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Mujer De Colores

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por luis mantilla, 3 de Agosto de 2006. Respuestas: 2 | Visitas: 1688

  1. luis mantilla

    luis mantilla Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    24 de Enero de 2006
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    MUJER DE COLORES

    El incomodo aeropuerto piurano se había colmado en algarabía, la hinchada argentina cantaba enorgullecida su himno, desde donde yo estaba solo observaba cabezas y no a ella, Susana, la reconocida artista bonaerense que llegó desde su tierra para alentar a su selección, como siempre protagonista del sudamericano de fútbol.
    Los empujones casi me hacen perder el letrero que llevaba con el nombre de ella y así me pueda reconocer; decidí subirme en la silla del cafetín, me la imaginaba como en las fotos o la cámara web, mayor de cincuenta, seria, inteligente, todo una señora, no concebía siquiera a ella participar en saltos y cánticos, como lo hacían sus compatriotas; alguien por mis hombros alertó:
    - ¿Lalo Mancilla? – Era mas blanca y elegante de lo que me imaginé-
    - Sí señora, soy yo.
    La bienvenida se selló con un beso en la mejilla y un abrazo criollo, pero con mucho respeto.
    - Te imaginé mas alto y flaco – ella estaba con tacones, lo que hacía se viera mas alta que yo, en cuanto a mi peso estaba por los 90 kilos-
    - Para mi país tengo un tamaño regular señora- los empujones de los barristas nos llevaban rumbo a la salida-
    - ¿Porqué tenés que llamarme señora?
    - Pensé que era lo mas adecuado.
    - ¿Adecuado? Adecuado sería si me sacás de acá de inmediato mi “muñeco inca”. – de inmediato la saqué a las afueras del aeropuerto y quedé sorprendido por lo de muñeco inca, jamás me imaginé ser un atahualpita en juguete-
    - ¿Susana –me costó decírselo- te llevo al hotel? el taxi nos espera.
    - ¡Correcto! Beliana mi prima debe estar por allá –señaló a un grupo- por donde están los muchachos del Racing, es fanática del fútbol, debe estar echándome de menos, esperá que la encontremos y te la presento – su acento argentino acomodaba las tildes en otras vocales-
    - La verdad que estaba nervioso por el encuentro.
    - Y yo también “genio”, hemos contraído un matrimonio artístico virtual, pero llegó el momento de la verdad, si a vos no le agrado decíme, anulamos la edición del libro.
    - No debería ser así, el libro está terminado.
    - Por el bien de los lectores pienso lo mismo, el libro tiene que publicarse.
    Una exuberante rubia se acercó a nosotros:
    - ¡Beli! –exclamó Susana- te presentó al autor de los poemas que te gustan.
    - Hola “muñeco inca”, conozco todo de vos, Susana me contó todo, incluso que poso desnuda para que le termines de hacer su poema.
    - Asu -me avergoncé- su desnudo fue voluntario.
    Interrumpió Susana:
    - Así somos los artistas, no hay de que avergonzarse, hablamos un idioma diferente a la gente corriente, solo nosotros nos entendemos.
    Fuimos tras el equipaje que dígase de paso era demasiado para un viaje turístico.
    Se hospedaron en el mejor de los hoteles, fuera de la chusma gaucha que lo hicieron en otros de menor jerarquía.
    - Dejo mi equipaje y salimos “genio” –habló Susana-
    - Los pibes del “racing” pasarán por mí a las seis –eran las cinco- los esperaré, iremos a las plazas de esta ciudad a ponerles carga –no entendí las últimas palabras de Beliana-
    - Esperáme Lalo –pidió Susana-
    - Claro, anda tranquila, yo esperaré.
    Me acomodé en recepción, pensé en lo comprometida de mi situación, Susana Estevez era una pintora de fuste, hija predilecta de Quilmes, había estudiado en Europa y sus cuadros en su mayoría se vendían en esa parte del continente, ¿Qué podría ofrecerle yo? Estaba seguro que me pediría ir a los mejores lugares de la ciudad, aunque mi economía no era desesperada, tampoco estaba dispuesto a gastar demasiado en ella. Al rato:
    - ¿Nos vamos? –me sorprendió, los arreglos la habían situado en los cuarenta de edad.
    - Susana, tengo que ir un momento a mi trabajo, me puedes esperar.
    - ¿Esperar? No me podés llevar!
    Estaba comprometido, mi oficina estaba rodeada de cincuenta toneladas de tierra, su abrigo de cuero de hecho se empolvaría.
    - Nuestras realidades son diferentes –traté de explicar- no vayas a pensar que soy un oficinista de saco y corbata, lo mío es muy informal y de acción.
    - Eso ya lo sabía, sé todo de vos y si vine de tan lejos es para eso, para conocer la realidad peruana.
    - ¿No viniste para ver campeonar a tu selección?
    - Y que pensabas que le iba a decir a mi marido
    - Ja,ja,ja,ja.
    - Llévame muñeco inca a tu trabajo.
    Para allá la llevé, como le anticipé, tierra y polvo por todo lado, y eso, que era ya las seis, pues en las mañanas tierra mas calor hacían de esto el infierno, de adentro salieron dos perros, eran los que cuidaban el local, pude ver el gesto de ella, estaba sorprendida, quizás no por el local pues se lo advertí, sino por los perros, trastabillaban de flacos y las pulgas estaban tan hambrientas como ellos, preguntó:
    - De que raza son?
    - Chusquerman
    - Y eso de donde sos?
    - Es una raza fina peruana, lo tenían en la antigüedad solo los príncipes incas –le mentí-
    - Debés darte por agradecido entonces
    - Por supuesto que lo estoy.
    - En este lugar trabajás?
    - Soy administrador de una compañía de transportes, ¿Qué te parece?
    - Bien, a mi me gusta este tipo de trabajo, rural.
    - ¿Rural?
    - Esta es la ciudad de Piura.
    - Disculpá ché
    Entregué unos documentos al vigilante y salí, luego:
    - Mi país es muy pobre –hablé-
    - En el mío también hay mucha pobreza, cuando nuestro gobernante quiso pagar la deuda externa todo fue un caos, Menen pensó tener mas compromiso con los acreedores que con sus compatriotas que lo eligieron.
    - Yo jamás voto en las elecciones, tendría un cargo de conciencia.
    - ¿Es voluntario? –me preguntó-
    - ¡No! Es obligatorio, pero el cargo de conciencia me consumiría, prefiero pagar mi multa.
    - Es la realidad sudamericana, todos los que nos gobiernan para sus bolsillos, mi familia se afectó mucho con el militarismo.
    - Yo cumplí, estoy tranquilo por eso, participe en la devolución de la paz a mi país, como te lo conté.
    - Fantástico, había un detalle siempre escondido en nuestras conversaciones.
    - Hasta que te lo conté.
    Paseábamos por el centro de la ciudad, Piura comparado con otras ciudades del país es mas ordenada y limpia, mientras ella hacía bosquejos con un lápiz. Hablé:
    - Este es el Perú Susana
    - Es precioso, si por mi fuera me quedaría mucho tiempo.
    - Sería un honor tenerte aquí.
    - Mi programa es cortísimo en Piura, mañana juega mi selección con Uruguay y luego a Chiclayo ¿Me acompañás?
    - Mi trabajo no permite.
    - Entonces no iré.
    - Te perderás el viaje a Sipán, recuérdalo, me dijiste que querías ir a ver al señor de Sipán.
    - Prefiero estar con mi muñeco inca.
    - Tu escogiste, después no quiero ser el culpable que no hayas hecho turismo.
    - Espero que el Perú se convierta en mi segunda patria algún día.
    - Haré lo posible para que se haga realidad.
    - Por lo pronto nos une el libro, esta precioso, sos un genio, me inspiraste y hacías que mi piel tiemble.
    - Tú también me hiciste temblar muchas veces, tienes unos senos impresionantes.
    - Pará jovencito, solo era arte -se inquietó-
    - No digo lo contrario............... son impresionantes.
    - Te adoro muñeco inca, gracias por todo.
    El frío dejó de serlo, se tornó más agradable, ya casi de noche y aún recorriendo la ciudad, ella dijo:
    - Leí mucho sobre su cultura, ciudades y costumbres; ¿Podrás estos días prepararme una papa a la huancaína?
    - Por supuesto, te lo mencioné tanto que te agradó ¿No?
    - Así es, ¿Podés parar en algún lugar?
    - ¿Quieres irte a tu hotel?
    - No me esquives, sabés a lo que me refiero, hazlo en aquel lugar –señaló un lado de la Av. Sánchez Cerro-
    Estacioné el carro, luego:
    - Podés soltarte, no soy de cristal, no me voy a romper, comportáte como lo que sos, mucho protocolo muñeco.
    - Se ve que me conoces muy bien mujer de colores, estaba a tu ritmo, recién nos vimos, me aceleraré poco a poco......ja,ja,ja.
    - No podré olvidar el día que me sorprendiste con el poema que lo titulaste Susana, me dejaste fría, intuiste en mi, es por eso que te llamé y me confundiste con Patricia Damiano.
    - Seguí tus huellas, buscaba el momento de poder llegar hacía ti, me arriesgué, el poema es bastante sugerente y pasionalmente fuerte ¿Y si me enviabas al demonio?
    - Sabias que no iba a hacer eso ¿A cuánta gente seducistes por tus ideales?
    - A nadie obligue, todos fueron voluntarios.
    - ¿Y mujeres?
    - Jamás mezcle la parte ideológica que persigo con mi vida sentimental, las tengo muy bien definidas.
    - ¿Estoy en el grupo de seducidas?
    - Estas en el grupo de las que admiro, un poquito por debajo de Evita. Perón.
    - Ja, ja, ja, gracias, sos increíble.
    - Me preguntaba si algún día te iba a conocer, ya no había un detalle de ti que sea desconocido para mi, anhelaba todo esto, anhelaba ver a la dueña de mi inspiración, anhelaba mirarte a los ojos, anhelaba acariciar el borde de tus labios.....cierra los ojos por favor.
    Me hizo caso, luego acaricié sus labios, eran muy suaves, lancé unos versos improvisados de mi inspiración:
    - Tus labios,
    de ellos............
    versos de lila aspiré,
    manso regazo rincón del poeta,
    sueño de bardos,
    aliente destello......
    ¡Ilusión de tantos!
    Brillo imborrable de mis celos,
    suave rosa carmín
    dulzor y suspiro,
    velo fino de un canto,
    dogal exquisito de mi antojo
    nido dulce del pecado.
    Tus labios,
    de sus bordes.......
    un beso alcancé.

