Morir de amor

La apretaba fuerte, la apretaba con su gran amor; no la dejaba respirar, hasta, casi, la masajeaba con furor. Sentía la necesidad de seguir y seguir, rodeándole con sus grandes manos, su cuello de porcelana... apretar, apretar y apretar, hasta su último respiro, dejándola sin aire; gritándole, te amo, te amo, hasta la muerte; te amo más allá de la vida.

Rápidamente los enfermeros, tras una lucha ardua, pudieron ponerle la camisa de fuerza; detrás, el cuerpo sin vida de la mujer mostraba su rictus mortal.

 

Sí amigo Curri, hay amores que matan ciertamente. Un beso.

 

Sí, todavía hay quien te dice que te quiere mientras te está matando...pero no está loco, es un asesino que mata porque no consigue lo que desea.
Peligroso mensaje parece dejar este micro.

Un abrazo, curri.

 

¡peligroso amor!
Un placer leerte
Un beso
Rosario

 

Gracias poeta por tu lectura... mi intención fue plasmar la metáfora del amor obsesivo que puede conducir a la muerte: leamos cualquier periódico, y lo veremos. Un abrazo

 

Espero que en la segunda parte de tu relato se sustituya la camisa de fuerza por las esposas y a los enfermeros por un tribunal popular. No es amor, es violencia de género.

 

Así es poeta; son, casi, iguales situaciones...dónde se ha leído que una mujer estranguló a su consorte?...Gracias por tu lectura

 

excelente poeta,

felicidades
un abrazo fuerte

 

Gracias Francisco por pasearte por mis palabras... Abrazos