Mi sitio

Mi sitio

Ayer me dijo mi amada
si no me cansa el gritar
casi en tierra de nadie
si nadie me va a escuchar.

Ayer me dijo mi vida
que la voz la tengo rota,
que me quedo sin garganta
gritando lo que no toca.

Porque no toca hoy en día
el decir palabras fuertes
como "libertad" y "paz",
por mucho que estén ausentes.

Porque no toca, ahora,
hablar de "memoria" y "vida",
decirle que no al silencio
con pasión mal contenida.

Porque no toca -no quieren-
el no débil pensamiento
que liga al ciudadano
a su propio sufrimiento.

Porque toca el no tocarse
y sentirse el propio cuerpo
y saber que estamos vivos
y recordar a los muertos,

porque toca el no quererse
como para hacer aprecio
de lo que fue uno mismo
y hoy lo mata el silencio.

Porque toca el que los días
pasen tibios y sin roce,
que no nos toquen la fibra
que el ayer no desconoce.

Porque toca el paso lento
del que no va a parte alguna
porque toca la apariencia
que de certezas ayuna.

¡Pero es que toca a rebato
la campana en la conciencia!
¡Pero es que no calla el alma!
¡Pero es que llama a la urgencia!

La urgencia de la palabra
que grita y se desgañita,
que se arriesga y no le arredra
que la declaren proscrita;

la urgencia de la presión
de la sangre en nuestras venas
que gritan a cada pulso
que vivir vale la pena;

la urgencia de la conciencia
que atenaza el corazón,
la urgencia de la memoria
que recuerda la pasión,

la urgencia de aquí y ahora,
la urgencia del basta ya,
la urgencia de la justicia,
de vivir con dignidad...

Mi amada cierra los ojos
mientras en silencio escucha.
Mi amada se está acercando
y en su silencio no lucha.

No lucha, que se me abraza,
y es dulce y tierna en el beso.
Me dice que me comprende:
a mí me basta con eso.

Pero hay más, porque me dice
con los ojos entornados
que el corazón que su pecho
siente ahora acelerado

es corazón junto al mío.
Y es pulsión, pasión y vida,
es sangre que inflama el alma
y acaricia y se desborda
arrojando por la borda
lo que quedaba de calma:
por eso quiero a mi vida,
por eso me está queriendo...
con la voz rota y absurda
su voz limpia estoy bebiendo:
¡y el amor se hace de pronto
beso a beso, cuerpo a cuerpo,
recordándole a la muerte
que aún no estamos muertos!

"Por eso te amo", dice,
cuando el cansancio nos llega.
"Por eso te amo", digo,
"mi amor, mi sitio, mi espera".​

 

Una cantidad tal de verdades que abruma. Cada verso es una meditación sobre lo que tenemos hoy.

Se nota oficio y pasión.

mamCardenal

 

Buen poema, hermano. Sigue adelante. Abrazos y saludos desde Alemania.