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Navegante

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por utòpica, 6 de Marzo de 2016. Respuestas: 1 | Visitas: 376

  1. utòpica

    utòpica Utòpica

    Se incorporó:
    28 de Julio de 2015
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    Género:
    Mujer
    Había una vez un joven que deseaba encontrarse con su gran amor y llenar la silueta vacía de sus anhelos, para esto él tenía que hacer un recorrido, donde estaría solo, sin compañía de nadie, solo con sus sentimientos…

    Pero tenía miedo a fracasar al llegar. De tanto pensar y pensar, tomo la determinación de emprender su largo viaje, sabiendo todos los riesgos y consecuencias que se le presentarían de vez en cuando, él desde siempre sabía que el recorrido no sería nada fácil, pero fue muy valiente el día que decidió zarpar a su inmenso mar.

    Se echó a su mar con su tripulación; esperanza, tiempo, confianza, respeto, paciencia, amor etc... Lleva un cofre muy valioso; lo más importante obtenido de su amada; todos sus inolvidables recuerdos.

    Los primeros días fueron los más difíciles, tuvo que afrontar grandes tormentas de lluvia, de confusión, de nieve, vientos y muchas veces de soledad, pero esto no impidió que siguiera adelante con su viaje. Porque su inteligencia le ayudaba a disipar esas tormentas. Los siguientes días se veían azulados pero debía mantener ese cielo despejado con ayuda de su tripulación, le fue más fácil lograrlo, también aquellos lindos recuerdos antes vividos llenos de tanta emoción y aventura, le sirvieron mucho.

    Navego días tras día firmemente… el joven avanza con calma, sin desesperar, porque se imagina lo que hay en tierra firme; amor, y no amor igual al que lleva consigo, es un amor verdadero: correspondido.
    Después de un buen tiempo de haber emprendido su viaje, le parecía que algo andaba mal... inspecciono su tripulación, luego reacciono y dijo:
    - ¡Imposible!, lo tengo todo, nada puede hacerme falta...

    Pues tenía: alegría para los momentos tristes y difíciles, lo acompañaba el amor que es un tripulante fiel y la motivación para seguir adelante por su amada. Siguió navegando decidido a culminar su viaje lo más pronto.

    En su cofre guarda lo más valioso de ella; pero aun así sentía que algo le hacía falta… Al navegante le da miedo que lo que lleva en su cofre se pierda en el fondo de su mar como si no tuviese valor. Ya se encontraba en medio de su mar y regresar atrás era difícil; no echaría a perder todo lo que había logrado.

    Su amada en cambio está en tierra firme... lo espera paciente, segura de sí, con el amor puro que guarda para su viajero. Inundada de ilusiones y sueños por cumplir, deseosa de poder contemplar sus ojos con esa mirada profunda y directa, de poder recibir un cálido abrazo y disfrutar por siempre su compañía, con la visión de admirar sus logros y superar sus retos juntos, de construir un futuro próspero con problemas y soluciones. Al pasar los días ella lo siente sola de fe, pero ella cierra sus ojos y su corazón se colma de hermosos recuerdos luego su serenidad le vuelve y a cada minuto que pasa se siente más cerca, sus emociones se enloquecen al pasar de las horas, está totalmente segura que si viajero que aproxima.

    Nada detiene lo que ambos sienten, hasta la distancia les hace bien, porque les hace más fuertes, porque una de sus fortalezas es pensar en sus caricias, en las horas próximas de su cercanía y en su infinita ternura, ambos tienen la capacidad de alterar sus emociones; de sentir una gran confusión, pero tienen más disposición de estar juntos, de cumplir ese sueño tan inmenso, de poder hacer lo correcto, de mantenerse unidos por siempre con todo el amor que día a día crece y les da la fuerza para permanecer muy enamorados.

    El navegante se acerca cada vez más… está listo para bajar sus anclas. Ya no hay mar por recorrer, ya no hay tinieblas por despejar, ya no hay cielos nublados, ya no hay búsquedas a oscuras, ya han terminado las tormentas y está listo para correr hacia su amada, porque ahora el cielo es cielo.

    Al final, el navegante la sorprendió inesperadamente con un detalle en símbolo de su llegada...


    Él le dijo:

    -Los minutos han sido muchos, la espera demasiada, pero aquí estoy, demostrándote que todo mi mar se ha desvanecido, que hoy es el día que siempre imagine, que hoy el sol brilla en mi oriente.

    Ella dijo:

    -Nunca desesperé, siempre confié en ti, me di cuenta que tu mar jamás sería más fuerte que todos tus sentimientos y que este día seria el final de nuestro principio, ya no hay naufragio porque ahora estas en tierra firme.


    Finalmente se han encontrado y han llenado sus vidas, sin importar lo sucedido alrededor de ellos, cautivados de felicidad, confianza y respeto… Con la victoria de sobrepasar sus obstáculos, habiendo llenado aquella silueta que una vez estuvo vacía. Así ha quedado por siempre la definición de un amor correspondido, con la esperanza de cumplir todos sus sueños y anhelos para un mañana sin mar.


    FIN
     
    #1
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  2. Destinos

    Destinos Invitado

    Me ha encantado la lectura. Sin lugar a duda cuando el amor es correspondido no hay océano que haga imposible que se venzan todos los obstáculos que puedan presentarse en ese camino tan largo que los lleva a estar juntos.

    Muy aparte de ello, no estoy seguro de que sea el foro correcto para publicar un poema.

    Si puede, y lo desea , sería bueno que revise algunas fallas en la ortografía, y así pulir su obra.
    Le dejo el más cordial de los saludos.
     
    #2
    A utòpica le gusta esto.

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