Mnemosyne

I
Traición, homicidio!, ¡Genocidio!

Naturaleza precursora, desde ya y hasta el final, el desmayo fue el clímax
de aquel desangramiento, todas las espadas sobre su cadáver lúcido, esculpido
perfecto pero bañado en su propia sangre, ¿porque no decir amen ? quam benigna,
dulce lirio de castidad. [1]

atardecer, segundos antes de que una nube diera fin al día, las dagas sobre su cuerpo yacían
amontonadas al rededor de su cadáver, y ellos se preparaban ya para llevarle a la morgue
¡avivando la maldad!
como es que han acabado con un tesoro inmortal
pues !nadie dijo que todo esto hubiera sido el fin!
Hasta entonces nadie había conocido tal magnificencia femenina, tan demencial y a la vez ethereal en tal efímera realidad humana. Lo primero que ella hizo entonces fue despertar.
por supuesto odiaba los cuentos de resurrección, no se creía una mierda tan barata.
suspiro levemente, con mucho dolor tomo aliento, y golpeo aquella rejilla helada que la mantenía aprisionada como si estuviera en una cámara criogénica, pero no lograba nada, mortificada aún así luchaba contra el dolor de su cuerpo, era la demencia femenina propiamente en tan perfecto templo. Solo tuvo que deslizar aquel cajón en el que se encontraba para salir, solo debía respirar un poco, solo eso bastaba para hacer que todo aquel pasillo fuera una cámara de sangre, y al llegar allí, en aquel helado pasillo, no tuvo indolencia alguna para continuar con aquella ilusión, tal vez jamás lograría llegar al nivel de Cathode, pero algo era en aquel momento seguro para ella, la vida más que un simple almacén de memorias.
su vestido de sangre, una fragancia de muerte, un sentimiento indeciso, pero en sus ojos abundaba más que vida, más de lo que ahora pudiera ser aquella mera ilusión, y todo lo que se llamase memoria, ya no podría afectarle, en sus ojos se notaba aquel brillo celeste del odio y la verdad.

Mnemosyne
-Porque al caminar he conocido lo que significa perderse, entre vida y muerte dar el paso hacia la verdad, y con una vida relativa conocer el pasaje del sendero indivisible.
Los humanos sois tan presuntuosos, el único animal que se ha domesticado a si mismo.
Yo no soy quien para juzgaros por vuestro pretexto, pero en mi sendero, jamas conocerán la dicha aquellos que se atrevan a encadenar mi humilde promisión de vida...

Ella lo había dicho todo, era lo más eticamente posible con sus enemigos pues su verdad innata sobre la vida era tan pura que merecía condenarse a ser la fuente de agua que solo fluye en una dirección, la del presente.
Los recuerdos evocados aveces calman como un manantial que reposa en la apatía del buen ser, para Mnemosyne solo basta con guardar la sutileza del presente, la calidez, la gratitud de su encantamiento.
Pos supuesto muerte no es el dilema si consigo se carga la voluntad de la infinita ilusión.




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[1] "Oh lirio de Castidad" Citado Lilium «Ave mundi espes Maria»

II
Sustancias Punzantes

Se que es desconcertante, e infringes daño sobre todo aquello que alguna vez te mostro como águila ante la videncia, también sé que es pernicioso y antitético sobre tu juventud.

Estuvo pasadísima de rasgos, -¡es folclore!- Exclamaba la dama, si fuera dama… si fuera acaso el fracaso sin ocaso. –Hemos terminado- es una reunión pretérita, jamás fue siquiera la amnistía de aquella gente, no han querido ocultar sus fingidas lagrimas, y quieren perdón… ¿perdón? ¡Han pecado!
La dama del folclore se acerco un poco más a los invitados.
¿Como pretendéis saliros de esta? Pregunto enfadada… pero la regente no había cometido el error del asesinato, había acaso otro misterio de Scarlet que consolase la mano hambrienta de los vengadores. Para entonces la luz del auditorio había sido cortada. Y Se aclamaba con tantos gestos humanos que el propio Hades no dejaría de sentirse halagado nunca más, se escuchaba entonces el estruendoso sonido de las balas cortando el viento en la oscuridad, la dócil resonancia de las espadas acometiendo contra la humildad, y más gritos con avidez, la excitación malévola.
No era lógico nada de aquella noche, cuantas mentes corruptas divagaban entre las sombras, quien seria humano y quien aún más humano… Si habiendo distanciado la franqueza en nada más se podía ya confiar, que sería acaso más temible entre la confusión. Disociación psicológica.
¡Dama! Tú, descendiente de copas francas, quien de sustancia más asesina que tu si nada haces. Entre el bullicio del regente explotaron las copas sobre la mesa, los candelabros yacían en el suelo encendidos como fogatas extravenares, los vidrios de unos ventanales rotos en pequeños fragmentos corto punzantes, la escultura se desmoronaba en pedacitos.
Y erase por fin el deleite de la visión. Entre nobles y guardianes mitigando su dolor con lágrimas de desesperación, el folclore de un vestido seductivo en la máxima expresión del dramatismo universal se alzo en un gesto veloz, y bien aventurado seria aquel anhelo de venganza.
-no es una elección la muerte, no para la indolencia de mentes corruptas. No fue el cielo quien quiso vuestra destrucción, no, no fue el destino quien acometió contra vosotros, no sois vosotros los pecadores, son vuestras almas faltas de voluntad y vuestros cuerpos sedientos de placer. Por eso, ¡no es una elección de muerte!
Aún la música del salón acompasaba tan amarga noche, otro día que terminaba sangriento, como queriendo decir que en el desdén de su hiperactividad nocturna solo quería aclamar paz, ese sosiego que le han robado, han hurtado la noche maravillosa, la han hurtado del paisaje armonioso.
De la guerra en el salón, solo había unos cuantos de pie, continuando la destrucción de la iglesia, el arte gótico se caía en pedazos y para entonces la doncella, si fuera dama habría dejado a sus peones enfrente… no estaría manchada en sangre y con su atuendo rasgado, pero ella no era como lo esperaban, solo fue subestimación, traición.

La regente se había encontrado allí para la redención, querían lavar sus manos sucias, pero no era cosa de todos, era solo de aquellos que se alzaron en la oscuridad, aquellos que luchaban contra Mnemosyne, la dama del folclore a quien desgraciadamente para el hades nunca podrían destrozar, pues era aquella su maldición, y también la de sus enemigos.
La dama solo deseaba vengar su pasado, que vivía aún luego de asesinarle dos veces, esas memorias tan lucidas que aún lastimaban el procedimiento del ser, tal vez estaba recorriendo el mismo camino nuevamente, nuevamente hacia el lirismo excéntrico… ese que narraban sus antípodas sobre sus batallas contra Cathode.
Una dama sin piezas en el juego de este ajedrez siniestro.
¿Acaso es aquella dama tan magna como nos cuentan las odas?


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elyon (;
http://www.howljo.blogspot.com

 

me quedé con ganas de seguir leyendo...

 

Fuertes imágenes, especialmente en la primera parte. Me motivo mucho y me atrapo el estilo de narración, es muy original y el ritmo se adapta a la trama. Me parece un escrito genial, tenes un estilo que me intereso mucho.
Gracias por compartrlo, un gusto pasar.