Mi reina libertad.

Y es a ti mi Reina a la cual me encomiendo cada noche, pues tras la oscura tempestad tus cabellos dorados seguirán brillando al ocaso, conviertiendo nuestra voluntad en un sueño plagado de esperanza, en el que algún dia cumpliremos nuestro mayor deseo de libertad y podremos entonces ser iguales en nuestra tierra, en nuestro pueblo, y en nuestro corazón.

Oh mi Reina, si supieras el dolor de tu pueblo, la miseria a la cual nos han acostumbrado, la continua represión que sufrimos o la violencia con la que tratan a nuestras mujeres y niños.
Sé que no te quedan más lagrimas para tu pueblo. Que nuestra pena es solo una miserable parte del dolor que sientes. Que cada día maldices a quien impone sus leyes sin nuestra legitimidad. Y que en tu corazón solo hay amor para aquellos que un día decidieron oponerse al enemigo y sacrificar sus vidas por aquello que creian justo.

Hoy es el día Majestad, hoy todos los hombres que un día se vieron bajo las garras de un enemigo despreciable ponemos nuestras vidas en tus manos y nos entragamos a tí, pues sabemos que solo de esta forma podrás ayudarnos hasta el final. Si la lucha es justa, mañana nuestro pueblo podra respirar otra vez tu aire, el aire de la libertad.