, siento que si no tengo un propósito siguiente tendré que accionar concretas acciones, es absurdo continuar si no hay propósito y apellidos que heredar, todo el esfuerzo y la búsqueda se reduce en un absurdo, todos los suicidas los he visto pasar en mis ojos de curiosidad como personajes que no soportaron que no se hicieron sus huevos, quiero pensar en el calvario de penar eternamente en el inferno por acabar con la vida propia, pero es sólo por pensar en el significado y filosofía de no tener un propósito tangible para la posteridad, me gusta, me encanta la frente como lugar principal para accionar el arma de fuego que tengo guardada, me gusta mucho el arte abstracto y es uno de mis pendientes de vida pintar un lienzo con algo interesante y vivo, frente a ese lienzo hacer volar mis cesos, puedo imaginar lentamente el suceso y la bala perforando la piel, nervios y cráneo para tumbar las neuronas y todos esos electrochoques que hacen posible mi pensamiento de un abismo y flojo, el de verme inmoscuído en el absurdo, sólo en ese caso accionaré ese cristal de emergencias, cuando no encuentre propósito para esta siembra y cultivos de vida que generación tras generación nos deparan las circunstancias, no soporto no controlar las circunstancias y estoy seguro lo haré sólo hasta entonces, por mientras gozaré de esta hermosa celebración del nacimiento del niño Jesús para mi preciosa Navidad

 

Excelente estilo narrativo, en definitiva muy bien contada la historia con bastante peso emocional. Y además me gustó.

Kisssss

 

Excelente lectura para un 25 de diciembre, gracias por visitar estas aventuras