No podía perder.

Sigo, sin inspiración sigo...
Buscando, sin inspiración buscando,
sin temor a herirme, con seguridad de que no lo haré...
"Aferrarte a lo que no amarra".
"Aferrarte a lo que no amarra".
"Aferrarte a lo que no amarra".
"Aferrarte a lo que no amarra"... prosiguen mis pensamientos.
¿Desde cuándo?
- De abrir el corazón he temido.
Oigo, entiendo, palabra tras palabra, sílaba tras sílaba, entiendo.
"Miedo a ser lastimado"...
¡YO! que sin temor me he enamorado,
¡YO! que sin esperar nada mas que inspiración, he querido.
A mi, que nada me sobra, que todo me basta.

Yo, que mi espada fue mi valentía, mi escudo el amor, NO PODÍA PERDER.

Del desconsuelo queda mi capa y mis botas que contemplaron, perplejas, mi retirada.

Tu nombre, que tanto me inspiró, que tanto busqué, que tanto quise que me quisiera.
Ahora sobra en mi pensamiento.
Ahora no es nada mas que cuatro letras, un diminutivo, mi mas sinceras disculpas, y el hecho de haberme perdonado.

¿Qué tan real es el desprecio?
Es tan malo, el desprecio hacia ti, como el desprecio de lo que fui.
Es el precio que tengo que pagar, la conciencia me carcome, el dolor me inspira, tu presencia asquea y mi conducta es un acto de buena fé.

Ah, las cosas que pasamos, la veces que confiaste, las veces que te fuiste, que tanto escondes aún, ¡por el cielo y los ángeles!, si hay una parte de mí que quiere alejarse de ti es la mas pusilánime.
Sin Ti Muero.
Si hubo una parte de ti, que un día me quiso...
- No me cuentes, nunca.

La melancolía, de todo aquello que "pudo".
A la mierda la nostalgia. ​