Momentos

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Momentos de brisa alrededor del ciprés. La iglesia blanca en la montaña. Gente bañándose en la última música de la tarde. La necesidad del amor de sentir los enjaulados tonos de luz rojizos. Los peces jugando a no pillarse mientras contemplándolos dibujas haikus. La plaza alrededor de la fuente, la alegría adornándose con verbenas en la tarde consagrada hacia la luna. Música calcinando el sonido original. Sobre el acantilado de belleza, un pájaro me ofrece su bienvenida, ya no está. Nadie me observa tras la palmera, estoy tras el humillo del cigarrillo, sentado en un banco nuevo de hierro sin apenas historia, soy en la nostalgia del otro bajo la ropa. Paisaje sin ruido, malditos coches. En la fuente, aguas de azurita abrazadas por un viejo mármol blanco, los peces subiendo como a besarte, el crepúsculo camina ebrio de belleza. La vibración de tu piel enredada entre mis orejas. Los peces subiendo como a besarte, ay, parecen que quieren obsequiarte caricias de frambuesa. Me miras fundiéndome silabas de ahogo. El deseo de los árboles desnudos. Te levantas caminando entre una luminaria hacia el atisbo de mi otra letra. Llevas en tu cuerpo quimera. Tus puntos suspensivos, como tú fuera del poema. Las nubes formando caminos de canela. Llevas en los ojos el mundo depredado por la sombra del único verbo poderoso. La madre de la poesía en tus ojos. Tu silueta se perfila en contraluz como una niebla. Hembra única tú del diamante de la tierra. Me lo pones fácil, tu mirada me reinventa y yo recupero mi asombro porque detrás de tus respuestas tienes mar. Te aproximas, recibo los mundos de tu sombra repletos de sortilegios de adjetivos hambrientos. Tu piel desde el ángulo de penumbra y delirio. Y cuando desperté, empecé a caminar hacia ti en la realidad de la irrealidad más intensa...



Chus

 

Pues ...¡Vaya! momentos amigo Jesús y todo eso en un día, la verdad es que son esas pequeñas cosas que quién no sabe ver, no disfruta de la maravilla que hay a nuestro alrededor. Bella prosa amigo Jesús y bellos instantes, saludos mil

 

Desde Colombia, llegó un besito de luz y despertó esta prosa después de sus más de cuatro años soñando. Yo me preguntaba, ¿estaría durmiendo esta prosa, o soñando? ¿en qué, cómo, qué postura? ¿cómo fue el beso? ¿lo hubo, acaso? ¿qué tipo de sonrisa? en fin, cosas, aspectos de lo humano, que quien no sabe sentir, no disfruta de la maravilla que estar un ratito soñando. Y en eso estamos.
Muchas gracias a las dos por vuestra lectura, empujón, y comentario. Dos besos.
Jesús