1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

No pierdas la cordura

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por JimmyShibaru, 24 de Octubre de 2025 a las 6:42 AM. Respuestas: 0 | Visitas: 42

  1. JimmyShibaru

    JimmyShibaru Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    9 de Septiembre de 2024
    Mensajes:
    72
    Me gusta recibidos:
    95
    Género:
    Hombre
    El coche se detuvo cerca de la verja oxidada, maltratada por el paso del tiempo. Al fondo una fabrica abandonada que se alzaba y se mantenía en pie a pesar del tiempo transcurrido, tras su cierre. El cielo estaba gris, como un aviso. Los chacos en el suelo embarrado, reflejaban nubes apunto de estallar en cualquier momento.



    José bajó el primero. Observó el edificio con cierto temblor en las manos que sujetaban la mochila.



    —Ahí está… —murmuró para si mismo. —La fábrica que cerró en los setenta, dicen que el propietario desapareció sin dejar rastro.



    Jorge (su amigo) salió del coche con una linterna en la mano y una sonrisa incrédula.



    —¿Y tú crees en esas cosas? —dijo mientras rodeaba el vehículo. —Al final acabaras en YouTube hablando sobre fantasmas y seres de otros mundos.



    José no respondió. Creía que en los sitios abandonados quedaban partes espirituales de las personas. Entes que se manifiestan desde otro plano. Sacó la cámara e hizo la primera foto. El obturador resonó en aquel silencio que inundaba el lugar.



    Entraron por un hueco en la verja. Dentro, el aire estaba mas frío. Los pasos crujían por los cristales rotos. El eco se extendía con cada ruido, como si fuera un ser independiente.



    —Que mal rollo, no se porque me dejo convencer de acompañarte. —dijo Jorge mirando con detalle el lugar.



    —A mí también me da miedo, pero la curiosidad es superior a mí.



    Avanzaron por los pasillos anchos de la fábrica. Estaba anocheciendo y el Cri, cri de los grillos se escuchaba incluso dentro, como un eco agudo que se hacía desagradable. La luna se reflejaba en el exterior. A traves de los ventanales prácticamente sin cristales, Jorge miraba, cada vez más receloso de que fuera buena idea estar ahí.



    Se peino con la mano su pelo rizado estilo casual. Los nervios aumentaban y él seguía peinándose como un tic obsesivo que no podía controlar. José se rascó la barbilla envuelta en una barba lisa y pocos días, no como la de Jorge, más poblada aunque muy bien recortada.



    José, que ya no sabia por donde buscar (almas del otro plano), paró en seco.



    De pronto, un brillo surgió de una de las paredes.



    —Vuelve a enfocar a la pared, creo que he visto algo. —dijo sin alzar mucho la voz.



    Jorge obedeció y unos símbolos extraños se iluminaron. José se acercó y se percató de que estaban escritos con una tinta muy impregnada en la misma pared. Los acarició con la yema de los dedos. Intentó descubrir el significado, pero no estaba escrito en lengua humana.



    La visión se le volvía borrosa a ratos, unos mareos acompañaban y un dolor de cabeza apretaba con fuerza la cabeza de José. Jorge hizo el amago de caminar hasta su compañero, pero dudo.



    José siguió leyendo e intentando saber que mensaje se escondía en esos escritos.





    De repente, unas nauseas tremendas se apoderaron de él. Casi hecha el bocadillo que merendó. Su cara se puso muy pálida. Estuvo unos segundos recuperándose.



    —¿Estas bien? —dijo asustado dado el aspecto de su amigo. —Mejor nos vamos, este sitio no me gusta nada.



    Los ojos de José se volvieron completamente blancos. Jorge con los nervios a flor de piel, no sabía si estaba viendo bien. José, como poseído, se giro hacia los símbolos y con una voz ancestral que no era suya pronuncio cada frase escrita. Jorge pensó que era obra del diablo o algo parecido. Dio unos pasos atrás.



    Y ¡PUM! Despertó en frente de casa de su amigo. Confuso, se levantó y observó por una de las ventanas al interior de la casa y vio a su amigo, encorvado y repitiendo algo que no podía escuchar y con la misma palidez en la cara.



    ¿Había sido real?, ¿era el juego de un ser extraño o dios de otro mundo? Y sobre todo: ¿Qué significaban esos símbolos?
     
    #1

Comparte esta página