Negocio redondo - Humor

Aclaración necesaria

Debo comentar que este poema forma parte de una obra que pretende ser un libro abierto, dedicado a presentar paulatinamente LAS COSAS DE DON SIMPLICIO, singular personaje imaginario.

Esta primera entrega la he adelantado para ir conociendo la opinión crítica de aquellos amigos que se interesen por el tema, y a partir de ahí decidir si merita o no continuar narrando la vida pintoresca de este personaje imaginario.

Aspiro incluso a que los propios lectores se sumen y cuenten sus historias de Simplicio, siempre que se mantenga el estilo poético y las características que se vayan conociendo del personaje, sin entrar en contradicciones insalvables, porque simplemente Simplicio, como se verá, es un personaje común y pintoresco de nuestras calles.

De continuarse la serie, comenzaríamos por el poema de presentación del personaje, que comienza de esta manera:

Es Simplicio un personaje
que hoy vamos a presentar,
es un tio muy bohemio
aunque no sabe sumar.

Gracias.
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Negocio redondo

Simplicio, que es comerciante,
mal las cuentas va sacando,
y su amigo, el maestro,
siempre lo está aconsejando.

No te preocupes tú tanto
de lo que pasa en el mundo,
que tú no caminas tanto
ni sabes montar en burro.

Ocúpate de las cuentas,
porque te están engañando
si no aprendes Aritmética
te van a seguir timando.

Así lo hizo Simplicio,
pasó días estudiando,
saca que saca las cuentas
y se sigue equivocando.

Los días siguen pasando
y su cabeza no aprende,
y el maestro ya no sabe
si lo enseña o si lo muerde.

Simplicio, ya convencido,
de que no puede sumar,
se olvida ya del asunto
de que lo quieran timar.

Sale temprano al mercado
de electrónica barata,
para comprar aunque sea
un saca cuentas usado.

Más todo cambia de pronto,
porque al llegar al lugar,
enamora a la dueña,
y se olvida de sumar.

Frank Calle (24/marzo/2019)