No importa, lo olvidaremos mañana

No importa, lo olvidaremos mañana

Estaba como siempre sentada cómodamente en su sillón, un día sábado como cualquier otro, y no hacia otra cosa que cambiar los canales de la televisión con indolencia…no había nada en su mente o en su corazón en esos momentos, tan solo estaba sumida en una especie de somnolencia y embrutecía sus sentidos mirando una película tras otra, como lo haría un borracho con cada trago que bebía… de pronto el timbre sonó, pero ella no se movió ni un centímetro, continuo con la mirada fija en ese aparato, pero el timbre sonó nuevamente. Lentamente ella giro su vista hacia el intercomunicador y profiriendo una queja se levanto y contesto el aparato. Secamente pregunto quien era, y con voz trémula respondió una muchacha:
- Disculpe, soy la nuera de su vecina, pero ella no se encuentra en estos momentos, ¿podría prestarme su teléfono?
- ¡¡Agh!!… - exclamo Laura, porque no entendió ni una palabra de lo que decía esa mujer
- Soy nuera de doña Sofía, su vecina, ¿podría prestarme su teléfono?...
- Espere un momento…
Laura bajo algo malhumorada las escaleras con el teléfono inalámbrico en la mano. Y apresuradamente abrió la puerta, pero al hacerlo se encontró frente a frente con una joven que llevaba en brazos a una niña, y en ese momento su corazón se enterneció…
La pobre joven tomo el teléfono con dedos temblorosos y marco nerviosamente el teléfono de su suegra, pero no obtuvo respuesta, volvió a marcar el teléfono una y otra vez, pero el resultado fue el mismo, nadie atendió su llamada…
Laura miraba a la niña, su carita lucia cansada y triste al mismo tiempo, sus ojos eran oscuros y melancólicos y en su rostro no figuraba una sonrisa. La pequeña lo único que quería era tomar el teléfono y con forcejemos trataba de quitárselo a su madre.
- ¿Qué sucede? – pregunto al fin Laura con interés
- He estado esperando a mi suegra toda la tarde, pero ella no ha regresado, he tocado y tocado la puerta, pero nadie responde. Ella siempre me avisa cuando va a salir, para que yo no venga por gusto, pero esta vez no me informo nada…
- ¿Y no tienes idea de donde pueda estar?...
- Tal vez este en... si, es posible…
La muchacha volvió a marcar el teléfono, mientras la niña se tornaba más y más irritable, pero su suegra no estaba allí tampoco.
- No esta allí, y no saben donde se encuentra…
- ¿Venias a pasar la noche con ella?...
- Si… pero ahora voy a devolverme a la casa de mi madre, todavía no es muy tarde para que llegue…, adiós y gracias…
- Adiós – fue la única palabra que salio de los labios de Laura, mientras veía a la joven partir con su pequeña en brazos
Durante unos instantes se sintió mal por no abrirle las puertas de su casa, por no pasarla adelante, y por no dejarla descansar un rato en su sala, pero luego de cerrar la puerta y de despedirse de ella, sintió un gran alivio porque dentro de si pensaba que iba ser muy cargoso atender a esa muchacha ignorante…
Laura se sentó nuevamente en su cómodo sillón y se entrego nuevamente a la televisión en cuerpo y alma, y mientras cambiaba los canales, se encontró con una historia conmovedora, y mientras lloraba y pensaba admirada en la nobleza de corazón de sus protagonistas, sintió temblar su interior, porque su conciencia le dijo que ella era muy egoísta, que de nada le servia sentir todos esos buenos sentimientos, que de nada le servia poseerlos sino pensaba compartirlos con nadie, que de nada le servían sus virtudes si las iba a dejar podrirse frente a la televisión, frente a una computadora, frente a un libro, frente a sus actividades diarias, frente a tantas y tantas cosas urgentes, pero tan vacías y nada trascendentes…
- En fin, tan solo soy una mujer como tantas otras, tan solo quiero vivir mi vida. Que los demás vean como viven la suya…- pensó Laura en su interior pragmáticamente, pero siguió sintiendo cierto malestar en su interior, porque recordó los ojos de aquella niña, aquellos ojos profundamente necesitados de cariño, y entonces Laura recordó también a cada uno de esos niños que viven abandonados en la calle, esos niños a los que les había gritado por acercarse demasiado a ella con sus sucias manos, por ensuciar los vidrios de su carro con sus mugrientos trapos. El corazón se le achico a Laura al recordar todo esto, pero rápidamente agito su cabeza y extendiendo su mano tomo de la librera su libro favorito y se entrego a la lectura olvidando totalmente sus anteriores cavilaciones…pero en su aburrimiento, volvió a tomar el control remoto y comenzó nuevamente a cambiar y cambiar canales, y en este juego se encontraba cuando vio una noticia que le helo la sangre. Uno de esos niños había muerto esa noche, un hombre iracundo lo había atropellado mientras el pobre chicuelo se atravesaba la calle. Al verlo inerte en el suelo con la sangre cubriéndole el cuerpo, Laura se estremeció de pies a cabeza, era una horrible escena, y el llanto se acrecentó cuando reconoció en ese niño, al pobre chico al que le había gritado esa mañana por acercarse demasiado a ella. Laura recordó sus exactas palabras… “aléjate de mi chiquillo inmundo, no quiero que me toques”, y tan solo de recordarlas, Laura sintió asco de si misma, y enfrente de la televisión derramo su alma, arrepentida, pero de que servia ahora su llanto, y de que servia en el futuro, si lo mas probable es que mañana ya no se acuerde de nada, al igual que todo el mundo, mañana nadie recordara al pequeño niño muerto, mañana todos lo habrán olvidado, mañana seguirá siendo igual que ayer… porque este suceso es simplemente la costumbre cotidiana… y esta monotonía de horrores nos ha endurecido secando nuestros corazones y tornándolos fríos e insensibles al dolor humano… y por ello nos decimos inconscientemente... no importa... lo olvidaremos mañana...

Blanche

 

Hola Miyu San, gracias por tus comentarios y por pasarte por aqui, somos complejos, jejeje, que te puedo decir... en nuestro interior suceden cosas, cosas que muchas veces solo se revelan en los sueños, sueños que luego no podemos recordar, en fin...

Un abrazo

Blanche :wink: