Mi última semana de uni

Mi último semestre de universidad, fue la locura total, tenía que correr de un lado para otro, necesitaba calificación de excelencia en todo para alcanzar promedio general de nueve, así que me encerré del todo, adiós fiestas, nada de :::banana:::, todo era estudiar y estudiar.
Tenía solo una preocupación, un profesor, el maestro en Derecho Internacional Privado, el querido profe Hilander, si lo recuerdan era una caricatura muy popular "Hilander el inmortal", pequeño apodo le dieron, por que como tenía un problema en una pierna, la mantenía rígida, así que "no podía estirar la pata".
Era un profesor agradable, no hacía exámenes parciales, muy atento, muy bueno al explicar. ¿Porqué mi miedo?, calificaba con un trabajo final, todo el semestre se resumía a un trabajo. La leyenda dice que nadie saca mas de un ocho con Hilander, así que moría de pánico.
Una semana antes del la fecha programada para el examen, nos dio las especificaciones del trabajo, origen, desarrollo, actividad de los tratados internacionales, omitiendo el TLC, elegir uno de los tratados y explicar su contenido, importancia y aplicación practica, como se relaciona con el Derecho Internacional Público y Privado. Entre mas especificaciones daba mas amarilla me ponía, muchos se resignaron y prefirieron solicitarla fecha del examen extraordinario. Yo no podía darme ese lujo, pero tampoco podía aceptar un ocho, me decidí a hacer el trabajo mas impresionante, casi un libro si era necesario, aunque tuviera solo una semana.
Comencé inmediatamente, encontré un tratado de exportación con Panamá, no encontraba suficiente información, me mudé a la hemeroteca, saqué libros de la biblioteca pública y también de la escolar, comercio, afinidades, discrepancias, todo lo imaginable y no inimaginable. Pero tenía que ir mas haya, así que contacté al consulado de Panamá en México, aceptó recibirme, pero justo a la hora de la clase de Hilander, no me quedó de otra, falté a mi clase, pero hice una entrevista extraordinaria, me dio mas información de la que podía imaginar.
La noche previa a la entrega, seguía acomodando tanta información, no dormí ni un solo instante, trabajé arduamente, por la mañana al intentar imprimir, noté que no tenía tinta, así que esperé a que fueran las ocho para ir a un ciber, todo estaba bien, la clase era a las nueve, desde las 7:45 esperaba que abrieran y lo hicieron hasta las 8:15, dieron las 8:25, en lo que iniciaban las computadoras, por fin al ver la memoria me dice "tienes virus, es probable que se elimine información", me quería morir, recordé que había mandado el trabajo a mi correo, trataba de abrirlo pero en la lentitud de la computadora, ví en el reloj, 8:47, finalmente imprimí el trabajo, lo engargolaron, corrí a clase, en pijama, sin peinar, sin arreglar, vuelta una piltrafa.
Entré al salón de clases a las 9:01, no había nadie, entonces noté el anuncio de la puerta, "No hay clases con el Profe de Internacional".
Con la pena que causa estar en pijama, fue a las oficinas a preguntar dónde podía entregar mi trabajo, la respuesta me dió un golpe terrible, Hilander entró a cirugía el día anterior, lo avisó en la última clase, a la cual no asistí, anunció las calificaciones, en razón de nuestro desempeño en el semestre.
Ví mi calificación un 10, todo mi trabajo mi esfuerzo terminé por tirarlo en la basura de administración académica.
Si no me hubiera olvidado de todo, tendría al menos una amistad que me comunicara lo ocurrido, la clase a la que falté, todo me daba vueltas ::barf::.
De nada me sirvió el esfuerzo, por que resulta que un profesor me puso una observación en tercer semestre y no lo sabía, así que perdía el derecho a la titulación por promedio.
La cereza del pastel, al mes siguiente, el profesor que me puso la observación ganó un reconocimiento de investigación, por su trabajo sobre el tratado de México con Panamá, bueno mejor dicho mi trabajo.
Terminé la universidad sin fiestas, sin :::banana:::, sin promedio y con un coraje impresionante!!!!!!!!
Hoy me río de todo lo sucedido, hasta simpático me parece, pero esa, fue la peor semana de mi vida