Muerte

De un árbol cayó su última hoja marchita, se deslizo entre la bruma de una mañana fría. Amaneció en el bosque y el silencio pisó la hoja que crujió antes de partirse debajo de sus pezuñas, tal como mi corazón rechina cada vez que lo estrujas.

La hoja se rompió en pedazos, unos grandes otros chicos, como los retazos de mi alma deshojada, e inundó el bosque de sus restos, como contamina mi dolor la dimensión de auras pulcras.

El viento elevó el remedo subsistente de la muerta hoja que se balanceó en el aire, temblorosa y a la deriva, se dejó llevar sin rechistar, como mi espíritu se marcha cuando me miras y me abandonas.

Así como la hoja muere en el árbol y cae entre cadáveres, yo agonizo entre multitudes inertes y voy a unirme a ellos, en el purgatorio de corazones lastimados. Si llegara a pisarme la nada, en ese instante, tal como esa hoja, me desharía y compartiría su destino unidos juntos en la tierra.

 

gracias por su comentario Maramin y por pasar a leerme, si hay alguna recompensa para mi, es que a alguien le guste lo que escribo con humildad.

 

Cuanta melancolia llevan tus letras. Abrazos