Mundo Global, mundo inmoral

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Es dramático lo que ocurre en este mundo global. Esta necesidad de estar conectado a esa globalidad tiene como todas las cosas de la vida cosas buenas y malas. Internet y los medios de comunicación no sólo informan, también desinforman. Esta acción, la mayoría de las veces, es planificada. Los canales de la información crean una vida artificial, muestran un mundo falso, incoherente, sumen a la humanidad en un ambiente de consumismo y barbarie. ¿Cómo pueden los países latinoamericanos ser libres, con semejantes medios de comunicación?. Vivimos, sentimos lo que digan grandes consorcios de la comunicación. ¿Puede ser esto democrático? Podrían los lectores decir, bueno, ¿para que tenemos la inteligencia? para filtrar lo bueno de lo malo, la basura del diamante. Esa respuesta no es completamente cierta, sabemos la tecnología que existe en estas empresas de la comunicación para inducir comportamientos, imponer modas, fabricar mentes plásticas, tanto en EEUU como en gran parte de los países latinoamericanos. Los medios de comunicación imponen estereotipos, modas, degeneran el lenguaje. No somos dueños de nuestras vidas, vivimos tan sólo la ilusión de los medios de comunicación, hablamos su falso lenguaje, leemos tan sólo los escritores que salen en la pantalla de sus televisores. Con una manipulación extrema de ese nivel, no podremos tener un criterio propio. Es el criterio de CNN por ejemplo el que sobresale, si sale esa noticia en CNN no la vamos a poner en duda. Pobre Latinoamérica, tan consumista y dogmática. En países como Venezuela existe un socialismo extraño, donde se alienta el consumo y la dependencia más absoluta a un modelo del Estado padre-madre. Mientras más dependientes somos de él, en más alienados y dogmáticos nos convertimos. Ese es el concepto que se tiene de socialismo, toda la riqueza en manos del Estado, totalmente militarista, no se estimula la producción y el trabajo del ciudadano común, lo que hace el Estado es destruir el aparato productivo. Llenar a Venezuela de Cooperativas que no sirven para nada. Es el “ciudadano hormiga” o mejor dicho el “ciudadano bachaco rojo”, un ser tan simple que cree que tiene el poder, que no sabe que existe una elite que maneja los hilos, este individuo con su camisa y gorra roja cree que es socialista, está dispuesto a quitarle todas las propiedades a burgueses, pero es el Estado el que confisca: tierras, empresas, etc, a él le llegan sólo migajas de ese hurto del Estado delincuente. Pero este ciudadano hormiga no está preparado intelectualmente para defender ninguna doctrina, sólo aplaude como una foca. Si el estado le enseñara a trabajar, a realizar un trabajo noble, le inculcara el amor a una labor desempeñada, los resultados serían otros. Pero el mismo Estado y sus dirigentes son unos vividores de las ganancias del petróleo, no producen nada, nunca lo han hecho, ni durante la IV República y menos en la V República. Al Estado socialista no le conviene tener seres pensantes en sus filas, sólo los de mentalidad “hormiga roja”, devoradora y consumista, un ser tan frágil que a las primeras de cambio, en caso de un caos en sus filas, son los primeros en salir corriendo. Un socialismo así no puede sobrevivir, y más cuando es algo impuesto, dogmático, “haz lo que yo digo, más no lo que hago”. El socialismo debe igualarnos hacia arriba, tratar de formar un solo pueblo, una gran clase media, fomentar el trabajo y la disciplina. En Venezuela, toda la estructura tanto administrativa, como política, educativa, asistencial está manejada por Cubanos. No tenemos nada en contra de ellos, tenemos mucho que aprender, esa es la verdad. pero llegó la hora de manejar los Venezolanos nuestros propios asuntos, aunque a Chávez no le guste y no crea en nosotros. En este mundo global en que estamos, dos modelos se presentan a nuestros ojos, uno capitalista, caótico, falso, otro que viaja contra la corriente del tiempo, es Bolívar que duerme todavía en su hamaca viviendo en su misma guerra de Independencia, es Zamora y su conflicto. Los hechos históricos del pasado los quieren legitimar en el presente, ese es el concepto del Estado socialista, mantenernos en una zozobra permanente mientras estos fantasmas del pasado continúan viviendo con nosotros, haciendo la guerra en nuestro presente. No tiene ideología auténtica, es una pasta heterogénea de pensamientos inconexos