Muerte en el patio de mi casa

Suave cuerpo que tras brisa inesperada ha sido arrancado de las alas maternales. Frágiles huesos estrellados contra el concreto, posicionados de tal manera que pareces dormir en sueño profundo. Bajan todos silbando melodías azules y callan al llegar a la escena. Se ve como una danza todos los movimientos que implican tu muerte. La confusión en sus ojos parece rutinaria y tu pequeña alma jamás comprenderá eso. Sin importar el tamaño que tuviste me gustaría que supieras lo que has provocado, porque al encontrarme con tu súbito descanso me has hecho rememorar versos e imaginar mis propias estrofas. Mucho miedo para preguntar, prefiero que mantengas tu respeto y yo vivir con la duda. ¿Tú ida será recompensada? No se puede condenar al animal por actuar acorde a su naturaleza. Los días han pasado y el grafito le sigue temiendo al papel, ¿A que le temo yo? Te extendiste hacia el salto de tu vida y al cerrar los ojos para sentir el viento rozar tu cuerpo te despediste del palpitar de tu corazón. ¿Como se sentirá ese ultimo suspiro? Han pasado meses y no puedo cerrar estas lineas. Siempre pensare en las letras que no te escribí, así pasaría mi vida buscando tu punto final y volviéndote a leer para recordar las emociones que tu frió cuerpo me evocó. No quiero dejar de escribir, de alguna manera tus alas aún vuelan entre mis palabras y aun puedo escuchar tu cantar al tomar la hoja. Deseo no olvidarte y sueño con que el mundo se detuvo al momento de tu muerte.