No te necesito, solo me necesito a mí.

Yo me abandone por ti, así lo decidí al ceder, al darlo todo y aceptar nada, con tal de tenerte para mí. Jugué con fuego, sabiendo que me iba a quemar. Pensé que iba a morir, sentía que no podía respirar, que una extraña fuerza estrujaba mi corazón, me dolía el pecho, y no era capaz de formular, una sola Frase sin romper en llanto. Confieso tener miedo, miedo a sentirme solo, a no volver a ser feliz, a no volver a enamorarme jamás. Te busque como un niño desesperado busca a su madre, pero no te encontré, ya no estabas allí. En lo único que puedo pensar es en que regreses, pienso que eso solucionaría toda mi desgracia. Pero aunque lo jure, no te extraño, ni te necesito, solo me necesito a mí. Pensé que te extrañaba a ti, pero lo único que extraño, es lo que me hacía sentir, que estés a mi lado, y digas cosas bonitas sobre mí. Nosotros nos alejamos, y hubo un porqué, las cosas no funcionaron, y es que el estar juntos no resultó. Nuestra relación terminó, y no quiero decir que haya sido tu culpa, o la mía, no importa quien tomó la decisión, solo no eras mi otra mitad, o quizás, solo quizás aún no es nuestro tiempo y la vida quiere enseñarnos más. Porqué si en verdad eres para mí, volveremos a estar juntos de manera inevitable, quizá no ahora, sino en algunos años. Cuando nos alejamos sentí que moriría, pero ya no estas, y aun no he muerto, sigo aquí y estoy completo. Porque antes de conocerte yo ya vivía y también sentía, lloraba y reía, pero lo más importante, ya disfrutaba. Sí, no fue fácil superarte, por mucho tiempo llore deseando enloquecido volver a llamarte, y me sentía mal, con una tristeza que no desaparecía, pero ese dolor es necesario para reencontrarme y recuperar aquello que creía perdido. Después de pasar esto tantas beses aprendí que no te extraño ni te necesito, solo me necesito a mí. Y aunque no lo quiera seguiré soñando y amando una y otra vez.