    Dejé de acariciarla, estaba extasiada, despacio dije:
    - Susana despierta, ¿Te relajaste?
    - No...no sé lo que me pasó, disculpa, que bonitos versos, sos increíble....sos increíble.
    - Vallemos a tu hotel, a las nueve te iré a sacar para ir a cenar.
    - Lo que vos digas Lalo –aún estaba ausente-
    - Espero te haya gustado.
    - Todo de vos me gusta.
    - No me merezco tanto, gracias de toda manera.
    La dejé en el hotel, después fui rumbo a mi cuarto para alistarme; planeé muchas cosas en mi vida, algunas buenas y otras malas, pero esto no estaba programado, como Susana dijo, habíamos contraído un matrimonio artístico virtual, nada más que eso, ella era una feliz esposa y reconocida pintora argentina, era conciente que no había cabida para pretensiones de otra índole, la respetaba, admiraba y la quería como lo que ella era......una buena socia y amiga.
    Fui a recogerla a la hora acordada, observé que ella esperaba, me vio y fue directo hacía mí, luego dijo:
    - Decían de la impuntualidad de los peruanos como bandera.
    - Decían de la cobardía de los argentinos como estandarte.
    - Paraaaaaá muñeco –enseñó la palma de su mano derecha, como queriéndome parar-
    - Discúlpame, fue un lapsus –me disculpe por el exabrupto-
    - Yo la inicié, discúlpame a mi – asumió su culpa-
    - Olvidemos, vayamos a cenar que me muero de hambre.
    - Tu cerebro funciona rápido, así son los creadores.
    - Dejará de funcionar sino como algo de inmediato.
    - Hazme un favor -ella pidió-
    - ¿Cuál?
    - Así sea en un ranchito, pero una comida típica de Piura.
    - Los chicharrones o el ceviche de pescado es en el día.
    - Me supongo debe haber algo tradicional en las noches.
    - ¡Ya sé! Tacú tacú, no se aceptan reclamos ah.
    - No los habrá ché.
    Fuimos directo al restaurante donde servían el referido plato piurano, en algún momento tuve temor de que no le agradara, ya al final de la comida:
    - ¡Fantástico! –exclamó Susana-
    - Disculpa por lo modesto del lugar –era una sencilla picantería-
    - Ni en los mejores lugares de Buenos Aires probé algo así.
    - No exageres, ¿Quieres un trago?
    - No bebo “muñeco” pero déjame invitarte un vino.
    - ¿Acaso no soy yo el que invita?
    - Acabé con los machistas como vos.
    - Ja ,ja, ja, ja , acepto.
    - ¿ Qué harás mañana?
    - Será un día de mucho trabajo, iré a una ciudad que se llama Talara, es un centro petrolífero, de bastante movimiento e importancia en mi país.
    - ¿Querés que te acompañe?
    Talara estaba muy descuidada, no sé que concepto se llevaría ella de la ciudad.
    - Decíme, a lo mejor te interrumpo o tu familia vive allá –insistió-
    - Noooo, es que no sé como te imaginaras Talara, pero......si quieres vamos.
    Llegó el vino, el mozo sirvió, luego:
    - ¡Salud Susana!
    - No bebo, pero tratándose de esta ocasión, será un placer ¡Salud!
    - Hablamos mucho y de todo por en internet ¿No?
    - Muchísimo, vos me hiciste salir de los horarios, antes de conocerte, era respetuosa de mis tiempos.
    - ¿Me estas culpando?
    - ¡No! Lo hago con agrado, la vida se había convertido en una monotonía.
    - Para mi también, había perdido su exquisitez, su contenido, no le encontraba sabor..........hasta que llegaste tú.
    - Pará pibe, no aceleres las cosas.
    - ¡Salud! Mujer de colores, por la realización del libro.
    - ¡Salud! Querido, por nuestro triunfo.
    La copas se vaciaron al compás del agradable momento, las llené nuevamente, ella habló:
    - Al principio tuve un leve presentimiento.
    - ¿Cuál fue? -pregunté-
    - Que no ibas a ser un escritor más del montón que deseaban asociarse conmigo, presentí que esto sería para siempre.
    - Estoy seguro de eso, cuando me dijiste que querías ilustrar mis poemas, no lo podía creer, me dio ánimo, dejé atrás mis temores, mis errores, mis fracasos, me levantaste Susana, por eso me debo a ti y no sabes cuanto deseaba tenerte en el Perú.
    - Yo también me di a ti Lalo, cada poema, cada pintura terminada, me hacía vivir, nos sabes cuantas veces soñé con que vos me des versos, con que vos me des tiempo, con que vos me vieras como una mujer que necesita ser amada.
    - Te voy a confesar algo –decidí ser como yo, un poeta-
    - Dime –me miró a los ojos-
    - Ayer, estaba sumergido en una tormenta, hoy que llegaste tú se fue, me salvaste; no había día ni sol, solo noche y oscuridad, hoy me diste la luz y el calor; no tenía esperanza y ni siquiera en quien refugiarme, ahora tengo vida y tengo tus brazos que me consuelan; tras la muerte de mi padre, perdí todo, ganas, añoranzas, sueños; hoy que estás conmigo, los vuelvo a recuperar, ayer no tenía nada, hoy mujer de colores que estás conmigo.......lo tengo todo.
    Estaba llorando, acaricié su rojizo cabello, me contuve, el momento romántico solo llegó hasta ahí, le dije en tono bajo:
    - No llores Susana, ¿Te hice daño?
    - Vos me das mucho sentimiento.
    - Solo eran unas palabras, solo eso.
    - No solo palabras, sentí la voz de tu corazón.
    - Será que ya eres duela de él.
    - Patricia Damiano –escritora argentina- me dijo que tenía que tener cuidado vos, eras muchos tipos en uno y actuabas según tu conveniencia.....eso me agrada.
    - ¿Y tú que crees?
    - Que me engañó, vos no hacés daño, sos así, de mente privilegiada, un loquito bueno.
    - No es para tanto, lo que si te digo es que a partir de hoy, ya no estaré solo y triste otra vez, luciré una ilusión.
    - ¿Vayamos para Argentina?
    - Mi trabajo, mi familia está acá, en el Perú, viniste a verme, para la próxima iré yo.
    - Mi selección juega mañana acá y luego se va para Chiclayo.
    - ¿Qué me quieres decir? ¿Qué llegó el momento del adiós?
    - No iré, me quedaré hasta el último día aquí, en Piura.
    - No hagas eso, me sentiría culpable, no lo hagas...¿Y Beliana?
    - Se ira con la hinchada, como siempre, yo vine por vos no por el fútbol.....¿O no querés que me quede?
    - Lo deseo de todo corazón.
    - Has sido muy cortés y respetuoso conmigo; siempre los hombres me ven como una estatuilla de porcelana, con cuidado para no romperla, sin embargo, tú no eres así, demuéstrate como eres, ¿No te gusto?
    - Demasiado Susana.....demasiado.
    La escena se adornó de romanticismo.
    - Tu pasado político me asustó, no te voy a negar que te saqué de mis contactos.
    - Lo sabía, como también sabía que volverías a buscarme.
    - El poema que vos me hiciste fue determinante, lo leyeron miles, fue un éxito, además fui envidia de muchas mujeres....que bella manera de enamorar, me seduciste.
    - ¿Enamorar? ¿Qué hablas mujer? Eres casada, bonita abuela, solo estas enamorada del poema.
    - ¿Hay piano bar en Piura? –preguntó-
    - Si lo hay.
    - Dejáme invitarte, y vallemos allá.
    - Me harás quedar mal, soy tecladista y poco domino el piano.
    - Acompañáme en notas corrientes.
