Nacimiento de una feminista.

Aviso de Contenido: A.S.I., mención de genitalidades.​

Sueño con copos de maíz nevando en mi entrepierna.

Sueño con la época de siega,
cuando ellos vuelven
a recoger sus frutos.

Y yo tengo las cuencas vacías.
Pero puedo verlos.

Son grandes como una amenaza
y llevan olor a ave rapaz
colgándoles del pecho.

Sueño
con genitales caníbales,
semen diluído como cianuro.

Sueño con un campo a través,
la voz que grita
pidiendo un auxilio
que se niega a aceptar.

Sueño con un árbol.

Y no sé si lo miro
o si lo soy.
O si es posible este ser corteza que se hace carne
o este ser sangre que se derrama en savia.

Sueño.

Los hombres son transparentes.
Pero yo los veo.

Tengo cinco años,
aún no ha amanecido

y mil cucarachas sangran
entre mis muslos

Las lágrimas de mi padre
están hechas de preguntas
y yo de interrogantes
y miedo a confesar.

Tengo cinco años
y estoy a punto de construir
el que será el primer
recuerdo de mi vida.

Mis manos ocultan
mi cuerpo vestido
como quien acaba de aprender
el pudor como castigo
de un pecado sin culpa.

Palabras como granos de maíz
germinan de mi vientre.

Los ojos de mi padre,
el árbol del maizal.

El momento
del fatal
aprendizaje

Papá, ¿a dónde se va el sol cuando llega la noche?
Papá, ¿por qué es blanca la sangre de las cucarachas?
Papá, ¿qué significa la palabra violación?

 

Si ya es salvaje la violación, cuando ésta se comete con un infante se me revuelven las entrañas...
Me vienen a la cabeza los niños de la guerra, los refugiados abandonados a su suerte faltos de familiares, tantas infancias rotas por abusos de toda índole...
Uno se pregunta, ¿qué demonios es la humanidad?, ¿Qué significa ser humano? ¿¡eso!?.
Impresionante relato en forma de poema.

Abrazos,

Palmira

 

Gracias por tanto, Palmira =)

 

Mierda... No soy de los que suelta el odio sin más. Mejor me callo.

 

Buenas, dragón. Siento dudas sobre cómo y hacia quién va dirigido ese odio, pero un abrazo inmenso . Gracias por pasar

 

Lamento que mi expresión inicial haya sido ambigua. Me da odio que existan violadores.
Odio que existan personas incapaces de controlar sus acciones.
Odio que estas personas digan que son impulsos, necesidades, instintos, o como quieran... tratando de justificar sus actos.
Odio que estas personas ultrajen a otro ser.
Me enfurece que traten de ocultarse tras una enfermedad, una guerra, o cualquier tragedia previa.
Y lo más excecrable cuando la víctima es alguien desprotegido.
A veces este odio es tan fuerte que voy pensando en toda clase de torturas contra los violadores y me cambia el genio y hasta el modo como transcurre mi día.
Pero no puedo caer en el mismo descontrol que aborresco y prefiero callar antes de soltar la multitud de castigos que aplicaría a un violador de menores.

 

Todo un poema; duro pero todo un poema que sabe y dice de la agresión y del sufrimiento de la inocencia antes de dejar de serlo... y por obligación.
Impactante por real y emotivo porque al leer también duele.
Un saludo.