No llores

Hoy te he visto de nuevo, entre el humo de mis cigarrillos, entre las competencias de mis segundos, luchando por no perderse en otra botella mas de cerveza. Tu allí, de cara al sol de la tarde, de pie en el balcón de tu castillo, angelada, observándome en silencio y distancia.
Escúchate a ti misma en estos tiempos, en estos versos, no escuches a nadie, pero no ignores mi voz tampoco. Puedes decirme todo, menos mentiras, porque se que dices la verdad.

Hoy un pájaro se ha posado en mis manos, era negro, como mi alma y mis días. Me habló sobre mi destino, y sobre mis atardeceres. Y no fueron buenas noticias.
Fue tan bonito verte en mis manos, al menos por un momento de luz. Lentamente te fuiste, de nuevo a tu castillo. Y yo aquí, de nuevo a mis sendas de maldad y melancolía. De nuevo a estos bosques de mis memorias y anhelos perdidos.
No llores, mi amor, aunque sepas que quiero pisar tu orgullo, aunque solo te bese el perfume de mi aliento, aquel por el cual tanto te excitabas y morías. No llores, cuando en el viento escuches mis versos, porque aun en el dolor te amare siempre.
Aunque quizá no lo merezcas.