Muere Valpo, muero yo

[FONT=&quot]
Y esa mañana, desperté serena y calma, esa de la que se siente hasta los huesos y te envuelve por completo. Ya se me hacía tarde, para variar ya estaba atrasada para el trabajo, no deseaba levantarme, pues mis sábanas aún estaban con ese calorcito que dan ganas de quedarse regaloneando con ellas, conté hasta tres y me levanté de un “suácate”, y entre tiritón y tiritón, entré a la ducha, luego me vestí deprisa haber si así acortaba los segundos, mientras tenía en mi mente un suculento desayuno, nada mejor que un tesito con canela y unas tostadas con palta. Pero como ya me había devorado todos los minutos de mi desayuno, pasé de largo, tomé mi bolso y me apresuré, en fin. Ya corriendo, atravesé la puerta de salida y me detuve, quedé impactada. ¿Porqué no lo vi antes?. Ahí estaba soñoliento y abrumado con un par de rayos de sol entre los cerros y el mar. Sí, era mi amado Valparaíso, ahí me abría los brazos, lerdo como siempre al amanecer, me tomé mi tiempo, di un respiro bien profundo como queriendo tragarme todo el aire salino, y pensé, hoy será un gran día. ¡No me había dado cuenta! Mientras experimentaba toda esa onda mística, ya habían pasado varios minutos y seguro me iba a llegar en la “pega”, cuando estaba en eso se siente un estruendoso “Boom”, mi corazón quedó prácticamente en mi garganta. No podía creer lo que estaban viendo mis ojos, ¡era el puerto en llamas!. Quizás que había sucedido, muchas interrogantes volaban por mi cabecita loca. Me fui derechito a la TV y más aún para mi sorpresa me entero más tarde ya, que había sido una enorme explosión de gas, gente muriendo y yo soñando minutos antes que iba a ser un día especial, y no me equivoqué tanto... Mi puerto querido, está ahogado en llamas y gritos, y así se mantuvo por un par de horas. Al final yo creo que las lenguas de fuego cesaron entre toa` esa lágrima. Ese día, el 3 de febrero del 2007, a las 8:30 AM, se escribió el fin de cuatro personas. Aquella mañana murió además un trozo de mi querido Valparaíso, y con ello, un trocito de mi alma.