No te preocupes, Gobierno.

El viento nostálgico de la víspera de Septiembre ha cubierto mi piel.

Siento olas de nudos en la garganta que cubren toda la playa;

golpea tan fuerte que a veces no puedo levantarme de la cama.

No te preocupes gobierno, es un sentimiento de humanos.


Te extraño. Burgos de Ayotzinapa te extraña.

Necesito de tus abrazos,

necesito bendecirte con un beso en la frente,

necesito tocar tu sonrisa con mi mirada.

Necesito verte crecer, verte escalar las nubes

y que llegues más allá de la propia nube.

Necesito decirte hasta luego cada vez que vea la luna.

No te preocupes gobierno, es un sentimiento de humanos.


Quiero paz para continuar mis noches como cualquier noche:
Lluviosa, calurosa, friolenta e incluso de miedo
por los cuervos que quieren devorar mi milpa
y arrancarme los pocos granos que quedan en mi cuerpo,
aun así, mi cuerpo abrazaría la noche con ansias y en paz,
porque toda mi sangre esta compartida
y duerme con los míos, fluye a un solo ritmo
y absorbe la calidez como la tierra al agua,
bajo el amparo de un mismo regazo de amor, paz y protección filial.


¡Justicia!, ¡Justicia ¡

Es lo único que me puede hacer respirar.

No te preocupes gobierno, mi actitud es de humanos.


Muriendo asfixiado, sí, mis actitudes son congruentes
como alguien que se está ahogando en la injusticia,
en la indiferencia, en la pobreza de los valores humanos,
en la miserable política incomprendida para los que trabajan la tierra.
Es de todo normal que mi lengua hoy por hoy sea polvo en pleno desierto de la administración pública.
Vivo como el cactus, porque me he adaptado a este suelo árido
y desolado sólo porque mi corazón quiere conocer el ungüento de la justicia y la paz,
¡Porque espero ver a los 43 vivos, porque vivos se lo llevaron!


No te preocupes gobierno, ésta es mi verdad como humano, como padre y como mexicano.

¿Cuál es tu verdad, gobierno?

Jonathan David Torres Marín.-​

 

grax.-