Nervio y aplomo.

Yo te comprendo.
Estás comiendo.
No voy a interrumpirte.
Pero lávate bien los dientes, antes de irte.


Es el amor, profesional.


Como buen profesor, practico mi abogacía.
Soy agente de Policía.
Defiendo al Sumo Hacedor.
Está en mi corazón, que es ajedrecista.


Siempre quiere vencer. Sale en algunas revistas.





En femenino. La prensa rosa. La aristocracia. Los premios Óscar, en cada película.
Artistas consagrados. Bohemios que se auto-controlan.
Industrias que triunfan en el mercado.
Genios de toda índole.


Y te me escabulles. Y el río fluye. El agua, en la olla, entra en ebullición.


Hervimos los huevos.
Nuestras agallas.
Nuestras manías.
Nuestras obsesiones.


Y me besas. Me das orgullo. Me imprimes nervio. Y yo te doy aplomo.

 

Gracias, Pessoa. Es que me siento poderoso.
Je, je, je.
Lo he aprendido, gracias a los vídeos de YouTube.
El Rap es mi sueño, hecho Realidad.
Pero es un poco chungo, decir muchas picardías.
Por ello, me las ahorro.

 

Sí, y queremos ser los amos. Je, je, je. Como Pedro por su casa. Entrando hasta la cocina. En bandeja. Como el base John Stockton, de los Utah Jazz.