    Para allá fuimos, para colmo el piano bar estaba totalmente lleno de gente, su presencia causo sorpresa, se notaba a distancia que era extranjera, por ahí unos amigos de juego me saludaron, mientras que una desentonada señorita hacía alarde de nada en el escenario, causo sonrisa en la pintora, ella pidió el vino ofrecido, luego me dijo:
    . Me acompañás?
    - ¿Qué vas a cantar?
    - Lo que vos desees.
    Alguien anunció la presencia de la cantante argentina, los tragos me hicieron sinvergüenza y me preparé para ponerme frente al piano que no era tal, se trataba de un teclado similar al mío, con mas confianza y ante el aplauso del publico le dije:
    - Algo de tu tierra............adelante mujer de colores.
    Cogió el micrófono como era costumbre en ella, a parte de pintora había ofrecido muchos recitales, luego al compás de la cumparsita muy sensual pronunció:
    - Si supieras –me miró a los ojos- que aun dentro de mi alma, conservo aquel cariño, que tuve para ti, quien sabe si supieras, que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado, te acordarás de mi; los amigos ya no vienen, ni siquiera a visitarme, nadie quiere consolarme, en mi aflicción, desde el día que te fuiste, siento angustias en mi pecho, decir que has hecho, de mi pobre corazón.
    El público empezó a aplaudir, me entusiasmé, moví la cabeza para darle mas vida al tango, hice una alegoría con el teclado mientras ella se preparaba para la parte final, luego, el final:
    - Quien sabe si supieras, que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado........te acodarás de mi.
    Los aplausos no se hicieron esperar, tremenda voz, pronunciación perfecta y el sentimiento dentro de los límites del amor, se me hizo fácil acompañarla, era toda una maestra; a pesar que la gente pedía otro y otro, decidimos que de lo bueno poco, en la mesa y con el vino endulzando nuestra sangre:
    - Hace mucho que no era feliz -se puso melancólica- llegaste como un sol , ja, mi vida solo era invierno.
    - ¿Acaso no es así esta vida?
    - Fue cruel conmigo.
    - Y conmigo también.
    - Gracias lalo....me haces feliz.
    - Te lo mereces, yo también lo soy.
    - ¡Salud por eso!
    - ¡Salud!
    - ¿Te irás conmigo?
    - No hablemos de eso, aun no por favor.
    - ¿Hay algo en este país que te tiene atrapado?
    - Tengo un compromiso familiar, dos hijos aun pequeños y algo mas, un compromiso con mi patria, aun no esta pacificada y creo que soy importante en ello, un paso en falso y todo volverá por el camino de la violencia, no sabes Susana, hubo muchas muertes, niños, adolescentes, adultos, inocentes, culpables, explosiones, destrucción, no te imaginas lo grave que fue, muchos años de oprobio.
    - Me lo imagino, las noticias de Perú eran graves.
    - Es por eso que te animé avenir, el 98% esta pacificada.
    El vino nos había mareado; a la hora de nuestra llegada:
    - Podés acompañarme en una canción –me pidió-
    - Por supuesto – me puse nuevamente en el teclado-
    Empezó una tonada romántica, ante la curiosidad de la gente:
    - Después de la tormenta......la calma reinará, después de cada día la noche llegará, después de un día de lluvia el sol se soñará, y después de ti que, después de ti que....después de cada instante el mundo girará, después de cada año más tiempo se nos va, después de un buen amigo otro amigo encontrarás, y después de ti que...después de ti que........
    La gente aplaudió, fue una escena muy romántica, me cogió de los hombros casi al final de la canción, sentí la ternura en sus dedos, como hace mucho que no lo sentí, terminó así:
    - No hay nada si tu faltas........después de ti que.
    Terminé emocionado con la melodía y la aplaudí junto al resto de espectadores.
    Salimos del piano bar, con mas confianza, cogidos de la mano, quise tomar taxi, ella me contuvo:
    - Vayamos a caminar.
    - Nos pueden asaltar – prevenía-
    - Caminemos un poco por favor –ella insistió-
    - Hagámoslo –accedí-
    - Que noche para más preciosa.
    - Lo mismo opino yo.
    - Pensaba que mi vida no tenía solución y la encuentro en el Perú
    - Es increíble como se inició, una amiga que ahora felizmente se encuentra en Israel, me animó para escribir en un foro español, luego me leíste y mira pues.......como es la vida, nos hicimos socios.
    - Y esto recién empieza –ella seguró-
    - Me parece que serán mil años, como el tercer Reich.
    - Ja, ja, ja. –la abracé mas fuerte- lleváme a tu departamento -propuso-
    - No tengo departamento, solo un cuarto con su baño, y un degenerado desorden, no te gustará.
    - Llévame por favor -la noté algo excitada- o hay otra mujer ahí?
    - Ja,ja,ja, no tengo a nadie.
    - Lleváme por favor.
    La noche tierna se hizo aun más, recordé mis heridas sentimentales del pasado, por fin habían cicatrizado, mis pasos largos de soledad habían concluido, el camino hacía la nada tenia ahora un destino......eran los brazos de Susana Estévez.
    Subí los tres pisos rumbo a mi cuarto, abrí, luego dije:
    - Este es mi cuarto señora.
    - Es el aposento de un soñador inspirado, cuando deseé desde Argentina estar aquí, este ambiente sabe a tenues versos.
    - Este ambiente solo sabe a amor -llevé la iniciativa y la cogí de los hombros- por primera vez sé a donde voy.....mi vida te pertenece, mi vida eres tú.
    La besé, ella accedió, sabía a dulzor y suspiro, tibia aun la apreté más hacía mi, ambos existíamos, hice de su abrigo una alfombrilla, luego desabotoné la fina blusa blanca, mi temperamento de hombre rudo me hizo romperle los botones, quise en medio del fontanal pasional ceder y pedir disculpas, pero no, la escena salvaje me parece le agradó, pude divisar a media luz que su brasiere era de color lila, mi color preferido en ropa de mujer, amaba el lila, como empezaba amar esos dos senos in solemnes que disfrutaban erigidos el momento, los lamí despiadadamente, mientras mis manos empezaban a batallar con su ropa inferior, la eché en mi cama, mis yemas extraviadas exploraron sus glúteos, de la refinada artista que fuese a pintar esta escena........solo su piel, me ayudó con el sofisticado engranaje de sus botas, en ella me perdí, a cada instante me encontraba con sus labios, luego resulté en el brocal de su intimidad, buscábamos la ilusión, buscábamos el final de esta novela, buscábamos un alivio para tan desdichados días, buscábamos un lugar para los dos; sin saberlo, estaba desnudo como ella, y como dice el poema yo moreno fuego y ella de blanca lúcida, se acogió a la rudeza de mis ganas, pronto.....la penetré, vi en ella que dejó sus temores, se movía con intensas contracciones, la hice de mi, ella no paraba de gritar, quise dominarla hacía la prudencia, pero su excitación era mayor, después de esa lucha intensa de pasión, sentimos lo esperado, ambos traspirábamos satisfacción, más aun en el caluroso Piura, nos miramos, sonreí, igual ella, pregunté:
    - Que hicimos?
    - Aún no encuentro respuesta....esto esta mal Lalo, muy mal, pero no me arrepiento de nada.
    - ¿Te gustó?
    - Tendría que estar desquiciada para decir que no, vos me hiciste sentir mucho, mucho, mucho.
