Mujer de las cuatro esquinas

Mujer de las cuatro esquinas
que deambules en las noches
mientras tus hijos duermen con soledad,
que vendes horas de placeres y felicidad
donde no existe las caricias ni los besos de amor
sino simples gemidos fingidos.

Te desnudas sin pena alguna
antes la mirada de cientos de desconocidos,
tu cuerpo aun lleva marcas de golpes y dolor
tus ojos con el peso de madrugadas y desvelos
solo por ganar dinero para el sustento.
Dale luz y color a tu alma
y deja que salga de esa nefasta oscuridad,
pinta tu vida en vez de pintar tus labios cada noche
y deja que el calor de tus hijos te abracen
en vez de sentir esas falsas caricias.

Deja que el amanecer te sorprenda cómodamente en tu cama
y no caminando entre las calles regresando a tu casa,
no malgastes lo valioso de tu vida solo por unas monedas
que se irán en cigarros y algo de comida.

Gonzalo A. Peña R.

 

Bello y conmovedor poema acerca de esas mujeres que seguramente no son felices haciendo lo que hacen pues seguramente lo hacen por necesidad. No se les puede juzgar sin saber sus motivos. Saludos cordiales. Grato leerte