Ni lo tuyo ni lo mío

No soy de los que escuchan dos mismas veces una voz,
aunque con los gritos me lo pienso.
Tampoco se puede decir que nade en la ignorancia,
cuando precisamente lo que pretendo es abundar en ella.
Algún día llegaré a saber qué porcentaje de amor me ofreciste.
No ha de ser una estimación a la ligera.
Ni probablemente se parezca a nada de lo que barajo en mi mente.
Mi corazón ya no sirve para ello.
De todas formas, pienso ponerle nuevos límites de los que tú no entiendes ni papa.
Éste sería el modo más fácil de superarte.
Pero tú y yo sabemos que la filosofía aquí no pinta nada.
Lo más posible es que haya recurrido a ti para no manchar mi nombre.
Pero al final he cometido, con toda la inmensidad de mi intelecto, un pequeño error,
y una cosa llevó a la otra y a la otra.
Así en cadena, mis poemas, hablan de lo que quieren y como quieren, sin tapujos.
Porque, a qué engañarnos, ningún psiquiatra podría tratar algo que siempre suena bien.
Pero esto no es lo más cojonudo de todo, no.
Lo verdaderamente ingenioso, mi auténtica y genuina artillería pesada está aún por venir.
Y es que, sería capaz de hundirte solo con mirarte.
Y no, tonta, no, no pienses que ello acabará contigo.
Y así eran, son y serán todas las historias de amor no correspondido,
a algunos les crece la nariz, a otros se les carga la conciencia.
"Por más puta que seas jamás podrás sorprenderme.
¿Este papel manchado de tinta?
Anda y vete a mamarla por ahí."