    - Ya eres una Coya
    - Y que es eso?
    - La mujer del inca
    - Ja,ja,ja,ja....sos fantástico.
    - Prométeme algo
    - Lo que vos desees.
    - Lo que hoy vivimos no lo olvidarás jamás.
    Sus ojos empezaron a brillar, luego:
    - Juro que no lo olvidaré.
    La amé hasta el amanecer, supe que hubo principio, mas no final, nos desvelamos sin piedad, mis dedos recorrieron su imagen sin parar, hablamos de todo, menos de la despedida, la tuve tan cerca que podía contar los latidos de su corazón, el aire nos pertenecía a ambos, mis manos impregnados de ella y las suyas de mi; inolvidable noche umbral de mi existencia.
    El claro amanecer me demostró que desnuda era mas blanca de lo que pensé, la observé por unos instantes, la fragancia fina que llevaba aun no expiraba, toqué sus bien cuidadas manos, las que habían ilustrado mis poemas y pronto me harían internacional, rocé su cuerpo con el mío, gesticuló placer y se arropó de mi, pensé que los dos rabiosos encuentros sexuales fueron suficientes....me equivoqué, faltaba uno para que ella concluya el tríptico de colores carnales, vividos aquella noche de lujuria sexual.
    Tras la calma obligada del post acto, noté cambio en ella, apretó mis manos y dijo:
    - ¿Y ahora que será de mi vida?
    - Fuiste tú la que me dijiste....la vida tiene que continuar.
    - Pero no pasé nada de esto, sé que es un capítulo peligroso, pero así lo acepté, la idea de perderte me atormenta.
    - ¿Y quién dice que nos perderemos? Nos comunicaremos todos los días, como antes que vinieses, con la diferencia que ahora sabemos que de verdad nos amamos.
    - Mi alma llorará Lalo, estaré nuevamente sola.
    - Tienes a tus hijos.
    - No soy dueña de ellos, tienen una vida con sus parejas.
    - La felicidad no es constante ni eterna.
    - ¿Acaso no merezco ser feliz?
    - Eso y mucho más, pero parafraseo tus palabras, dejemos al tiempo.
    - Allá tendrás un mejor trabajo.
    - Mi vida aún pertenece a este país, tengo obligaciones para con mi patria; tú eres muy cristiana y yo ateo, así como Jesucristo, déjame peregrinar la paz.
    - Mis ruegos están dando resultados, tienes a Cristo dentro de ti.
    - No hablemos de eso por favor, siempre que lo hicimos terminamos peleando, pero no te lo voy a negar....admiro a Jesucristo.
    - Que mi señor te ilumine Lalo.
    - Si existe, que ilumine a mis compatriotas que necesitan de su ayuda.
    - Lo hará, no lo dudes....lo hará.
    - Ya amaneció, en una hora salgo a Talara, ¿Me acompañas?
    - A donde tú quieras tesoro, disfruté cada palabra que vos me decís, me hiciste volar.
    - ¿Te llevo al hotel para que te pongas algo mas sport?
    - No, vayámos así nomás, Beliana me interrogará si me encuentra, esa piba en muy curiosa.
    - Talara no es una gran ciudad, que pensará la gente si te ve con ese abrigo de cuero.
    - Que soy una coya ja,ja,ja.
    - Bueno, te lo advertí, nos iremos en ómnibus, no hay presupuesto para el combustible de la camioneta de la empresa.
    - Como vos desees.
    Ambos nos sentamos sobre la cama, llevé la iniciativa para ir a bañarme, ella me siguió, se cubrió con la sabana ante la falta de otra toalla, la única que había la usé yo, no voy a negar que me dio vergüenza que me viera desnudo, mi piel curtida por los golpes del karate, boxeo y el fútbol que practiqué desde muy pequeño, estaba maltratada y no era nada estético ni apetitoso para los ojos de una mujer, fue ella quien arrojó la sabana que la cubría, me miró, luego cogí valor y me desnudé, agitó su pelo que por un efecto extraño de la luz se hacía rojizo, sonrió, agarró el jabón, lo puso en mis manos, luego los llevó hacia sus senos, empecé a frotarlos, a pesar de las cinco décadas eran muy suaves y bellos, ella hizo lo mismo con mi cuerpo, cerró los ojos, su piel rosada empezaba a ser de color fuego, buscamos adecuarnos dentro de tan estrecha ducha, la giré, mordisqueé su cuello y un rabioso gemido anunció su satisfacción, el acto se llenó de inmensidad, no hubo postura habitual, ni reglamentos ni señales, ¡bendita informalidad!
    Llegamos al paradero donde abordaríamos el ómnibus que nos llevaría a Talara, hablé:
    - Te aconsejo saques el abrigo, no sabes el calor que hará.
    - Tenés razón, pero el aire acondicionado nos dará frescura.
    - Susana en estos ómnibus no hay aire acondicionado, te ayudo a sacártelo.
    - Como vos quieras.
    La ayudé a sacar el abrigo, luego subimos, pude notar en ella que estaba contenta pero asombrada por nuestra realidad, al momento el carro emprendió viaje, alguien interrumpió nuestra tranquilidad:
    - Señoras y señores, buenos días – un cómico ambulante empezó su actuación- soy un humilde cómico ambulan.....................-era lo mismo de siempre, Susana preguntó:-
    - Esto esta prohibido, la tranquilidad del viajero es inviolable.
    - En tu país, acá el hambre hace hacer ridiculeces.
    - ¿Y siempre viajas en estas condiciones?
    - Así es, es mi trabajo, hago gestiones y luego por las noches regreso a Piura.
    - Sos un mártir, ¿Debés ganar muy bien?
    - Lo necesario para vivir decorosamente, pero me tengo que ayudar con otros trabajitos, de lo contrario pasaría apuros.
    - Suerte la mía, mi padre tuvo mucho dinero y aún tengo propiedades que él me dejó, fui afortunada.
    - Mi padre me dejó lo principal....el principio de la dignidad.
    - ¿Es por eso que te hiciste ateo?
    - Analicé personalmente la vida, dejé los temores de un castigo divino si no creía en un Dios, esos temores que tú tienes, los acontecimientos vividos por mi y otros, definitivamente no hay Dios.
    - Lo hay, te juro que lo hay.
    - Te respeto, y respeto a los creyentes, pero es mi posición.
    - Dejemos el tema
    - Sí, dejemos el tema
    - Lo de ayer fue para soñar, por lo general no trasnocho, me divertí mucho.
    - ¿Y también te divirtió lo que hicimos después?
    - Estuviste divino
    - Una mujer de colores me incentivó para estar divino.
    - Ja, ja, ja..
    - Eres fabulosa, jamás estuve con una mujer entera, y sobre todo que haga lo que ha mi me gusta.
    - Lo disfruté.......lo disfruté.
    Se acomodó a la forma de mi hombro -ella estaba a la ventana-, yo la abracé, cogió mi mano izquierda, los nudillos de ella aun mostraban signos lucha, me dijo:
    - Jamás viajé en un vehículo similar, es entretenido
    - Por supuesto si lo haces una o dos veces, pero todos los días, mi trasero se acostumbró a la rutina.
    - ¿Es por eso que lo tenés durito?
    - Ja, ja, ja, ja.
    A las dos horas llegamos a Talara, quise dirigirme directamente hacía donde me necesitaban (planta de ventas), nuevamente capté el gesto de ella, por más intento que hacía de disimular no pudo, la ciudad sucia y abandonada llamó su atención; hablé:
    - Esto es Talara ¿Te gusta?
    - Es hermoso – estaba seguro que fingía comodidad-
    - Ahora viene lo difícil, tenemos que irnos a otro lugar, fuera de la ciudad.
    - Dale.
    - En argentina existen los mototaxis? –me puse nervioso-
    - ¿Mototaxis?
    - Son unas motos que hacen taxi –en ese instante una de ellos pasó por nuestro frente, lo capté para el servicio, ella aunque tranquila, estaba asombrada por mi medio de transporte-
    - ¿Lalo? ¿Esto no es ilegal?
    - Sin estas fuentes de trabajo no existieran, habría más gente pobre.
    - Nunca he estado en esto, no hay problema, si querés hasta el infierno....pero juntos.
    - Mujer comprensible como tú....pocas; definitivamente tengo suerte, aunque la que debería ser mas comprensible conmigo no lo es, pacto con mis dominantes.
    - Vos me lo contaste.
    - Imagínate, mis ideas, mis conocimientos, producto de tres o cuatro horas diarias de lectura para ellas son erróneas, débiles y sin fundamento.
    - Pobre mujer ¿A qué grupo pertenece?
    - Al grupo que tiende a acomodarse junto al abolengo, poder y dinero.
    - ¿Déjame hablar con ella?
    - No esta a tu altura.
    - Lo mismo que mi esposo, el pobre no tené mas pesos que los que le doy yo y se imaginá el marido de la reina Isabel, en mi país existe eso también, mi padre fue portugués de mucho dinero, mi madre una Argentina rubia de apellido Tudols, jamás me importaron las razas, esas boludeces son solo para las pobrecillas.
    Puse mi mano en su rostro, dije:
    - Espero que esto no sea un sueño y que la mujer que toco, no sea irreal.
    - No es un sueño y si lo es, no quiero despertar nunca de él, ¿Sabes? Me imaginé muchos pasajes de este viaje, pero no, esto sobrepaso mi consideración, verdaderamente es un paso antes del paraíso.
    - Ja, ja, no exageres – llegamos-
    - Que agradable viaje en taximoto.
    - Mototaxi señora.
    La dejé dentro del vehículo para evitar sea fastidiada por algún sujeto; entré y salí de inmediato pero en compañía de un ejecutivo de la refinería que estaba deseoso de conocer a Susana Estévez; la presenté:
    - Susana, te presento a César, mi amigo.
    - Cómo esta señora, un gusto conocerla, Lalo me contó mucho de usted.
    - El gusto es mío, Lalo siempre es muy gentil.
    - He visto algunas de sus pinturas, me parecieron muy buenas.
    - Muchas gracias César, ojalá algún día pueda exponer en el Perú.
    - Nos vamos a alguna picantería –interrumpí- Susana llegó la hora del ceviche.
    - Vallemos para allá, por primera vez en mi vida probaré el ceviche –estaba entusiasmada-
    Fuimos a una picantería, pedí el famoso plato peruano, César no dejaba de mirar a Susana, fue entonces cuando él me incomodó:
    - Oye Lalito ¿Le presentaste a Susana las amiguitas que tienes en Talara?
    Ella interrumpió:
    - Me las presentó a todas, entre él y yo no hay secretos.
    La actitud de César me causo sorpresa, él siguió atacando:
    - ¿No tenias que ir a Trujillo a ver a tus hijos y esposa?
    Me estaba colmando, me contuve:
    - Lo haré cuando termine la Copa América –ella notó mi incomodidad- además sería estúpido irme estando Susana acá.
    Ella participó:
    - César si piensas que no se nada de la vida de Lalo, te equivocas, sé quizás mas de lo que tú sabes de él.
    - Fue solo una broma –tranquilizó César-
    Aquello fue una advertencia, este sujeto no era un buen amigo, sirvieron los ceviches luego César dijo:
    - Antes de empezar a comer agradezcamos al señor: “gracias Señor por la comida que nos brindas, rey eres en tu eternidad, bendice a esta digna señora por aceptar nuestras pobrezas, alabado sea el Señor”.
    Me sorprendió, eran mas de dos docenas de veces que almorzamos juntos y jamás había hecho este ritual.
    - ¿Es usted muy religioso César? –preguntó Susana-
    - Mucho Susana, por eso trato de llevar una vida sin pecados y sobre todo, sin hacer daño a los demás –contestó mi “amigo”-
    - Le felicito, yo también soy muy cristiana.
    - Y como yo soy ateo voy comiendo que me muero de hambre –apuré-
    - Le dije a Lalo – siguió atacando- que se integre al cristianismo y enmiende su agitada y desenfrenada vida –no dejaba de mirarla, reaccioné con cautela-
    - No necesito de una religión para hacer el bien, Susana sabe cual es mi comportamiento.
    César frenó momentáneamente sus ataques, seguía sin entenderlo, ¿A dónde quería llegar?, fui al urinario del restaurante, nuevamente arremetió en mi ausencia:
    - Susana, tienes que tener mucho cuidado con Lalo, dicen que esta metido en drogas y en negocios ilícitos, por tu seguridad ten cuidado.
    - Por favor, que pretendés, ya mal concepto dan los peruanos en Argentina, no me des esa idea, no le envidies, olvidaré lo que vos me dijiste pero ya no mas ataques.
    - No te enojes, solo te advertía.
    - Gracias, pero mejor cuídate tú de él.
    Disimuladamente me di cuenta del malestar de ella, no estaba dispuesto a aceptar mas ofensas contra mí, decidí tener calma, luego hablé:
    - César, alquilaré un taxi y nos iremos con Susana hasta algunos pozos petrolíferos lejos de aquí para que ella tome fotos.
    - No hay problema los acompaño.
    - Si tu quieres –no me opuse-
    Alquilé el taxi, nos fuimos 15 Km. Fuera de Talara, por las zonas rurales donde no había vehículos, ella aun se mostraba contrariada pues él siguió hablando:
    - Lalo se ve que conoces muy bien estos lugares escondidos –sonrió con cierto sarcasmo- ¿Con quién vendrás? Ja,ja,ja.
    - César, quieres irte hasta esa loma –le señale la loma- Susana te tomara una foto en la cima para llevarla a Argentina, será un bonito recuerdo –le guiñé el ojo a ella- Susana quiere tener un recuerdo tuyo- se lo dije al oído-
    - ¡De verdad Susana! –se entusiasmo-
    - Así es.
    Se fue rumbo a la cima, demoró mas de diez minutos en hacerlo, luego exclamé:
    - ¡César! ¡César! Has adiós.
    Empezó a agitar los brazos, luego le dije al chofer del taxi;
    - ¡Larguémosnos de aquí carajo! sube Susana.
    El taxista se resistió:
    - El ingeniero se quedará solo, aquí no pasa ni un solo carro, pronto se hará de noche y ni en tres horas llegará caminando a Talara.
    - ¡Maneja concha de tu madre! ¿Ves este maletín? –donde andaba documentos- acá tengo una pistola y te llenaré el culo de plomo si no me haces caso.
    César al darse cuenta de mi intención empezó a bajar corriendo, demasiado tarde, habíamos partido rumbo a la ciudad, en ella buscamos el ómnibus de regreso para Piura ante el asombro del taxista, una vez en el vehículo hablé:
    - Discúlpame Susana por todo esto – me miraba, luego-
    - Ja, ja, ja, ja, ja –no se contenía en la carcajada- merecido castigo a ese estúpido, se lo advertí ja,ja,ja.
    Como es naturaleza en nosotros los peruanos, somos dueños de una raza nada envidiable, llevamos a la vanguardia el chisme, la haraganería, el robo y sobre todo la envidia; penoso momento el que me hizo pasar César, quien dejó de ser mi amigo luego de este impase y sobre todo luego que unos inescrupulosos sujetos, enviaron por la ventana de su casa donde estaban jugando sus tres hijos, un petardo de dinamita, por suerte apagado.
