Música inexistente.

Los audífonos no me quedan nada bien en la orejas,
parece
que entre la música de este silencio
que ya no se esparce en el aire
la tristeza y la soledad de las notas
pretenden apagar el mundo.

No hay sonidos en los ojos para mirar
las partituras,
silencios equivocados en la angustia de no escribir nada
cuando el bloqueo de los inspirados
no es inspiración.

¿Qué explicación le doy a esta pared para derribarla?
Si existiera el ariete para de una
cantar su derribo.

No hay perfume que esparcir,
ni mujer que preste su cuello
para dejarse ir en el.
No hay música para ella
ni ella está en las notas
porque es lejana su voz desde las estrellas del piano.

No hay voz en las lágrimas
ni esperanza fuera de mis oídos sin inspiración...
el ambiente solitario del gran salón,
nada más existe,
existo
música inexistente.
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