Navidad, sin ti

Solíamos ir cada año a comprar las cosas para el árbol de navidad, desde con tiempo mirábamos los aparadores como el mendigo mira la comida tras la ventana, y nos ilusionábamos pensando en que arreglos pondríamos y hacíamos cuentas para ver para cuanto nos alcanzaba, no me quejo, no éramos tan pobres y además fue la época más bella de mi vida.
Emocionados ya en plena época navideña hacíamos los adornos y toda esa bisutería que suele colgarse, que tiempos, como quisiera regresarlo para estar a tu lado.
Hoy adorne un árbol grande, con esferas y arreglos bonitos, su tren abajo tocando melodías de navidad, dando vueltas y vueltas como en mi cabeza estas ideas que me atormentan, el hecho es que el árbol parece de aparador, pero la navidad en su más puro sentido mercantil no es solo eso, es la convivencia, los preparativos en familia, la emoción, el gusto las risas y hasta las preocupaciones porque alcance para todo.
Salí hace dos semanas a la calle, con el afán de no pensar en ti, de distraerme y aprovechar para comprar dichos adornos, por la necesidad de hacer cosas casi siempre sin sentido con tal de no añorarte y te encuentro ya de regreso, primero mi corazón se emociona al ver tu linda carita, tu caminar mmm y después me dices que tienes cita con un fulano, apenas estoy de rodillas tratando de levantarme y vuelvo a caer, cuando podre estar de pie, cuando podre olvidarte y ahora que se aproxima navidad me siento más solo.
La navidad es una pequeña muestra de amor de tus seres queridos, la navidad es una puerta para entrar a la felicidad, solo tenemos que entrar y permanecer ahí, como cuando estamos en vísperas del nacimiento del niño Dios.
Esta navidad voy estar sin ti, sin mis hijas, sin la familia que me acogió sin ser yo digo, a ellos un fuerte abrazo mi amor por siempre y a ti muchas gracias por tanto y tanto amor, por ser tan grande y conformarte conmigo, te entregaste siempre segundo a segundo, que Dios te bendiga.