    Llegamos a Piura luego del ajetreado y convulsionado día, ella me pidió:
    - Llévame al hotel para ducharme, Beliana me interrogará, es muy curiosa, ¿Podés recogerme a las once? –eran las nueve-
    - Por supuesto, mientras llega la hora compraré todo lo necesario para la “papa a la huancaína”, lo haré en la casa de una señora que es mi amiga y le dije que vendrías.
    - ¡Bien! Esas reuniones me hacen sentir mejor.
    Llegamos a su hotel, ella dijo:
    - Me hacés sentir divina, gracias por esto Lalo.
    - No tienes porque, ¿A las once?
    - Sí, a las once.
    Fui al local de la empresa donde trabajaba, luego de preparar documentos me dirigí a alistarme; a las once en el hotel:
    - Susana, ¿Dónde vas?
    - Fuera de este hotel –estaba con su equipaje en brazos-
    - ¿Paso algo malo? –la ayudé-
    - Llévame donde vos vivís, Argentina ganó, jugará en Chiclayo y luego en Lima, quiero estar todos estos días con vos.
    - Y yo.....también -me asombró-
    - Me encargó Beliana despedirse de vos, dice que los pocos minutos que te trató le agradaste mucho, es por eso que ella se va tranquila.
    - Gracias, ella también me cayó bien.
    Subimos al taxi, luego fuimos directo hacía mi habitación; en ella:
    - Esta desordenado pero al menos limpio, mañana lo arreglaré; que precioso teclado –palpó con curiosidad mi teclado-
    - Es mi piano, es mi amigo, ¡Sabes? Preso anduvo por un silencio obligado, pago pena ajena, sus notas jamás imaginaron, estuvo callado por un año después de la muerte de mi padre, luego mis dedos tiritaron, volvió a sonar la dulce melodía –me puse triste-
    - ¿Vos lo quisiste mucho no? el viejo debió ser un gran hombre.
    - Fue mi amigo, fue mi compañero; espero equivocarme y encontrar otra vida después de esta, donde me pueda reunir con él.
    - Seguro te reunirás –alzó la mirada y vio hacía la pared, luego dijo:
    - ¿Y de quien es ese retrato?
    - Ahhhh, es Otto Skorzeny, uno de los mejores comandos que ha existido en la tierra, el soldado preferido de Hitler.
    - ¡Cambiá eso! Es satánico, poné a nuestro Señor en su lugar.
    - Este Señor existió, no hay dudas de lo que hizo; pero tu Dios nadie lo vio.
    - Esta en el corazón de cada uno de nosotros, incluso en el tuyo.
    - Entonces dejemos a tu Dios en el corazón de cada uno de nosotros y a Otto Skorzeny en este cuadro.
    - ¿Qué puedo hacer para que bajes a este señor de ahí?
    - ¿Ves esa cruz que tiene en su pecho?
    - Sí, la veo.
    - Es una condecoración a su valentía, se la daban a los verdaderos héroes, no como en mi país que las medallas y condecoraciones se compran.
    - ¿Y esa medalla que tiene que ver en esto?
    - En Buenos Aires existen casas de antigüedades y hay Cruces de Hierro, pertenecientes a soldados que se refugiaron después de la segunda guerra mundial en tu país, si alguna vez me quieres dar un regalo, que sea una Cruz de Hierro.
    - Respeto tus ideas.
    - Y yo las tuyas; deja tu equipaje en el ropero, que nos esperan para la cena.
    - ¿Es lejos?
    - Cerca de acá, nos iremos a pie.
    - Bien, entonces vamos.
    - La casa donde vamos no es lujosa.
    - Eso no importa
    - Lo que sobra es el cariño.
    - Ya te dije, lleváme a donde vos quieras.
    Fuimos a la casa de la recordada y muy bondadosa señora Charito, según ella, conoció a mi padre treinta años antes; después de los saludos protocolares, pedí a Susana me acompañara a la cocina:
    - Te voy a enseñar como se hace la papa a la huancaína.
    - Quiero ver, me interesa.
    - El secreto esta en que las manos con las que vamos a preparar, tienen que estar completamente sucias ja,ja,ja, ¿Y tú que sabes preparar?
    - Omellette, lomo a la pimienta negra, pionono agridulce.
    - Asu que lujo y yo que te quería invitar mondonguito con pellejo y charqui o chancho patrullero al horno y de postre chacchar coca.
    - ¿Cómo? Explícame, ¿Qué es mondonguito con pellejo?
    - Intestinos de chivo sin lavar.
    - ¡Qué asco! y ¿Chancho patrullero?
    - Es el cerdo criado en los basurales, tiene un sabor especial según el tipo de basura come.
    - ¿Estás hablando en serio? ¿Y eso de chacchar coca?
    - Mascar la hoja de coca, como nuestros antepasados.
    - Entonces hoy ¿Me harás chacchar coca?
    - Si te portas bien, no, ja,ja,ja; fue una broma.
    - Me asusté, sigue preparando entonces la papa a la huancaína.
    La cena resultó de lo más agradable, ella degustó mucho del plato típico huancaíno, decía que no podría hacerlo allá, pues faltaban algunos ingredientes netamente peruanos.
    Nos marchamos hacía el dormitorio, en él, habló ella:
    - Que día más espectacular, de principio a fin, con lo que vos le hiciste a César me di cuenta que hay que tener mucho cuidado con un ideólogo, ja, ja, ¿Ya estará en su casa?
    - Seguro que sí, si es que los buitres no lo violaron, con esto dejará de joder; disculpa a mis compatriotas, lamentablemente somos así.
    - No hay nada que disculpar, ¿Me regalás una melodía antes de irnos a la cama?
    - Si, pero bajísimo –eran las dos de la mañana- los vecinos no vayan a reclamar, ¿Te acuerdas de esta? –toqué una de la nueva hola, ella empezó a tararear.
    - ¡Viento! dile a la lluvia, que quiero, volar y volar, yo estoy con mi compañera, hace más de una semana sin poder volarararar, yo estoy, con mi compañera, hace una semana sin poder.....volarrrrrrrrrr –ambos quedamos dormidos-
    Desperté como de costumbre a las seis, ella aun dormía; muy despacio le dije:
    - Duerme, voy al trabajo, la señora Charito te traerá el desayuno, al medio día estoy nuevamente contigo.
    - Lo que vos quieras amor, aquí esperaré.
    Era sábado, me fui rumbo a la rutina diaria del trabajo; al mediodía llegué, Susana me daba una sorpresa:
    - Lo decoré todo –mi habitación estaba cambiada, lo había surrealistamente decorado- por algo me recibí de decoradora en Barcelona.
    - ¡Está fantástico! –Había cuadros modernos- ¿Pero esto te debió costar mucho?
    - Eso no importa, vos es el que importa, fuimos con Charito a comprar todo para la decoración, además de buscar el almuerzo.
    - ¿Yo no iba a invitar?
    - Me toca a mí, ya te dije, acabé con los machistas
    - Ja, ja, ¿Y dónde está?
    - A las 2pm. Llegará, lo pedí con la condición que toda la tarde y noche la pasemos acá en el cuarto, juntos.
    - No me queda alternativa, acepto.
    Efectivamente, a las dos, llegaba una fuente de cada potaje; pionono de mariscos, cóctel de langostinos, pulpa de cangrejos al ajo y al sillao, todo, todo lo que un amante de la buena comida piurana quisiera degustar.
    Aquel día y el siguiente como así lo quisimos, la pasamos encerrados en mi estancia; el canto en octava de ella y mi teclado que vibraba de agitación, hacían de las horas minutos, y de los minutos segundos; la ilusión de encontrarla al amanecer a mi lado, o las ganas de verla después del trabajo se había hecho sin querer hábito, sin pensarlo algún día, me había prendado de una mujer prohibida que no era eternamente para mí.

    Cuatro días después, similar a las noches novelescas de Corín Tellado, en los balcones junto a mi habitación:
    - Te echaré de menos cuando por las noches busque tu cuerpo y ya no estés junto a mí –al siguiente día ella se marchaba-
    - Desde allá entonaré un canto de arrullo para vos, no te desampararé.
    - Aunque estés en aquel lado del cielo –señale hacía el Argentina- no me olvides.
    - No podes escaparte, te tengo preso en mi; voluntariamente escogí este pecado, fuiste mi medicina.
    - Temí esto...........temí el final, nadie más hablará aquí conmigo, solo nuevamente con mi tristeza.
    - Sé que fue corto el tiempo acá en el Perú, pero dentro de poco el infinito será pequeño para lo que viviremos tú y yo, no te aflijas.
    Pasamos al dormitorio, a ambos la nostalgia nos tentó, suspiramos juntos, nos abrazamos y buscamos nuestros labios, envueltos en mágicos movimientos quedamos desnudos, el frió invernal se hizo tibio, las pieles nuevamente se ataron entre sí, presagiando una pronta desvinculación, entonaron la última estrofa de la melodía carnal, había equilibrio, pocos secretos, riesgos en las partes prohibidas, corazones abiertos, gritos repletos de satisfacción y nada de lamentaciones, no hubo detalles ignorados, todo, absolutamente todo, estaba permitido.
    Quisimos de esa noche, hacerla eternal; cerramos los ojos conscientes que cuando amanezca sería la última vez que la gozaríamos juntos.
    Amaneció de frío y garúa, gesto inexcusable de las despedidas desoladas; ella se cubrió de melancolía y lana de alpaca, yo de dolor y poco animo, invocamos al sol resignación, él..... estaba ausente.
    Camino al aeropuerto nos dimos la mano sin mencionar término alguno, el peso de su fina fragancia me la guarde en lo recóndito de mi alma, quise ser prudente y no transitar por temas penosos, ella quiso enrumbar por la quietud de su temple, pero no, la tolerancia nos abandonó; anegamos nuestros ojos, agitamos nuestras pasiones, me hice del carmesí de sus labios y ella de la dureza de mi pecho, arrancamos compensación desde los más profundo de nuestro ardor, ambos, ambos burbujeábamos de pasión.
    En el aeropuerto, una voz femenina anunció:
    - Peruana de aviación anuncia su vuelo 323 con destino a la ciudad de Lima, los pasajeros sírvanse pasar a la sala de embarque.
    Era la última llamada, nos aferramos ante la inminente despedida, ella ya no hablaba, ahora se lamentaba:
    - Solo unos segundos......solo unos segundos, siempre pensé que los colores de mi felicidad no lo encontraría jamás, dejáme verte solo unos segundos, vos arrancaste mi alma.....la arrancaste Lalo....la arrancaste ¿Qué será de mí? Mi alma se quedará en el Perú, temí esto, me faltaran tus besos, me faltarán tus caricias, me faltarán tus manos que recorran mi piel....me faltarás tú; el pensar que ya no estarás conmigo, mi alma se reciente; no es el final que pensé para mi....no....no es el final, será el peor de mis viajes ¡Dios mío ayúdame!
    - Esto no será el final -la abracé más fuerte- es solo un recodo en el camino sinuoso hacía nuestra felicidad, desde aquí te seguiré amando Susana, yo también jamás percibí, ni habité ni soñé nada parecido ¿Y qué será de mí cuando mañana no estés conmigo?
    - Juró me quedará el recuerdo, fue Dios el que te puso en mi camino, fue él, el que me dio tus manos, tu cuerpo, tus versos, tu música y tu abrigo, fue él Lalo......fue él.
    La escena me conmovió, susurré:
    - Iré, juro que iré.........me dejas solo.......... muy solo.
    - Prométemelo.....prométemelo por favor –estaba descontrolada, lloraba a borbotones, sin importarle las miradas curiosas de mis compatriotas-
    - Lo prometo....lo prometo –nos soltamos, poco a poco se alejaba de mi, sus lagrimas impregnadas en mi rostro, me hacían saber que ella estuvo segundos antes conmigo-
    Caminó directo hacía el avión, en la última escalinata volteó, alzó su mano y la giró repetidas veces, luego desapareció.
    Dejé mi razón oculta, no reaccionaba aún, lo hice cuando el gigante de aluminio despegó de suelo piurano, trataba de observarla por una de las ventanillas, era un sueño, pronto....solo el horizonte.
    Esa noche en el dormitorio, mi piano dulcemente pero entristecido, solfeaba recordando los acordes de ella, mi alma entera se lamentaba de esta vida cruenta, supuse fue un sueño, no, su perfume que aun decoraba el ambiente, ¡Ahondaba! ¡Ahondaba! ¡Ahondaba mi piel! Quise hacer oídos sordos a mi sentimiento que pedía por ella, era imposible, tenía un corazón que esperaba latiendo por Susana Estévez, difícilmente olvidaría a la mujer de colores.

    Pasaron año y medio de aquel encuentro, en ese tiempo me impregné mas de ella y ella de mí, las promesas seguían intactas, aunque lejos pero siempre juntos; mi viaje a la argentina aun estaba pendiente y próximo a realizarse, teníamos muchos proyectos artísticos para el futuro, cuando nos mirábamos por la cámara web, sonreíamos recordando lo que en Piura vivimos, bueno o malo, así lo vivimos, luego esta experiencia lo escribí con algo de pericia, lo hice para regocijarme en aquellas letras de melancolía, buscando la imagen de la mujer del pincel y el canto, de mi asilo sentimental y consuelo, buscando siempre a la ....”mujer de colores”.

    LUIS MANTILLA(LUMAN)
     
    #1
  2. azul_profundo

    azul_profundo Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Luis, me ha encantado. Pero te quedas corto, con tanta belleza esto bien podría ser una novela. De principio a fin, bellísimo. Tiene todo, completito. Si no es novela, de perdis pido la continuación cuando el valla a la Argentina,jejje.
    Un abrazo.:)
     
    #2
  3. coral

    coral Una dama muy querida en esta casa.

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    Mi estimado poeta, mejor te digo maestro de las letras: que gran escrito, me has dejado sin aliento. Que lindo que has dibujado todos aquellos recuerdos, uno a uno picarescso, moentos que se despliegan, a travez de la lectura con comentarios ya serios, y mucho mas romantico, cuando se tornan románticos con metaforas tan bellas, me encato lerlo todo, y me aparte en un momento cuando lo más complicado es lo que hacen en privado. Luego de mucho leer queriendo saber algo más, me dío una gran risa cuando leeí lo del amigo muy vine lo merecia por causar tanto suplicio. Tu querida Susanita es una linda mujer, que al conocer a tu pueblo,no lo queria perder, Lindo me encató. Un saludo. tu amiga *Coral*
     
    #3

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